Balas para frenar periodistas en M¨¦xico
Cecilio Pineda, Miroslava Breach y Ricardo Monlu¨ª son los tres ¨²ltimos reporteros asesinados en M¨¦xico. Estas son las historias que silenciaron.
Marzo ha sido un mes fat¨ªdico para la prensa en M¨¦xico. Tres periodistas han muerto asesinados a balazos en Guerrero, Veracruz y Chihuahua. Otro lucha por su vida en el hospital despu¨¦s de un ataque en la puerta de su casa. Otro tuvo suerte, su escolta recibi¨® el plomo que unos sicarios guardaban para ¨¦l. El ¨²ltimo se recupera de una herida de bala, sufrida cuando cubr¨ªa una protesta sindical. 103 periodistas han muerto asesinados en M¨¦xico desde 2000. Solo el a?o pasado fueron 11. Las l¨ªneas que siguen tantean los ¨²ltimos pasos de los tres muertos del mes de marzo.
Miroslava Breach, la valiente denuncia sobre la ¡®narcopol¨ªtica¡¯
Como en las pel¨ªculas de esp¨ªas, si el investigador hubiera preguntado a los conocidos de la v¨ªctima si hab¨ªa alguien que tuviera motivos para asesinar a Miroslava Breach, sus familiares, amigos y conocidos se habr¨ªan mirado entre ellos y habr¨ªan enumerado una larga lista de posibles sospechosos que van desde alcaldes y polic¨ªas locales a partidos pol¨ªticos y narcotraficantes.
Conocida por su periodismo cr¨ªtico y profundo, a lo largo de varias d¨¦cadas como corresponsal en Chihuahua Miroslava molest¨® a muchos y fue elevando el tono para denunciar, entre otras cosas, el desplazamiento de miles de campesinos de la sierra Tarahumara obligados a plantar amapola ante la llegada de los c¨¢rteles, o los v¨ªnculos de los partidos pol¨ªticos con el crimen organizado.
Si bien a¨²n no est¨¢ claro quien orden¨® su muerte el jueves 23 de marzo, las autoridades tienen clara una cosa: fue asesinada por su trabajo period¨ªstico, confirm¨® el gobernador Javier Corral.
Uno de sus art¨ªculos m¨¢s reconocidos, ¡°Narco destierra a familias en Chihuahua¡±, publicado en agosto de 2016, denunciaba que centenares de familias de campesinos hab¨ªan sido desplazadas de sus comunidades y hab¨ªan perdido sus casas, ganado y tierras, a manos de narcotraficantes. En su texto detall¨® como los campesinos de diminutos municipios perdidos entre las monta?as de Chihuahua como La Lobera, Ch¨ªnipas o El Manzano, en Urique, viv¨ªan bajo el terror de narcotraficantes que custodiaban los caminos que imped¨ªan regresar a la poblaci¨®n.
El texto se?alaba que mientras en las zonas urbanas decrec¨ªa el n¨²mero de homicidios, en las zonas rurales no hac¨ªa sino aumentar. Y citaba dos municipios Milpillas y Las Chinacas donde hace unos a?os viv¨ªan 1.500 personas y ahora solo quedan la mitad. El art¨ªculo denunciaba que desde hac¨ªa varios meses distintas organizaciones y movimientos pol¨ªticos le hab¨ªan pedido al presidente Enrique Pe?a Nieto que actuara, sin obtener respuesta.
Pero Miroslava no levant¨® el dedo del rengl¨®n. Recientemente public¨® un valiente texto donde denunci¨® los v¨ªnculos entre el crimen organizado y los partidos pol¨ªticos. En el texto ¡®Impone el crimen organizado candidatos a ediles en Chihuahua¡¯, publicado en La Jornada denunciaba como los dos partidos m¨¢s importantes del pa¨ªs, el oficialista PRI (Partido Revolucionarios Institucional) y la derecha del PAN (Acci¨®n Nacional) hab¨ªan incluido en sus listas a miembros del crimen organizado como candidatos a alcaldes.
Miroslava cit¨® con nombres y apellidos como la suegra de Arturo Quintana, alias El 80, el criminal m¨¢s buscado desde de la regi¨®n, se presentar¨ªa como candidata del PRI en Bachin¨ªva. Su candidatura vino precedida llegar una serie de an¨®nimos para que ning¨²n otro aspirante osara presentarse y opacar a la candidata Silvia Mariscal Estrada.
Diez d¨ªas despu¨¦s recibi¨® ocho balazos de un sujeto armado que la esperaba a la salida de su casa.
?Cecilio Pineda, reportero en Tierra Caliente
?El reportero Cecilio Pineda trabajaba para su cuenta de Facebook. Igual entraba en vivo con la c¨¢mara de su celular, que escrib¨ªa una nota. O publicaba el reportaje de alg¨²n compa?ero. O sacaba publicidad de una venta de pollos, de un taller mec¨¢nico, de una tienda de zapatos. As¨ª ganaba algo de dinero.
?A Cecilio lo asesinaron el pasado 2 de marzo en su pueblo. Viv¨ªa en Ciudad Altamirano, un municipio de la Tierra Caliente de Guerrero, una de las regiones m¨¢s pobres de uno de los estados m¨¢s pobres de M¨¦xico.
El d¨ªa en que lo mataron, Cecilio fue a San Miguel Totolapan, el pueblo de al lado. Hac¨ªa meses que un grupo de vecinos se hab¨ªa levantado en armas contra el crimen organizado. Estaban hartos, dec¨ªan, de Los Tequileros, una banda de secuestradores que ten¨ªa sometida a la poblaci¨®n desde hac¨ªa meses. Aquel d¨ªa, los vecinos exigieron a las autoridades que detuvieran a su l¨ªder, El Tequilero. Que aprehendieran adem¨¢s a su compadre, el exalcalde de San Miguel, Sa¨²l Beltr¨¢n. Por entonces, la fiscal¨ªa ya acusaba a Beltr¨¢n de haber asesinado al p¨¢rroco del pueblo a?os antes.
Cuando volv¨ªa de San Miguel, mientras manejaba su carro, Cecilio entr¨® en vivo a trav¨¦s de su cuenta de Facebook. ¡°?Buenas tardes amigos de la Tierra Caliente!¡±, salud¨®. El reportero denunci¨® que unos sicarios de Los Tequileros hab¨ªan desertado. Que estos sicarios hab¨ªan dado la ubicaci¨®n de los dem¨¢s. Que las autoridades no los deten¨ªan porque no quer¨ªan. Que el comandante regional de la polic¨ªa estatal proteg¨ªa a los secuestradores. El v¨ªdeo pronto alcanz¨® varios miles de visitas.
Cecilio no hac¨ªa periodismo de investigaci¨®n. Dec¨ªa lo que todos cre¨ªan saber y el problema, para ¨¦l, es que muchos le escuchaban. Era un l¨ªder de opini¨®n. Un amigo suyo, colega de profesi¨®n, contaba este viernes que ¡°le hab¨ªan dicho que le bajara¡±. Que no publicara m¨¢s cosas sobre Los Tequileros. ¡°Ya en diciembre empezaron as¨ª, que le bajara, le mandaban mensajes al Facebook¡±. El reportero no quiere decir su nombre por miedo.
Cecilio era orondo, el pelo al rape, una barbita de candado, casi siempre vestido de negro. Las autoridades saben qui¨¦nes le mandaron matar. Pero ignoran quienes apretaron el gatillo. Cuando agarremos a los segundos, dec¨ªa el fiscal la semana pasada, iremos por los primeros.
Ricardo Monlu¨ª y la industria de la ca?a de az¨²car en Veracruz
En apenas mes y medio, tres hombres vinculados a la industria de la ca?a de az¨²car murieron asesinados en Veracruz. Los tres, en la regi¨®n centro. Primero fue Norberto Echeverr¨ªa. Presidente de una asociaci¨®n de productores de ca?a de az¨²car, Echeverr¨ªa muri¨® acribillado el jueves 9 de marzo en el estacionamiento de un centro comercial de C¨®rdoba. Un lugar concurrido en una ciudad grande. A Norberto le cayeron dos disparos, uno en la cabeza. Muri¨® ah¨ª mismo.
Dos semanas m¨¢s tarde, el viernes 24 de febrero, Fernando Maza muri¨® tiroteado a tres kil¨®metros de all¨ª. Maza, l¨ªder de otra asociaci¨®n de ca?eros, iba manejando su camioneta por una de las avenidas anchas de la ciudad. Sus tres escoltas le segu¨ªan en otra. Seg¨²n testimonios recopilados por la prensa local, tres veh¨ªculos les emboscaron y balacearon.
El d¨ªa de San Jos¨¦, domingo 19 de marzo, Ricardo Monlu¨ª fue a desayunar a un restaurante con familiares y amigos. Se citaron en Yanga, un municipio a 20 minutos en carro del centro de C¨®rdoba. A eso de las 10 de la ma?ana, cuando ya sal¨ªan del local, hombres armados abrieron fuego contra ¨¦l. Muri¨® all¨ª mismo, en la banqueta, afuera del restaurante. Otras versiones indican que lo mataron dentro de su carro, un Nissan Tsuru blanco. Otras que solo estaba con su esposa. Otras¡
Monlui era un periodista conocido en la regi¨®n centro del estado. Ten¨ªa su propio medio, El Pol¨ªtico de C¨®rdoba. Colaboraba con varios diarios locales. Escrib¨ªa una columna, el Crisol. Un colega dice que era muy cercano al Gobierno y que por eso nadie hizo demasiado esc¨¢ndalo cuando lo mataron. El colega, que prefiere ocultar su nombre por seguridad, dice tambi¨¦n que era muy amigo de Daniel P¨¦rez Vald¨¦s.
No queda muy claro que tipo de relaci¨®n manten¨ªan, pero Monlui y Vald¨¦s se conoc¨ªan de hac¨ªa tiempo. El segundo era ¨Csigue siendo- presidente de la uni¨®n nacional de productores de ca?a de az¨²car. El primero hab¨ªa sido su vocero.
Ricardo Monlui no descubri¨® los trapos sucios de nadie, pero conoc¨ªa el sector ca?ero como la palma de su mano. Las autoridades no han detenido a nadie por la muerte de ninguno de los tres.
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