La agencia medioambiental de EE UU se convierte en un fort¨ªn de negacionistas clim¨¢ticos

Pocas personas simbolizan m¨¢s la oposici¨®n feroz a la existencia del cambio clim¨¢tico que James Inhofe. El veterano senador republicano por Oklahoma se enorgullece de ello. En febrero de 2015, mostr¨® una bola de nieve en un pleno del Senado. La hab¨ªa recolectado en la puerta del Capitolio. Quer¨ªa refutar la ¡°histeria del calentamiento global¡± y la conclusi¨®n de que 2014 fuera el a?o m¨¢s caluroso de la historia. ¡°Hace mucho, mucho fr¨ªo afuera. Muy poco estacional¡±, dijo sonriente antes de lanzar la bola a otra persona.

Inhofe, de 82 a?os, es amigo de Scott Pruitt, el nuevo m¨¢ximo responsable de la Agencia de Protecci¨®n Medioambiental (EPA por sus siglas en ingl¨¦s). Hasta ahora, Pruitt era el fiscal general de Oklahoma, un cargo desde el que luch¨® ferozmente contra la agencia que ahora dirige. Combati¨® con recursos la regulaci¨®n medioambiental del Gobierno de Barack Obama en colaboraci¨®n absoluta con la industria energ¨¦tica contaminante.

Pruitt cuestiona el consenso cient¨ªfico de que el hombre es el causante del calentamiento global y ha decidido rodearse de personas que piensan como ¨¦l al frente de la EPA, la agencia que se dedica a proteger el medioambiente y la salud p¨²blica. Para ello, ha recurrido al entorno de Inhofe: el ex jefe de gabinete del senador ser¨¢ ahora el de Pruitt, otro ex jefe de gabinete apunta como posible mano derecha del responsable de la EPA y la secuencia se repite con otro ex alto cargo del legislador por Oklahoma.

La situaci¨®n desata una paradoja: la c¨²pula de la EPA estar¨¢ en las ant¨ªpodas de sus trabajadores. La direcci¨®n -en l¨ªnea con las promesas electorales de Donald Trump, que en 2012 consider¨® el cambio clim¨¢tico una invenci¨®n china- aboga por acabar con las regulaciones medioambientales de Obama, lo que significa pedir a los empleados que desmonten lo que han construido en los ¨²ltimos ocho a?os.

La resistencia se presume intensa. Algunos trabajadores hicieron una campa?a abierta contra la aprobaci¨®n de la designaci¨®n de Pruitt por parte del Senado. Decenas de ex altos cargos escribieron una carta contra ¨¦l. Y algunos de los ¨²ltimos jefes de la agencia lo censuran.

¡°Por primera vez veo a alguien que no tiene ning¨²n compromiso con la misi¨®n de la agencia¡±, dijo al diario The New York Times Gina McCarthy, que dirigi¨® la EPA durante la presidencia del dem¨®crata Obama.

¡°[La moral de los empleados] est¨¢ bastante baja, est¨¢n asustados, no saben qu¨¦ esperar¡±, declar¨® a la cadena MSNBC Christine Todd Whitman, la m¨¢xima responsable en los primeros a?os del Gobierno del republicano George W. Bush.

Que el rechazo tambi¨¦n abarque a ex altos cargos nombrados por el Partido Republicano revela la magnitud de la oposici¨®n a Pruitt. Pero en el terreno pol¨ªtico, solo una senadora republicana vot¨® en contra de su designaci¨®n para liderar la EPA.

El debate medioambiental polariza a dem¨®cratas y republicanos en Washington: los primeros piden reforzar la lucha contra el cambio clim¨¢tico mientras que los segundos la minimizan. No siempre fue as¨ª: fue un presidente republicano, Richard Nixon, quien cre¨® la EPA en 1970.