Humberto de la Calle: ¡°Colombia tiene que doblar la p¨¢gina del conflicto¡±
El jefe negociador con las FARC defiende "una coalici¨®n amplia" para las presidenciales de 2018
Humberto de la Calle (Manzanares, Caldas, 1946), jefe del equipo negociador del Gobierno colombiano con las FARC, es uno de los probables candidatos a las elecciones presidenciales de 2018. En su opini¨®n, el acuerdo y el fin de la guerra dar¨¢n paso a un nuevo modelo de pa¨ªs. Esta semana estar¨¢ en Madrid, donde fue embajador hace dos d¨¦cadas, para hablar del proceso de paz.
Pregunta. ?Comprende las razones de la polarizaci¨®n social que no cesa tras el acuerdo?
Respuesta. Plenamente. Lo que voy a decir es un tanto parad¨®jico, pero la victoria del no [en el plebiscito del pasado octubre] tuvo un efecto afortunado, y es habernos permitido incorporar muchas de las pretensiones del no en un nuevo acuerdo. Hay que reconocer que las FARC son una organizaci¨®n muy impopular. Los colombianos han insistido en la necesidad de castigo carcelario ordinario para los m¨¢ximos responsables y hay una resistencia muy grande a la participaci¨®n pol¨ªtica de esos m¨¢ximos responsables de los graves cr¨ªmenes que han cometido las FARC. Es un hecho y hay que comprenderlo.
P. ?Eso se puede revertir?
R. El camino correcto es el cumplimiento cuidadoso y estricto de los acuerdos. M¨¢s all¨¢ de comprender las reticencias de muchos colombianos, lo que hay que hacer es doblar la p¨¢gina del conflicto y continuar cumpliendo un acuerdo de Estado. Camino que si se retrotrae implicar¨ªa graves riesgos y un retroceso enorme que ser¨ªa una calamidad.
P. ?C¨®mo influir¨¢ el acuerdo en las pr¨®ximas elecciones?
R. El acuerdo mostrar¨¢ en la pr¨¢ctica su cara positiva y los hechos ser¨¢n m¨¢s elocuentes que las palabras. Hay siempre riesgos de soluciones autoritarias, de desconocer los valores centrales de tolerancia y de respeto a las ideas de los dem¨¢s. Luego, creo que a partir del acuerdo se abren dos caminos. Y esa discusi¨®n estar¨¢ siempre presente hasta 2018 y de ah¨ª en adelante, porque una cosa es el fin del conflicto y otra la implantaci¨®n de una paz firme, que es un proceso de una d¨¦cada o d¨¦cada y media.
P. ?Ser¨¢ candidato?
R. No he tomado una determinaci¨®n, pero lo que pienso es lo siguiente. Yo s¨ª creo que hay cosas en riesgo en Colombia. No solo el acuerdo en s¨ª mismo y en sus aspectos militares, sino en lo que significa de oportunidad para un modelo de pa¨ªs, que se basa en el di¨¢logo, en el respeto, en el tratamiento razonable de los conflictos que seguir¨¢n en Colombia. Hay demasiados valores de una democracia liberal para defender. Y creo que todo esto est¨¢ en riesgo si tomamos el camino del autoritarismo. Es una discusi¨®n que exige una coalici¨®n amplia no solo de fuerzas pol¨ªticas que han estado a favor del acuerdo, sino tambi¨¦n de m¨²ltiples expresiones independientes. Me parece que hay una creciente aparici¨®n de indignados, de personas que est¨¢n terriblemente insatisfechas con el sistema pol¨ªtico y que buscan un nuevo horizonte. Esto hay que configurarlo, y lo que yo pueda ser para ese prop¨®sito lo har¨¦. Las decisiones no son producto del narcisismo y de la vanidad, sino de la necesidad. Creo que hay que configurar ese bloque pol¨ªtico y creo que lo debe liderar la persona que sea m¨¢s ¨²til y que est¨¦ mejor dotada para esa tarea. Eso lo resolveremos m¨¢s adelante.
P. ?Teme el escenario de un Gobierno que d¨¦ marcha atr¨¢s?
El peligro es entrar en una fase de populismos de derecha o izquierda
R. Categ¨®ricamente, s¨ª. Un senador importante del Centro Democr¨¢tico dijo ¡®si ganamos vamos a echar atr¨¢s el acuerdo¡¯. Despu¨¦s, el expresidente ?lvaro Uribe matiz¨®, diciendo no se trata de echar atr¨¢s el acuerdo, sino que hay puntos inaceptables. Y resulta que esos puntos son el coraz¨®n del acuerdo. Dar marcha atr¨¢s en esto me parece que pone en riesgo la consecuci¨®n de la paz. Pero detr¨¢s de eso hay mucho m¨¢s. En mis m¨¢s de 140 horas de discusi¨®n con los voceros del no yo entend¨ª que ya el problema no son solo las FARC. Las FARC son una circunstancia muy concreta, pero detr¨¢s de eso hay un modelo de pa¨ªs. Esto me parece que es lo que est¨¢ en juego, y me parecer¨ªa extraordinariamente peligroso que, so pretexto de echar atr¨¢s el acuerdo con las FARC, entremos en una fase de populismos de derechas o de izquierdas que lo que buscan es menoscabar las ideas centrales de la democracia liberal.
P. ?Cree que el acuerdo tiene fallos?
R. Sigo pensando que el proceso de discusi¨®n con el no fue ¨²til. El nuevo acuerdo es extraordinariamente equilibrado.
P. Pero hay retrasos. ?Cumplir¨¢n el calendario?
R. Ha habido esas dificultades log¨ªsticas en las zonas que son lamentables pero explicables. Hay una desproporci¨®n de algunos cr¨ªticos, que prestan demasiada atenci¨®n a esas dificultades y no observan que el Estado por su lado ha cumplido lo que realmente es lo sustancial. Lo grueso se est¨¢ cumpliendo dentro de los t¨¦rminos previstos. Siempre puede haber elementos pr¨¢cticos, ahora se dice que los containers no est¨¢n listos, que hay unas cajas m¨¢s peque?as para recibir las armas. Me parece que este no es un problema de principios. A esto hay que ponerle sentido com¨²n. Se va a cumplir la dejaci¨®n de armas y se va a cumplir mayormente en el cronograma previamente dispuesto [en junio].
Conf¨ªo en que el ELN entienda que la hora de las armas ha pasado
P. ?C¨®mo ser¨¢ el desembarco de las FARC en pol¨ªtica?
R.Yo creo que van a introducir un elemento ideol¨®gico radical en Colombia de izquierda, lo cual me parece bien, porque va a obligar a los partidos tambi¨¦n a modernizarse. Las FARC han recibido un rechazo muy grande de la sociedad colombiana por los cr¨ªmenes que han cometido. Es una circunstancia que tender¨¢ a cambiar. Los colombianos tenemos que acostumbrarnos a discutir con las FARC. Lo que ser¨ªa ideal es que las FARC encuentren un nicho razonable porque un fracaso rotundo en materia electoral podr¨ªa ser un riesgo tambi¨¦n que implicara un deseo de desistir en lo que se ven¨ªa planteando. Yo creo que vamos a ser capaces los colombianos de convivir con esta situaci¨®n y las FARC cada vez deber¨¢n estar m¨¢s entrenadas para entender los retos de la democracia y tambi¨¦n los reveses de la misma.
P. Tambi¨¦n hay una negociaci¨®n con el ELN, que en febrero puso una bomba en Bogot¨¢.
R. Va a ser seguramente m¨¢s dif¨ªcil. Lo que confiar¨ªa es que el ELN entendiera que la hora de las armas ha pasado. Que movimientos armados para la pol¨ªtica generan una carga conservadora que solo beneficia al statu quo. La guerrilla en Colombia es la mejor disculpa para el statu quo.
P. Los asesinatos de l¨ªderes sociales no cesan.
Hay cosas en riesgo en Colombia. Hay demasiados valores de una democracia liberal para defender
R. Es extraordinariamente preocupante, quiz¨¢ en este momento sea mi m¨¢xima preocupaci¨®n, porque en el pasado hemos visto tras intentos de reconciliaci¨®n una arremetida contra l¨ªderes de recuperaci¨®n de tierras, l¨ªderes sociales, defensores de derechos humanos. El caso m¨¢s reciente es lo que ocurri¨® con la Uni¨®n Patri¨®tica y es algo que no se puede repetir, porque s¨ª podr¨ªa dar al traste con la implementaci¨®n real de los acuerdos. El Estado est¨¢ utilizando los resortes necesarios, pero hay que ir m¨¢s all¨¢. Yo pensar¨ªa que en todas las localidades, todas las fuerzas pol¨ªticas, incluidas las enemigas del acuerdo, deber¨ªamos hacer pactos locales de no uso de la violencia con el ¨¢nimo de proteger a los l¨ªderes sociales que hoy est¨¢n en riesgo. Hay que reconocer que el n¨²mero de personas que han sido atacadas por fuerzas extremas es abultado, y ese es un camino que no podemos permitir los colombianos, y ese es el punto cr¨ªtico de los desaf¨ªos del posconflicto.
P. El caso Odebrecht y la corrupci¨®n tambi¨¦n marcar¨¢n la campa?a.
R. Sin duda va a ser tambi¨¦n determinante. Lo que hay es una especie de oleada de indignaci¨®n absolutamente entendible y razonable. Me parece que hay que entender eso, revertirlo y yo creo que va a pesar m¨¢s all¨¢ del cl¨ªmax de Odebrecht, creo que ese tema va a ser fundamental y me parece que va a canalizar masas importantes de votaci¨®n independientes por fuera de los partidos. Sin olvidar la inequidad. Colombia es uno de los pa¨ªses m¨¢s inequitativos de Latinoam¨¦rica. Mi opini¨®n es que el acuerdo con las FARC no es solo un acuerdo militar para una paz chiquita. Es una oportunidad para atacar esos males estructurales en Colombia.
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