Par¨ªs recupera su ritmo tras el nuevo atentado

Los Campos El¨ªseos recuperaron este viernes su habitual cacofon¨ªa y denso tr¨¢fico tanto en los carriles de veh¨ªculos de la amplia avenida como en sus anchas aceras, donde los turistas volv¨ªan a abarrotar los caf¨¦s, restaurantes y tiendas que hacen de este lugar uno de los m¨¢s tur¨ªsticos de Par¨ªs. Del susto de la noche anterior, cuando un hombre mat¨® a tiros a un polic¨ªa e hiri¨® gravemente a otros dos, en un acto calificado de terrorista por las autoridades francesas, quedaban pocas se?ales visibles, m¨¢s all¨¢ de la intensa presencia policial y de los periodistas, que eran fotografiados por los turistas como un elemento m¨¢s de esta popular avenida.

¡°Comme d¡¯habitude¡±, como siempre, respond¨ªa con la sequedad habitual de los camareros parisinos el responsable de las mesas exteriores del caf¨¦ George V, situado a pocos metros del lugar del atentado, a la pregunta de si hab¨ªa igual n¨²mero o menos de clientes este viernes. Cerca, Colin, un franc¨¦s treinta?ero, aprovechaba el lado soleado de la acera para leer tranquilamente el peri¨®dico en un banco, ajeno al revuelo de c¨¢maras que inundaban la zona. ¡°Tenemos que intentar vivir con ello sin ceder al p¨¢nico o caer en actitudes irracionales¡±, se?al¨®, en una actitud repetida por los parisinos en estos ¨²ltimos dos a?os que han vivido amenazados por atentados.

La noche del jueves, la alcaldesa de Par¨ªs, Anne Hidalgo, llam¨® a los habitantes de la capital a no dejarse arredrar por actos como este, cometido por un ¡°terrorista cegado por el odio y la muerte¡±. ¡°No cederemos nada, no flaquearemos, permaneceremos unidos ante esta amenaza odiosa y taimada que pesa sobre todas las ciudades del mundo¡±, prometi¨®. La afluencia en los Campos El¨ªseos daba a entender que la consigna ha sido entendida, y seguida, tanto por los residentes permanentes como los turistas temporales.

¡°El ambiente es un poco m¨¢s pesado, hay algo de miedo y tensi¨®n, pero tenemos que tomar perspectiva¡±, razonaba una mujer de Trinidad y Tobago que, con su hijo y su marido, paseaba por la avenida. Acaban de iniciar sus vacaciones en Par¨ªs, largamente planificadas, y no tienen intenci¨®n de interrumpirlas por la amenaza terrorista. ¡°No queremos dejar de vivir, de experimentar, queremos viajar y bueno, con tantas partes del mundo atacadas, ?cu¨¢ndo es un buen momento para ello?¡±, se pregunt¨® con una sonrisa. El ataque tampoco les hizo cambiar los planes a dos amigas belgas que esperaban para entrar en la exposici¨®n de Rodin que ofrece el Grand Palais, a un lado de los Campos El¨ªseos. ¡°Hoy estamos un poco m¨¢s atentas, yo ya he mirado si hab¨ªa cerca polic¨ªas, pero no tengo miedo¡±, afirmaba una de las mujeres. ¡°No podemos hacer como si no pasara nada, esto tiene un impacto, pero no como para dejar de viajar a Par¨ªs, o a Bruselas¡±, corroboraba su compa?era. Aunque hubo algunas cancelaciones de grupos, el flujo de visitantes al museo no hab¨ªa disminuido de manera notable este viernes, confirm¨® un empleado responsable de organizar la entrada de los visitantes.

Par¨ªs ha sido objetivo prioritario de los extremistas en los ¨²ltimos dos a?os, especialmente en 2015, con los ataques a Charlie Hebdo y los del fatal 13 de noviembre contra la sala de conciertos Bataclan y otros puntos de la capital, que dejaron 129 muertos en una sola noche. Pero a pesar de las constantes amenazas, Par¨ªs ha seguido siendo un im¨¢n para el turismo.

Seg¨²n anunciaba el Ayuntamiento hace diez d¨ªas, el turismo aument¨® el a?o pasado a niveles comparables a los de 2014, antes de la oleada de fatales atentados. ¡°Es una excelente noticia para la imagen de Par¨ªs en el mundo y para su vitalidad econ¨®mica¡±, se felicit¨® entonces la alcaldesa Hidalgo.

Pese a todo, el miedo siempre est¨¢ all¨ª. La intensa presencia policial, con agentes fuertemente armados patrullando de forma constante la ciudad, o los planes, ya aprobados, de construir un costoso muro de cristal a prueba de balas alrededor de la Torre Eiffel, son recuerdos constantes de que Par¨ªs es una ciudad bajo la mira terrorista. Lo reconoc¨ªa Wendy, una brit¨¢nica asentada desde hace 35 a?os en Par¨ªs y vecina de los Campos El¨ªseos. ¡°Me siento mucho menos segura¡±, admiti¨®. Seg¨²n explic¨®, pese a las amenazas terroristas, nunca crey¨® que los Campos El¨ªseos, tan vigilados, podr¨ªan sufrir un ataque. ¡°Pensaba que aqu¨ª no atacar¨ªan, que era un lugar demasiado obvio. Pero ya nada es obvio¡±.