Los aspectos m¨¢s duros de la negociaci¨®n que marcar¨¢ el futuro de Europa
Una gu¨ªa para entender la negociaci¨®n m¨¢s compleja que ha abordado nunca el bloque comunitario
La Uni¨®n Europea inicia su primer momento de repliegue tras celebrar 60 a?os de continua expansi¨®n. Reino Unido activar¨¢ este mi¨¦rcoles el reloj del Brexit, con la notificaci¨®n formal a Bruselas de lo que sus ciudadanos decidieron por refer¨¦ndum el pasado junio: abandonar la UE en el plazo de dos a?os. El Gobierno brit¨¢nico invocar¨¢ ante el Consejo Europeo el art¨ªculo 50 del tratado de Lisboa, una v¨ªa de salida del club comunitario en la que nadie hab¨ªa reparado antes de la consulta brit¨¢nica. Pese a los nueve meses de preparaci¨®n intensiva que acumulan ambas partes, el proceso est¨¢ plagado de incertidumbres.
El divorcio entre Reino Unido y la Uni¨®n Europea es un terreno minado. Las dos partes afrontan la negociaci¨®n m¨¢s compleja que ha abordado nunca el bloque comunitario, con asuntos muy controvertidos en el horizonte. Londres y Bruselas deber¨¢n pactar un divorcio ordenado y tambi¨¦n un marco de relaci¨®n futura para evitar el abismo una vez se consume la salida brit¨¢nica. Lograrlo en 18 meses, como pretenden los negociadores, se antoja una tarea tit¨¢nica. Estos son los principales puntos de fricci¨®n:
Derechos de los ciudadanos. El colectivo que Reino Unido denomina despectivamente inmigrantes europeos ¡ªlos 3,3 millones de ciudadanos comunitarios que viven en su territorio¡ª y los que define m¨¢s ben¨¦volamente como expatriados ¡ªcasi 1,2 millones de brit¨¢nicos en suelo de la UE, un tercio de ellos en Espa?a¡ª conforman el aspecto m¨¢s sensible de la negociaci¨®n. El impacto del Brexit recaer¨¢ especialmente en esos m¨¢s de cuatro millones de ciudadanos que hasta ahora no han tenido que temer por cuestiones tan b¨¢sicas como el derecho a la sanidad y a la educaci¨®n p¨²blicas en sus lugares de residencia.
La UE y el Gobierno brit¨¢nico se han exigido mutua reciprocidad en el reconocimiento de derechos a esos ciudadanos. Pero la se?ales que llegan desde Londres no son alentadoras. La C¨¢mara de los Lores aprob¨® una enmienda solicitando el reconocimiento unilateral de ciudadan¨ªa; la C¨¢mara de los Comunes la rechaz¨®. El Parlamento Europeo, cuyo voto es vinculante en ese divorcio, ha avisado de que esta ser¨¢ su prioridad. ¡°Garantizaremos los derechos de los ciudadanos¡±, asegur¨® este martes su presidente, Antonio Tajani.
Una de las mayores discrepancias deriva de la llamada fecha de corte. Reino Unido argumenta que a partir de este mismo mi¨¦rcoles nadie puede acumular derechos. Lo contrario, defienden sus gobernantes, alentar¨ªa un pico de llegadas de europeos a Reino Unido mientras se negocia el Brexit para afincarse antes de que se produzca la salida. Bruselas resta validez a este argumento: el socio brit¨¢nico seguir¨¢ siendo miembro de pleno derecho de la UE hasta que abandone el seno comunitario. Por tanto, la ¨²nica fecha de corte posible ser¨¢ la de salida: 30 de marzo de 2019 (si se cumple el plazo de dos a?os desde la notificaci¨®n).
Facturas pendientes. Este cap¨ªtulo amenaza con condicionar el resto de la discusi¨®n. La Comisi¨®n Europea ha calculado oficiosamente que, al salir de la UE, Reino Unido deber¨¢ abonar unos 60.000 millones de euros. No se trata de una factura, precisan en Bruselas, sino de un arreglo de cuentas pendientes. La cifra incluye tres conceptos: proyectos ya comprometidos pero cuyos pagos no han sido asignados (iniciativas de largo plazo, como el lanzamiento de sat¨¦lites), derechos de pensi¨®n de los funcionarios europeos y garant¨ªas sobre pr¨¦stamos que otorga, entre otros, el Banco Europeo de Inversiones. El presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, ya ha advertido a Londres de que se enfrenta a ¡°una factura muy cara¡±. Para evitar m¨¢s fricciones de las necesarias, los negociadores tratar¨¢n de pactar un m¨¦todo de c¨¢lculo, en lugar de discutir la cifra concreta. Los t¨¦cnicos deber¨¢n luego precisar la suma.
El choque, pese a todo, est¨¢ garantizado. Los partidarios del Brexit recorrieron el pa¨ªs a bordo de autobuses adornados con la cifra de 350 millones de libras (403 millones de euros) que, supuestamente, aportaba Reino Unido semanalmente a la UE y que propon¨ªan destinar a la sanidad p¨²blica nacional. Los propios responsables reconocieron despu¨¦s que la cifra era falsa. Pero la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, prometi¨® a su Parlamento que no habr¨¢ m¨¢s ¡°grandes contribuciones¡± al presupuesto europeo.
Fronteras. La creaci¨®n de nuevas fronteras exteriores en la UE provocar¨¢ tensiones territoriales, principalmente en Irlanda del Norte y en Gibraltar (las dos ¨²nicas fronteras terrestres que generar¨¢ Reino Unido con el bloque comunitario). En Irlanda, la idea de crear muros entre la rep¨²blica (pa¨ªs aut¨®nomo) e Irlanda del Norte (una de las cuatro naciones de Reino Unido) aviva el temor a que resurjan las enemistades. La ruptura con la UE arroja incertidumbre sobre el Acuerdo de Viernes Santo, que en 1998 puso fin a 30 a?os de violencia y que se basa en la pertenencia de ambas partes a la UE. Irlanda del Norte vot¨®, adem¨¢s, por permanecer en la UE (con un resultado del el 55,8%).
Sin esas connotaciones tan sensibles, el caso de Gibraltar es esencial para Espa?a. La verja tomar¨ªa un cariz muy diferente si se convirtiera en frontera exterior (y fuese necesario un visado para cruzarla). Alrededor de 10.000 personas la atraviesan a diario, seg¨²n datos del Gobierno andaluz. El negociador en jefe europeo, Michel Barnier, ya ha advertido de que la colonia saldr¨¢ de la UE junto con Reino Unido.
Bruselas aboga por mantener la calma. A la vista de que estas potenciales tensiones derivan de una decisi¨®n brit¨¢nica, los negociadores europeos esperan que sea Londres quien proponga soluciones imaginativas.
Procedimiento. Acordar el modo de negociar consumir¨¢ unas energ¨ªas nada despreciables a ambos lados de la mesa. Londres exhibe la bandera del llamado paralelismo: negociar a la vez el proceso de divorcio y la relaci¨®n futura con la UE. Bruselas contrapone lo que denomina secuencia: acordar primero el divorcio y, una vez cerrado ese cap¨ªtulo, armar la relaci¨®n futura. Mezclar las dos cosas contaminar¨¢ ambos procesos, argumentan en Bruselas. Para Londres, es una forma de intercambiar cromos que puede jugar a su favor. ¡°Pedimos a Reino Unido un comportamiento justo¡±, inst¨® este martes el jefe de filas del Partido Popular Europeo en la Euroc¨¢mara, Manfred Weber, representativo de la dura postura alemana frente al Brexit.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.