Por qu¨¦ la postura de una asesora de Trump en el Despacho Oval ha desatado tantas cr¨ªticas

Por d¨®nde empezar.

Es la imagen de una de las principales asesoras del presidente de Estados Unidos, Kellyanne Conway, arrodillada en un sill¨®n del Despacho Oval mientras mira su tel¨¦fono m¨®vil.

Al fondo, Donald Trump sonriente haciendo una se?al de celebraci¨®n con las manos.

Y a su alrededor, varias decenas de presidentes de las universidades afroamericanas de todo el pa¨ªs.

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Uno de ellos mira a la c¨¢mara de los fot¨®grafos con cara de ¡°?Est¨¢s registrando este momento, verdad?¡±. Otro da la espalda a Conway. Varios tienen la mirada perdida en el fondo del Despacho. Y algunos se r¨ªen, pero no sabemos si es por un comentario hecho en la sala, por la foto que acababa de tomar la asesora con su tel¨¦fono, porque como dijo despu¨¦s Trump, porque nunca antes hab¨ªa habido ¡°tanta gente en el Despacho Oval¡± o si su cara registra la sonrisa inc¨®moda de qui¨¦n no sabe d¨®nde mirar.

Esos son los ingredientes de la ¨²ltima pol¨¦mica que inunda las redes sociales y los medios norteamericanos por la actitud de uno de los miembros del gabinete de Trump. ¡°Ocurren tantas cosas en esta imagen que no¡­ no puedo¡±, escribi¨® en Twitter la directora de cine Ava Duvernay, intentando explicar lo que representa la fotograf¨ªa. El escritor y abogado Theodore Johnson s¨ª pareci¨® encontrar las palabras. ¡°En esta foto est¨¢n todos los comentarios sobre la raza y el respecto que puede haber¡±, afirm¨® Johnson.

Son dos comentarios m¨¢s de los muchos que han intentado descifrar la reacci¨®n que sintieron al ver una foto que parec¨ªa un montaje pero no lo es. Se puede empezar por cuestionar si la postura de Conway supone una falta de respeto tanto a la oficina presidencial como a los invitados a la reuni¨®n celebrada el martes por la tarde. O preguntar por qu¨¦ estaba arrodillada, con los zapatos encima de uno de los sillones del sal¨®n, durante la visita de decenas de decanos universitarios.

Otros recuerdan que abundan las im¨¢genes del presidente Obama con los pies apoyados sobre la mesa de trabajo del mismo Despacho y que en su d¨ªa ya causaron una pol¨¦mica similar en las publicaciones conservadoras de EE UU. Y as¨ª, a primera vista, tambi¨¦n cabe la duda de si Conway se hubiera comportado de la misma manera de haber estado rodeada de los presidentes de las principales empresas del pa¨ªs.

Pero los asistentes son los decanos de decenas de universidades vinculadas al episodio m¨¢s doloroso de la historia de EE UU. Son los l¨ªderes de instituciones creadas para garantizar el acceso a la educaci¨®n superior de millones de afroamericanos v¨ªctimas de la segregaci¨®n, la pobreza y la desigualdad heredada de la esclavitud. Estaban reunidos en un edificio construido por esclavos con un presidente que tanto en su primer mes de mandato como en su a?o y medio de campa?a electoral ha tenido que desmentir repetidamente las acusaciones de racismo contra ¨¦l.

No faltan quienes rechazan directamente la pol¨¦mica. ¡°Estaba en el sof¨¢ intentando hacer una foto. No es indicativo ni revelador de nada¡±, escribe Chris Cillizza en The Washington Post. ¡°Hemos llegado a un punto en la pol¨ªtica en que hasta el incidente m¨¢s mundano tiene que estar plagado por un simbolismo nefasto¡±.

Pero la reuni¨®n en s¨ª ya era raz¨®n suficiente para analizar cu¨¢l es el verdadero inter¨¦s de Trump en reunirse con los l¨ªderes de una de las minor¨ªas del pa¨ªs a las que m¨¢s ha insultado durante su ascenso pol¨ªtico con reiteradas referencias a la violencia en las ciudades cada vez que se le preguntaba por su programa para acabar con la discriminaci¨®n racial, asociando a los afroamericanos con las armas, se neg¨® a condenar los golpes a un activista de Black Lives Matter que protestaba en uno de sus eventos, tard¨® en rechazar a los supremacistas blancos que apoyaron su campa?a y se acostumbr¨® a celebrar la presencia de ¡°mis afroamericanos¡± en m¨ªtines para justificar que no es racista.

Como entonces, la sesi¨®n de fotos en el Despacho Oval podr¨ªa ser un intento m¨¢s de Trump, un presidente obsesionado con el poder de la imagen, buscase inmortalizar la reuni¨®n para convencer a sus detractores de que quiere ayudar a la comunidad afroamericana. Pero Conway, que seg¨²n la Casa Blanca, siente ¡°profundo respeto¡± por la oficina presidencial, le ha robado toda la atenci¨®n.