?Vuelve el Fascismo?
Espero que los nacientes fascismos sean derrotados en las urnas y no por medio de las armas como aconteci¨® en 1945
Cuando a ra¨ªz de la conclusi¨®n de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad de naciones crey¨® haber superado para siempre los horrores del fascismo enterr¨¢ndolo bajo siete capas de tierra, ahora resulta que empieza a resurgir entre cad¨¢veres y osamentas, como si se hubieran olvidado sus perniciosos efectos.
Todo comenz¨® en Italia, en 1922, cuando Mussolini lleg¨® al poder encabezando la Marcha sobre Roma, con la cual impresion¨® al rey V¨ªctor Manuel III. Afortunadamente Mussolini fue fusilado, colgado de los pies, junto con Clara Petacci, en 1945. Las piezas del rompecabezas fascista se reunieron en forma de magia negra cuando apareci¨® Adolfo Hitler, canciller de Alemania, en 1933. El Duce y el F¨¹hrer apoyaron, a partir de 1936, la consolidaci¨®n del fascismo espa?ol encumbrando a Franco como el tercer dictador europeo. ?Un desastre! El mapa europeo se manchaba con la sangre liberal, la progresista, la civilizada, que surg¨ªa cuando las botas fascistas aplastaban brutalmente las cimientes democr¨¢ticas. Parad¨®jicamente del otro lado del mundo, en Jap¨®n, en 1936, el fascismo japon¨¦s tambi¨¦n alcanzaba su m¨¢xima expresi¨®n y determinaba el destino del Imperio del Sol Naciente. En Asia tambi¨¦n surg¨ªan los b¨¢rbaros asesinos sin un acuerdo previo entre jerarcas tiranos.
Todo lo anterior viene al cuento porque a pesar de que el fascismo mundial qued¨® sepultado en ruinas, ya que Alemania fue destruida en t¨¦rminos absolutos y Jap¨®n fue devastado con bombas at¨®micas arrojadas en Hiroshima y en Nagasaki y se perdieron 60 millones de vidas humanas, ahora, en pleno siglo XXI, resurgen de nueva cuenta las tentaciones diab¨®licas populistas entre algunas de las grandes potencias que asistieron el siglo pasado a la peor hecatombe conocida en la historia de la humanidad.
La xenofobia brit¨¢nica, expresada a trav¨¦s del Brexit, logr¨® el descarrilamiento de la locomotora inglesa del convoy promisorio de la Uni¨®n Europea. Los pol¨ªticos del Reino Unido que impulsaron la salida de Inglaterra de la Uni¨®n Europea, una de las grandes conquistas pol¨ªticas de la posguerra, dif¨ªcilmente podr¨ªan ocultar su penacho fascista. El Reino Unido habr¨¢ de pagar muy caro el precio del populismo suicida. De la misma manera que aparecieron simult¨¢neamente, en la primera mitad del siglo XX, pa¨ªses fascistas como Alemania, Espa?a e Italia, ahora surge tambi¨¦n en Francia la tentaci¨®n fascista de Marine Le Pen, quien de llegar al Palacio del El¨ªseo excluir¨ªa a su pa¨ªs de la UE, para asestar un golpe mortal a esta ejemplar organizaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Algo huele a podrido en Francia porque la ultraderecha, es decir, la xenofobia nacionalista, podr¨ªa llegar al poder con terribles consecuencias para Europa. El mundo entero se ha convertido en una vecindad. Ah¨ª est¨¢ Donald Trump, un presidente de extracci¨®n fascista, otro xen¨®fobo obnubilado, que amenaza con deportar a 11 millones de ilegales que radican en Estados Unidos, sin detenerse a considerar que deportarlos, si es que esto fuera posible, equivaldr¨ªa a darse un tiro en el paladar, porque precisamente estos extranjeros ilegales que perciben ingresos muy bajos por su condici¨®n migratoria, son quienes lamentablemente hacen el trabajo sucio que los norteamericanos se niegan a llevar a cabo. ?C¨®mo sustituirlos?
Un motivo de reconciliaci¨®n pol¨ªtica consiste en el triunfo electoral, en Holanda, de Mark Rutte, quien derrot¨® en las urnas al populista Geert Wilders. Es claro que su ¨¦xito no fue rotundo, porque si bien logr¨® 33 esca?os en el Parlamento, necesitaba 76 para formar Gobierno, para lo cual se ver¨¢ obligado a estructurar una coalici¨®n gobernante para cerrarle el paso al fascismo xen¨®fobo de Geert Wilders, racista y antieurope¨ªsta, supuesto l¨ªder vencedor, seg¨²n las encuestas... Pero, ?qui¨¦n cree ahora en las encuestas cuando la se?ora Hillary Clinton las encabezaba o cuando tambi¨¦n estas anunciaban el fracaso del Brexit o en esta ocasi¨®n, cuando afirmaban el arribo del fascismo en Holanda? Todas las encuestas se equivocaron, como espero se equivoquen cuando predicen con su bola de cristal opacada, la llegada de Marine Le Pen al Gobierno de Francia.
Espero a gritos, con los brazos abiertos y pose¨ªdo de mi mejor entusiasmo y fundadas esperanzas, que los nacientes fascismos sean derrotados en las urnas y no por medio de las armas como aconteci¨® en 1945. Francia tiene ahora la palabra.
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