China advierte a EE UU de que responder¨¢ con firmeza al despliegue de su sistema antimisiles
Washington y Se¨²l aceleran la instalaci¨®n del escudo en Corea del Sur ante el avance del programa de armamento norcoreano
La escalada de tensi¨®n en la pen¨ªnsula coreana subi¨® varios grados este martes en cuesti¨®n de horas. Un conjunto de movimientos en los pa¨ªses de la zona, aparentemente separados pero con el programa nuclear norcoreano como tel¨®n de fondo, convergieron hacia un conflicto geopol¨ªtico en el que nadie parece querer ceder. El r¨¦gimen liderado por Kim Jong-un sigue con sus ensayos de cohetes bal¨ªsticos; Corea del Sur materializa el despliegue del pol¨¦mico escudo antimisiles estadounidense para defenderse de las amenazas de su vecino; y China, que recela de ambos planes pero sobre todo de la presencia de EE UU en la regi¨®n, amenaza con tomar acciones para garantizar sus intereses y seguridad nacionales.
Pek¨ªn ¡°tomar¨¢ con firmeza las medidas que sean necesarias¡±, advirti¨® un portavoz del ministerio de Exteriores, que a?adi¨® que la responsabilidad de "todas las consecuencias" de la instalaci¨®n del escudo es de EEUU y Corea del Sur y que los dos pa¨ªses "no deber¨ªan avanzar en esa senda". Los medios oficiales chinos avisaron de una escalada armament¨ªstica en la regi¨®n y de una ruptura de facto de la relaci¨®n Corea del Sur. Adem¨¢s, llamaron a un boicot a los productos surcoreanos.
Para el presidente estadounidense Donald Trump, inmerso desde su llegada a la Casa Blanca en crisis internas, la situaci¨®n en el noreste asi¨¢tico puede convertirse r¨¢pidamente -como le anticip¨® su predecesor, Barack Obama- en su primer desaf¨ªo internacional. Corea del Norte parece dispuesto a ponerle a prueba.
Si ya el mismo 1 de enero Kim Jong-un presumi¨®, en su discurso de inicio del a?o, de un pr¨®ximo lanzamiento de un misil intercontinental capaz de alcanzar territorio continental de EE. UU. -el sue?o de su r¨¦gimen-, el mes pasado ya lanz¨® un primer cohete intermedio. Este lunes subi¨® la apuesta. Ni las duras sanciones impuestas por Naciones Unidas ni siquiera el abandono que parece sufrir por parte de China logran amedrentar al r¨¦gimen norcoreano, que ve en el desarrollo de armas nucleares su argumento de supervivencia.
Esta vez, Corea del Norte no solo lanz¨® cuatro misiles simult¨¢neamente: tres de ellos cayeron en aguas controladas por Jap¨®n, el gran aliado de Washington en el norte de Asia. Y en los abigarrados comentarios de la agencia oficial norcoreana, este martes remarcaba que no se trataba de una prueba cualquiera: era un ensayo de un hipot¨¦tico ataque a las bases estadounidenses en Jap¨®n, donde se encuentran desplegados m¨¢s de 50.000 soldados norteamericanos.
Estados Unidos ha visto el ¨®rdago. Trump respondi¨® al discurso de Kim como un ¡°?no ocurrir¨¢!¡± tuiteado a sus seguidores, aunque sin explicar c¨®mo. Y despu¨¦s de responder con la convocatoria de una reuni¨®n de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU al primer lanzamiento, Washington, y Se¨²l, han dejado claro qu¨¦ v¨ªa piensan tomar. Este martes anunciaba el comienzo del despliegue de los primeros componentes de escudo antimisiles conocido como THAAD (Thermal High Altitude Area Defense). El sistema estar¨¢ listo a finales de abril, meses antes del calendario inicialmente previsto.
En la aceleraci¨®n del programa entra, no solo, la amenaza que pueda representar Corea del Norte. Tambi¨¦n los c¨¢lculos acerca de la pol¨ªtica interna surcoreana: el Supremo decidir¨¢ de manera inminente si -como se espera- bendice la incapacitaci¨®n de la presidenta Park Geun-hye. Eso obligar¨ªa a unas elecciones que la oposici¨®n de izquierda, que ve con recelo el escudo, tiene grandes posibilidades de ganar.
Pero la iniciativa ha abierto un avispero. Corea del Norte puede responder con nuevas acciones agresivas, posiblemente nuevos lanzamientos de misiles o incluso una prueba nuclear que repita los dos que complet¨® el a?o pasado. Este martes, un diplom¨¢tico norcoreano en Ginebra aseguraba que los cohetes del martes se probaron en respuesta a las maniobras anuales ¡°Foal Eagle¡± entre Estados Unidos y Corea del Sur, que Pyongyang considera cada a?o un preparativo encubierto para ocupar su territorio. ¡°Es una causa principal de la escalada de la tensi¨®n que puede llevar a una guerra verdadera¡±, ha se?alado el diplom¨¢tico.
Aunque quien ya ha reaccionado con furia ha sido el gigantesco vecino, e hipot¨¦tico gran aliado, de Corea del Norte: China. El gigante asi¨¢tico recela de la instalaci¨®n de este escudo antimisiles porque sus radares son capaces de interceptar comunicaciones militares que pasar¨ªan a manos estadounidenses. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, reiter¨® su oposici¨®n al despliegue del THAAD y asegur¨® que el pa¨ªs ¡°tomar¨¢ las medidas que sean necesarias¡± para defender sus intereses en materia de seguridad.
El enfado de China no se limita solo a Estados Unidos. Se extiende tambi¨¦n, e incluso posiblemente con m¨¢s rotundidad, a Corea del Sur, un pa¨ªs cuyos lazos intent¨® cultivar en los primeros a?os de Xi Jinping en el poder. Entre temores a que la segunda econom¨ªa del mundo abra una guerra comercial con su vecino, docenas de tiendas de la cadena surcoreana Lotte en China se han visto forzadas a cerrar. Aproximadamente un tercio de las 99 en territorio chino han sido declaradas por los inspectores chinos como potencial riesgo de incendios.
Esa multinacional era la propietaria de los terrenos donde se instalar¨¢ el THAAD y el mes pasado acept¨® un acuerdo con el gobierno para cederlos.
Trump ha criticado abiertamente a China por ¡°no ayudar¡± a lidiar con Pyongyang y ha prometido apoyar a sus aliados en la regi¨®n. Pero el gigante asi¨¢tico est¨¢ en una posici¨®n complicada: no le hace ninguna gracia que Kim Jong-un tenga en sus manos armas nucleares, pero apoya al r¨¦gimen porque lo ¨²ltimo que quiere es una crisis humanitaria en su frontera. Pero el empe?o de Pyongyang de seguir con su programa nuclear -especialmente desde que Kim Jong-un lleg¨® al poder en 2011- ha ido acompa?ado de un progresivo distanciamiento entre ambas capitales. China consum¨® las sanciones de la ONU prohibiendo, hace apenas unas semanas, las importaciones de carb¨®n desde el herm¨¦tico pa¨ªs
Rusia, el otro gran vecino de Corea del Norte, ha expresado tambi¨¦n su protesta por el THAAD, que considera tambi¨¦n una amenaza para su territorio."Puede minar el equilibrio estrat¨¦gico", ha advertido el presidente del comit¨¦ de Defensa y Seguridad del Senado ruso, V¨ªctor ?zerov.
?En qu¨¦ consiste el THAAD?
El Sistema de Defensa Terminal de ?rea a Gran Altitud se instalar¨¢ en el condado de Seongju, a unos 300 kil¨®metros de Se¨²l. Consiste en seis lanzaderas montadas en camiones, 48 misiles interceptores (ocho por cada lanzadera), una unidad de control de tiro y un radar. Est¨¢ dise?ado para interceptar misiles de corto y medio alcance con un rango de 3.000 kil¨®metros y a altitudes de entre 40 y 150 kil¨®metros. El radar que incorpora es capaz de detectarlos a una distancia de 800 kil¨®metros, con lo que cubrir¨¢ unos dos tercios del territorio surcoreano.
Seg¨²n explic¨® un funcionario del Ministerio de Defensa surcoreano a la agencia Yonhap, el THAAD podr¨ªa tener dificultades en caso de que Corea del Norte disparase varios cohetes al mismo tiempo, porque el sistema cuenta con 48 misiles y el tiempo necesario para recargar es de unos 30 minutos. En caso de que el THAAD fallara, Se¨²l cuenta con otro escudo antimisiles basado en el sistema Patriot, que podr¨ªa interceptar los cohetes cuando estos volaran a baja altitud (entre 15 y 40 kil¨®metros).
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