Kim Jong-un busca galvanizar a su pueblo mientras aumenta la tensi¨®n
El l¨ªder norcoreano se da un ba?o de masas previo al desfile militar del pr¨®ximo s¨¢bado
Si hoy es jueves, toca inauguraci¨®n de calle nueva. En el exterior, el mundo se pregunta si Corea del Norte conmemorar¨¢ con una prueba nuclear o de misiles el 105 aniversario del nacimiento de su fundador este s¨¢bado, Kim Il-sung, y qu¨¦ consecuencias podr¨ªa desencadenar. Dentro del pa¨ªs, su nieto y actual l¨ªder, Kim Jong-un, acumula comparecencias con un ¨²nico fin: galvanizar al pueblo en torno al Gran Mariscal.
La tensi¨®n en la zona no disminuye. Mientras el portaaviones de EE UU Carl Vinson contin¨²a su rumbo a la zona, la p¨¢gina especializada 38 North indica que, seg¨²n su an¨¢lisis de im¨¢genes v¨ªa sat¨¦lite tomadas este mi¨¦rcoles, el pa¨ªs est¨¢ ¡°preparado y dispuesto¡± para un ensayo nuclear inminente. El primer ministro japon¨¦s, Shinzo Abe, ha advertido a una comisi¨®n parlamentaria que Corea del Norte podr¨ªa ser ya capaz de ¡°disparar una ojiva que contenga gas sar¨ªn¡±.
Con esta incertidumbre, las alertas saltaron este jueves cuando en torno a las 4.30 de la ma?ana (20.00 GMT del mi¨¦rcoles), los periodistas extranjeros admitidos en el pa¨ªs para los festejos del aniversario comenzaban a recibir avisos de sus gu¨ªas, los funcionarios que el Gobierno norcoreano asigna a cada medio para que le acompa?en y supervisen constantemente durante su estancia, para que se apresuraran a salir a presenciar un ¡°importante acontecimiento¡±.
Falsa alarma. O, desde el punto de vista del r¨¦gimen, no. Era, a los ojos de Pyongyang, un acontecimiento realmente importante: Kim Jong-un iba a inaugurar una nueva calle de edificios de viviendas y espacios de ocio para sus cient¨ªficos y acad¨¦micos. La avenida Ryomyong, o Aurora, se ha construido a toda prisa, en apenas un a?o, para encarnar uno de los lemas favoritos del Gobierno: que las sanciones con que la comunidad internacional ha castigado el programa de armamento norcoreano no han surtido efecto alguno y el pa¨ªs es m¨¢s fuerte que nunca.
Supervisi¨®n de ejercicios militares
La inauguraci¨®n de la calle no era el ¨²nico evento que protagonizaba Kim Jong-un. El l¨ªder, que el martes clausur¨® una sesi¨®n extraordinaria del Legislativo, supervis¨® tambi¨¦n un simulacro de operaci¨®n de comandos a¨¦reos especiales, seg¨²n ha informado la prensa norcoreana. Seg¨²n estos medios, los soldados se lanzaron de los aviones ¡°como si fueran granizo¡± y ¡°derribaron sin piedad los objetivos enemigos¡±.
El simulacro, seg¨²n la agencia estatal norcoreana KCNA, ¡°ha demostrado una vez m¨¢s que nuestro Ej¨¦rcito Popular Coreano ¡ propinar¨¢ una buena dosis de disparos y del sabor de la guerra a los invasores temerarios¡±. El comentario llegaba mientras parte del centro de Pyongyang quedaba cerrado al tr¨¢fico: estaban llegando las decenas de veh¨ªculos militares que participar¨¢n en el desfile del s¨¢bado.
M¨¢s de 10.000 personas se agolpaban en el inicio de la calle para recibir a su l¨ªder, en un anticipo del ba?o de masas que Kim Jong-un se dar¨¢ el s¨¢bado, con un espectacular desfile militar y civil. Funcionarios vestidos id¨¦nticos en chaqueta Mao y corbata; militares con charreteras y gorra de plato; mujeres de todas las edades ataviadas con coloridos hanbok, el vestido femenino tradicional. Todos a una se lanzaron a aplaudir febrilmente cuando compareci¨® el L¨ªder Supremo.
Kim Jong-un no se dirigi¨® al p¨²blico. No le hac¨ªa falta, ni suele hacerlo fuera de los desfiles. Se limit¨® a saludar y recoger la devoci¨®n de su pueblo. S¨ª habl¨® el primer ministro Park Pong-ju. Con el fervor que los creyentes cat¨®licos puedan reservar para recitar el Credo, Park recit¨® la doctrina oficial: ¡°la construcci¨®n en un tiempo r¨¦cord de esta calle era un compromiso de nuestro l¨ªder Kim Jong-un con el pueblo. Es una muestra de la velocidad de Corea para conseguir las cosas, a¨²n en medio de las circunstancias m¨¢s adversas¡±, desde las sanciones internacionales a fuertes inundaciones en el norte que obligaron a aplazar los trabajos dos meses. ¡°Ha sido un trabajo de todos juntos: el Ej¨¦rcito, el pueblo, el pa¨ªs, todos nos hemos movilizado para conseguirlo¡±.
Ri Hye-Yoon, trabajadora en una f¨¢brica de alimentos de 32 a?os, estaba de acuerdo. Ataviada en un hanbok rojo, azul y rosa, corr¨ªa a admirar los productos relucientes en las nuevas tiendas mientras expresaba su ¡°alegr¨ªa porque hayamos conseguido completar la construcci¨®n pese a las p¨¦simas condiciones¡±. ¡°Eso demuestra que cuando el l¨ªder ordena algo, Corea lo consigue¡±, aseguraba, seg¨²n la traducci¨®n de la gu¨ªa.
El nuevo barrio est¨¢ dotado todas las modernidades de las que le gusta hacer alarde a Pyongyang, el escaparate del r¨¦gimen y donde habita la clase m¨¢s privilegiada. Cuenta con tiendas abundantemente abastecidas, desde farmacias hasta de bebidas de frutas - a 2.600 won la botella, unos 2,5 euros al cambio oficial-, restaurantes familiares e incluso un peque?o cine, donde un grupo de soldados j¨®venes ve¨ªa una reposici¨®n de Misi¨®n Suicida, un cl¨¢sico b¨¦lico norcoreano.
Las cerca de 4.000 viviendas nuevas est¨¢n a¨²n desocupadas. Terminadas a tan a ¨²ltima hora que a¨²n huelen a goma y humedad, despertaban pese a unos acabados imperfectos el entusiasmo de una veterana entusiasta del r¨¦gimen que no quiso dar su nombre y varias j¨®venes acompa?antes: ¡°!Qu¨¦ vistas! ?Qu¨¦ espaciosos! !C¨®mo se nota el amor de nuestro l¨ªder por su pueblo!¡±.
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