Los sindicatos peronistas salen a la calle en la mayor protesta contra Mauricio Macri
La CGT anuncia una huelga general sin fecha en repudio a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno
Buenos Aires fue este martes una ciudad tomada. La Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), cabeza del sindicalismo peronista, realiz¨® la mayor movilizaci¨®n de trabajadores contra el gobierno de Mauricio Macri, en el poder desde hace 15 meses. Con decenas de miles de personas en la calle, los gremios pusieron l¨ªmite a las aspiraciones dialoguistas del macrismo, al tiempo que marcaron el escenario de lo que ser¨¢ la disputa electoral de octubre, cuando los argentinos renovar¨¢n parcialmente el Congreso. La marcha coincidi¨® con el segundo d¨ªa de huelga de los maestros, protagonistas el lunes de otra movilizaci¨®n masiva, y cont¨® con el apoyo de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), enemiga declarada de la CGT, movimientos sociales independientes y hasta el kirchnerismo, que respondi¨® a un llamado a participar de la expresidenta Cristina Fern¨¢ndez. Los l¨ªderes de la CGT anunciaron una huelga nacional a m¨¢s tardar en abril, la primera que enfrentar¨¢ Macri, y cerraron el acto central con la marcha peronista. Para el Gobierno, la protesta ha ocultado intenciones pol¨ªticas detr¨¢s de los reclamos contra los despidos, la inflaci¨®n y la ca¨ªda del poder de compra de los salarios. "Algunos actores deben entender que la especulaci¨®n electoral debe quedar fuera de la discusi¨®n", dijo el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
La CGT mantuvo una relaci¨®n de cercan¨ªa prudente con Macri desde el inicio de su gobierno. La Casa Rosada fue generosa en los fondos que destin¨® a las obras sociales de los sindicatos, firm¨® un pacto con empresarios para evitar despidos y acept¨® paritarias salariales que estuvieron a la altura de la inflaci¨®n. Pero la tregua se rompi¨® durante el verano austral. La crisis la lideraron los maestros, los primeros en discutir salarios. Los docentes declararon una huelga de 48 horas que impidi¨® el inicio de clases, el lunes marcharon por Buenos Aires y el martes se sumaron a la marcha de la CGT. Los l¨ªderes de la Confederaci¨®n, en tanto, terminaron por ceder al reclamo de sus bases, disgustadas con la posici¨®n dialoguista de la c¨²pula con el Gobierno. La movilizaci¨®n fue finalmente el punto culminante del fin de la paz social. "No vinimos a hacer diagn¨®sticos. Vinimos a anunciar que va a haber medidas de fuerza en Argentina hacia finales de mes", dijo Juan Carlos Schmid, miembro del triunvirato que conduce la CGT.
La decisi¨®n parece tomada, pero tambi¨¦n puede no ser tan as¨ª, un cl¨¢sico en la pol¨ªtica de mano dura y mano blanda que suelen aplicar los sindicatos. H¨¦ctor Daer, el tercer miembro de la dirigencia que cerr¨® el acto, dijo que "el consejo directivo ya tom¨® la decisi¨®n de un paro de 24 horas", pero enseguida aclar¨® que depender¨¢ de que el Gobierno "rectifique su pol¨ªtica econ¨®mica". La reticencia a dar una fecha cierta de huelga general no cay¨® bien entre algunas columnas de manifestantes, que al cierre del acto intercambiaron piedras y sillas con los grupos m¨¢s dialoguistas. Al grito de "traidores, traidores" y "paro general, paro general" los manifestantes demoraron la salida del triunvirato de la CGT, que qued¨® atrapado durante m¨¢s de media hora por los incidentes y se retir¨® entre botellas arrojadas por un grupo de manifestantes.
Lo cierto es que la CGT marc¨® en la calle que ya no comulga con el Gobierno, al tiempo que fue cuidadosa para evitar que la sangre llegue al rio. S¨®lo as¨ª se explica que el escenario para los discursos no se haya montado sobre la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada y marco tradicional de las demandas sindicales. Los gremios eligieron un punto intermedio, frente al ministerio de Producci¨®n, ubicado en una avenida diagonal a poco m¨¢s de 200 metros de aquel lugar. Los manifestantes se repartieron all¨ª entre decenas de calles angostas del centro financiero de Buenos Aires, sin posibilidades de exhibir una foto global de la convocatoria. El mismo cuidado tuvo el triunvirato a la hora de armar el palco oficial: nada de figuras pol¨ªticas junto a los dirigentes gremiales.
Para el Gobierno, la protesta no tiene raz¨®n de ser porque la situaci¨®n econ¨®mica ya ha dado muestras de mejora. Seg¨²n la visi¨®n oficial, la inflaci¨®n del segundo semestre de 2016 fue menor a la del primero y este a?o el costo de vida aumentar¨¢ en torno al 18%, frente al 40% del a?o pasado. Desde el ministerio de Trabajo admiten que durante los primeros seis meses de gobierno se perdieron 110.000 puestos de trabajo, pero aseguran que se crearon 85.000 nuevos entre julio y diciembre. Para la CGT, en cambio, la inflaci¨®n en 2017 rondar¨¢ el 24%, los empresarios no han cumplido con el compromiso de no despedir personal durante el verano y, si el Gobierno no cierra la econom¨ªa a la competencia de productos extranjeros que compiten contra un peso apreciado, el futuro laboral ser¨¢ a¨²n peor.
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