Francia descubre la corrupci¨®n de baja intensidad asentada en la pol¨ªtica
Los esc¨¢ndalos de la derecha y las acusaciones de conspiraci¨®n dividen a los franceses entre la indignaci¨®n y la indiferencia
A un mes de las elecciones francesas, los affaires lo dominan todo. La sombra del nepotismo, el tr¨¢fico de influencias o la corrupci¨®n pesa sobre los candidatos Fran?ois Fillon, de Los Republicanos, y Marine Le Pen, del Frente Nacional. Sale a flote un sistema que asum¨ªa como normales pr¨¢cticas que rozaban la ilegalidad. La respuesta de Fillon, el m¨¢s da?ado, oscila entre dos extremos: extender sin pruebas la sospecha hasta las m¨¢s altas instancias del Estado, insinuando la existencia de un indemostrado gabinete negro en el El¨ªseo; o desechar como irrelevantes las graves acusaciones que pesan sobre ¨¦l.
¡°?Y qu¨¦?¡± La pregunta ¡ª "et alors?", en franc¨¦s¡ª ha ingresado en la categor¨ªa de frases de culto, seg¨²n Le Monde. Junto a "gabinete negro", posiblemente sea la expresi¨®n que acabe definiendo estas elecciones presidenciales. La pronunci¨® Fillon, aspirante a suceder al socialista Fran?ois Hollande en el El¨ªseo, hace unos d¨ªas, al conocerse que un misterioso amigo le hab¨ªa regalado en febrero dos trajes por valor de 13.000 euros.
No eran trajes cualquiera. Los compr¨® en Arnys, el selecto modisto de la rue de S¨¨vres, en el distrito s¨¦ptimo de Par¨ªs, una tienda que ha contado con su clientela a figuras como Andy Warhol y Marcello Mastroianni o presidentes como Val¨¦ry Giscard D¡¯Estaing y Fran?ois Mitterrand, que se compr¨® ah¨ª su sombrero favorito (Pierre Moscovici, socialista como Mitterrand y comisario europeo de Asuntos Econ¨®micos y Financieros, tambi¨¦n recibi¨® trajes de Arnys como regalo, seg¨²n public¨® el semanario Le Canard encha?n¨¦).
El et alors? de Fillon revelaba el sentimiento de impunidad de cierta clase pol¨ªtica que cultiva actitudes casi mon¨¢rquica. Si ¨¦l, y otros, siempre hab¨ªan actuado as¨ª, ?para qu¨¦ cambiar? ?qui¨¦nes eran los jueces o los periodistas para reprocharle el regalo de 13.000 euros? ?con qu¨¦ derecho hurgaban en la vida de su mujer, P¨¦n¨¦lope Fillon, que durante a?os figur¨® como asistente parlamentaria sin aparentes contraprestaciones laborales?
El goteo de revelaciones sobre Fillon es casi diario. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha sabido que sus hijos, tambi¨¦n supuestamente empleados por el padre en la Asamblea Nacional, le reembolsaron parte del salario; o que el amigo generoso que le regalaba trajes era Robert Bourgi, un personaje central en la Fran?afrique, la red de influencia y corruptelas de Francia con sus antiguas colonias. Los jueces que imputaron por desv¨ªo de fondos p¨²blicos al exprimer ministro Fillon han ampliado a nuevos cargos, entre ellos falsificaci¨®n.
Los sabuesos de Le Canard encha?n¨¦ han descubierto que en 2015 Fillon medi¨® a cambio de 50.000 euros entre el multimillonario liban¨¦s Fouad Makhzoumi y el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin. El aspirante a presidente franc¨¦s realiz¨® este trabajo en calidad de consultor mientras segu¨ªa siendo diputado, una pr¨¢ctica tan legal, tolerada y aceptada como el empleo de familiares por los diputados. Todos lo hacen..., es el argumento de los fillonistas.
El diputado socialista Ren¨¦ Dosi¨¨re, autor del libro Dinero, moral, pol¨ªtica, ha capitaneado en la Asamblea Nacional algunas iniciativas para promover la transparencia. Es optimista. ¡°Lo curioso es que, desde hace unos diez a?os, hemos mejorado mucho en el terreno de la transparencia en la relaci¨®n entre el dinero y la pol¨ªtica¡±, dice en una entrevista telef¨®nica. ¡°Y naturalmente, esto ha conducido a que se conozcan algunas derivas¡±.
Los esc¨¢ndalos que empa?an la campa?a seguramente no habr¨ªan estallado sin leyes aprobadas durante la presidencia de Hollande. Estas leyes, explica Dosi¨¨re, han permitido conocer los empleados de los diputados y sus actividades paralelas; la creaci¨®n de una fiscal¨ªa dedicada a los delitos financieros; o la prohibici¨®n por parte del Gobierno de influir en la fiscal¨ªa para torpedear casos pol¨ªticos.
¡°Tenemos un conjunto de disposiciones que permiten efectivamente a los periodistas investigar y a la justicia intervenir. Hace unos a?os todo esto habr¨ªa sido imposible¡±, dice Dosi¨¨re.
Lo normal empieza a parecer an¨®malo. Un caso como el del presidente Mitterrand, que sufrag¨® con dinero p¨²blico la residencia de su amante y a su hija secreta, ser¨ªa hoy ¡°imposible¡±, asegura. Los mayores controles a los que est¨¢n sometidos los poderes p¨²blicos, incluido el El¨ªseo, lo impedir¨ªan.
La dimisi¨®n el martes del ministro del Interior, el socialista Bruno Le Roux, por emplear cuando era diputado a sus hijas adolescentes, es una mancha para Hollande, el quinto ministro que dimite durante su quinquenio, que deb¨ªa ser, en sus palabras, el de la ¡°Rep¨²blica ejemplar¡±. Pero refleja un mayor grado de exigencia. El caso Le Roux, hombre de confianza de Hollande, env¨ªa un mensaje moralizante. ?l s¨ª dimite. No como Fillon, ni como Le Pen, que al igual que Le Roux est¨¢n bajo la presi¨®n de los jueces por casos de empleos ficticios y financiaci¨®n de su partido, pero rechazan abandonar, encastillados como est¨¢n en sus aspiraciones al El¨ªseo y desafiantes ante jueces y periodistas.
Al insinuar la existencia de una c¨¦lula ilegal en el El¨ªseo destinada a destruir a sus enemigos pol¨ªticos, Fillon busca anular la imagen de probidad que intenta proyectar Hollande, y, en un estilo similar al de Donald Trump en EE UU, presentarse ¨¦l como una v¨ªctima de un complot del deep state, el estado dentro del estado, las fuerzas oscuras que intentar¨ªan acabar con ¨¦l. El 'todos podridos', la idea de que nadie est¨¢ limpio ni tiene autoridad para acusar, puede funcionar entre los votantes de la derecha.
La Rep¨²blica francesa se debate entre la cultura de la transparencia y la del ?y qu¨¦?, el et alors?; entre el voluntarismo de la Rep¨²blica ejemplar y la paranoia conspiratoria: tambi¨¦n esto se dirime en las elecciones a dos vueltas del 23 de abril y el 7 de mayo.
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