El barrio m¨¢s tur¨ªstico de Lisboa se moviliza contra la venta de laurel como hach¨ªs
La polic¨ªa no da abasto con la plaga de p¨ªcaros ofreciendo hierba legal como ilegal
La Baixa, el coraz¨®n de Lisboa, el no va m¨¢s de Pombal, el Imperio y la portugalidad, ha salido a la calle en manifestaci¨®n. Al frente iba el presidente del distrito y detr¨¢s vecinos con peque?as pancartas que dec¨ªan ¡°?Stop a la venta de laurel!¡±, y para avisar a los de fuera ¡°Warning Bay leaves sell pretending to be drug¡±,?("Aviso, las hojas de laurel se venden fingiendo ser droga")?.
En un principio, la manifestaci¨®n contra la comercializaci¨®n de una planta chocaba un poco, pero dado los tiempos del animalismo y veganismo que vivimos, y que tambi¨¦n se programan manifestaciones contra la venta de caracoles, pues ten¨ªa su raz¨®n de ser. ?Pero porqu¨¦ el laurel y no el puerro? A diferencia de la del caracol la concentraci¨®n contra el laurel ten¨ªa polic¨ªa a su favor y tambi¨¦n a los concejales del barrio.
La broma ha dejado de ser tal cuando la polic¨ªa lleva detenidas en lo que lleva de a?o a m¨¢s de 200 personas, casi siempre las mismas
Resulta que con la llegada de turistas se ha disparado la picaresca portuguesa, que quiz¨¢s fue un invento espa?ol pero que se expandi¨® con la globalizaci¨®n y hoy, en general, se practica por doquier por gente de, quiz¨¢s, escasos recursos monetarios, pero muchos cerebrales. En la Baixa, j¨®venes, en su mayor¨ªa hombres y de color, ofrecen con bastante insistencia paquetitos de hierba a muy buen precio. La gente supone que la hierba es hach¨ªs, aunque nadie se lo ha vendido como tal, cuando se trata de hojas de laurel prensado que para las lentejas van bien (mejor sin prensar) pero para el porro, no.
La broma ha dejado de ser tal cuando la polic¨ªa lleva detenidas en lo que lleva de a?o a m¨¢s de 200 personas, casi siempre las mismas, pues con la misma rapidez que las cogen las suelta el juez, y con raz¨®n. No hay delito de por medio, su ¨²nica falta es venta ambulante ilegal, algo que no da ni para acudir al confesionario. Los traficantes son siempre los mismos y los vecinos y los polic¨ªas, tambi¨¦n. Estos ¨²ltimos est¨¢n hartos porque el barrio se ha invadido de estos trapicheos inocentes y se ha ido extendiendo por Chiado, Alfama y la Morer¨ªa. Los clientes, la mayor¨ªa extranjeros, no se quejan, claro, por la falsificaci¨®n, pues tambi¨¦n ser¨ªan c¨®mplices de un posible delito, comprar droga, si fuera lo que conten¨ªa en la bolsita.
Los concejales y la polic¨ªa han pedido un cambio legal porque a este paso quiz¨¢s no aumenten los enganchados a la droga pero el laurel va camino de su extinci¨®n, dado el ¨¦xito de esta venta fraudulenta que crece al mismo ritmo que la llegada de turistas.
¡°Es una iniciativa conjunta de la Junta de Distrito y del Comando Metropolitano de Lisboa de la Polic¨ªa para intentar acabar con este fen¨®meno preocupante que ocurre en la Baixa¡±, explica el presidente de la Junta, Miguel Coelho. ¡°Hemos recibido muchas reclamaciones, que se quejan de inseguridad y de mal ambiente porque muchos de aquellos individuos tienen comportamientos agresivos¡±. La campa?a se llama Basta de laurel prensado. Por las calles m¨¢s afectadas se han pegado carteles y voluntarios del barrio distribuyen folletos entre los viandantes.
Los detenidos no pueden ser acusados de tr¨¢fico de droga, porque no la hay, el delito m¨¢s grave ser¨ªa publicidad enga?osa, pero tampoco es que voceen al viento su producto y ni siquiera enga?an, porque dicen ¡°hierba, hierba¡± y cualquier juez un poco laxo le podr¨ªa dar al laurel la categor¨ªa de hierba o, la defensa, arg¨¹ir que su defendido desconoc¨ªa que el laurel era m¨¢s arbusto que hierba.
Coelho admite que no va a ser mucha la eficacia de la campa?a contra los vendedores que dan gato por liebre o mejor, en estos tiempos alucinantes, laurel por mar¨ªa.
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