El vuelo del refugiado

La ¨²ltima posibilidad de que miles de refugiados pudieran cambiar noches al raso entre alambradas por mostradores de facturaci¨®n y un asiento en un vuelo para aterrizar en Europa se esfum¨® la pasada semana. Una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE dictamin¨® que los Veintiocho pueden negar el visado humanitario a todo aquel que se acerque a sus embajadas y consulados a pedirlo. El hecho de que presenten pruebas de que corren el riesgo de ser torturados o sufrir todo tipo de violencia no obliga a los pa¨ªses europeos a facilitarles visados humanitarios. Cada pa¨ªs es libre de decidir a qui¨¦n entrega los documentos, permisos de 90 d¨ªas con los que los refugiados pueden viajar a Europa para tramitar peticiones de asilo que luego pueden ser aceptadas o rechazadas.

El fallo tira por tierra las esperanzas de las organizaciones humanitarias, favorables a permitir la llegada de refugiados en avi¨®n, y termina con la inquietud de los Estados miembros, que tem¨ªan verse obligados a aceptar un alud inasumible de peticiones de personas en peligro. ¡°Quieren trasladar las fronteras europeas a las embajadas en el exterior¡±, critic¨® a las ONG el responsable belga de Inmigraci¨®n, Theo Francken. La decisi¨®n judicial se produjo tras una denuncia de una familia siria cristiana a la que B¨¦lgica neg¨® la entrada pese a que denunciaron que sus vidas corren peligro. Pero su caso no sirvi¨® para que el tribunal cambiara las reglas del juego.

La incertidumbre sobre el dictamen era mayor grande tras las conclusiones presentadas un mes antes por el abogado general Paolo Mengozzi, a las que usualmente el TJUE suele hacer caso. Mengozzi se mostr¨® partidario de obligar a los Estados a entregar obligatoriamente el visado humanitario si hay riesgo de tortura o trato inhumano, y record¨® a Europa sus valores de acogida en unas conclusiones con un mensaje pol¨ªtico inusualmente arriesgado en un letrado comunitario.

Sobre la postura de los jueces sobrevolaban entre otras la cuesti¨®n de si los tribunales deben decidir sobre la gesti¨®n de la crisis de refugiados o debe ser competencia de la clase pol¨ªtica. ¡°En la sentencia hay algo de llamamiento al legislador para que haga su trabajo, o para que los Estados, colectiva o individualmente, asuman sus responsabilidades y no se la endosen a los tribunales¡±, explica Daniel Sarmiento, profesor de la Universidad Complutense y antiguo magistrado del TJUE.

Las organizaciones humanitarias defienden que dar visados humanitarios permitir¨ªa la llegada de los refugiados en condiciones dignas y no tras una larga traves¨ªa en la que ponen en peligro su vida, as¨ª como acabar con las mafias de traficantes de personas. Pero la mitad de los pa¨ªses de la UE, apoyados por la Comisi¨®n Europea, se mostraron contrarios a obligar a entregarlos argumentando que el margen de acogida es limitado. ¡°Todo el mundo no puede venir a Europa¡±, dijo Francken, satisfecho con la sentencia.

El marco pol¨ªtico que rodea el fallo del Tribunal de Luxemburgo tampoco ha ayudado. Las formaciones populistas crecen en el continente con un duro mensaje antiinmigraci¨®n en un a?o en que si bien el ascenso del ultra Geert Wilders en Holanda ha sido inferior al esperado, se teme su escalada electoral en los comicios de Francia y Alemania.