Jos¨¦ Antonio S¨¢nchez
Siento pesar porque un hombre que encabeza un medio masivo venga a destruir los puentes que debemos afianzar
Jos¨¦ Antonio S¨¢nchez, presidente de la Corporaci¨®n de Radio y Televisi¨®n Espa?ola (RTVE), cuya ignorancia es su cuarto tal¨®n de Aquiles, afirm¨® que sentir pesar por la desaparici¨®n del imperio azteca es, m¨¢s o menos, como sentir pesar por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Seg¨²n ¨¦l, la cultura azteca era un totalitarismo sangriento fundado en los sacrificios humanos. (Aclaremos: se llamaban ¡°aztecas¡± antes de la fundaci¨®n de M¨¦xico-Tenochtitlan, despu¨¦s ser¨¢n ¡°mexicas¡±).
Y me pregunto: ?El llamado virreinato no fue un totalitarismo? ?Acaso la corona espa?ola autoriz¨® el autogobierno, como s¨ª, en efecto, lo hizo la inglesa? El se?or S¨¢nchez, en sus sesudas reflexiones, ?habr¨¢ comparado a los pa¨ªses ¡°colonizados¡± por Espa?a, ll¨¢mense M¨¦xico, Per¨², Colombia, Venezuela y Bolivia, entre otros m¨¢s, con Nueva Zelanda, Australia, Canad¨¢ y Estados Unidos, naciones angloparlantes? ?No percibir¨¢ diferencia alguna en lo que hace a la evoluci¨®n democr¨¢tica, a los niveles de ingreso per c¨¢pita, a la eficiencia del Estado de Derecho y al bienestar social? Comparemos, por ejemplo, a los pa¨ªses en donde se asent¨® la Santa Inquisici¨®n, con aquellos en donde esta no existi¨® y vayamos cayendo en conclusiones.
Los llamados ¡°sacrificios humanos¡± fue una expresi¨®n inventada por los ¡°conquistadores¡±, cuando en realidad eran ofrendas de los abor¨ªgenes dedicadas a sus dioses. Quinientos a?os despu¨¦s contemplamos dichas ofrendas con horror, solo que, por lo visto, al se?or S¨¢nchez no le causa el mismo escalofr¨ªo la existencia de la piedra de los sacrificios que la pira inquisitorial, en donde quemaban vivos a los infieles, para luego, en su caso, incinerar las cenizas. ?M¨¢s? Moctezuma fue empalado, un espanto. Cuauht¨¦moc, el ¨²ltimo tlatoani, fue decapitado y descuartizado en Izancanac por los espa?oles. Y Tang¨¢xoan II, el cazonci de Tzintzuntzan, Cuauhpopoca, de Nautla, entre otros tantos m¨¢s, ?no fueron quemados vivos por los evangelizadores, los supuestos ¡°civilizadores¡±?
Ning¨²n sacerdote mexica extrajo el coraz¨®n con el objetivo de quedarse con el patrimonio de la v¨ªctima ni con el deseo de torturarla, como s¨ª lo hicieron los curas cat¨®licos en contra de los ind¨ªgenas americanos y de los jud¨ªos adinerados para quedarse con sus bienes. ?Conocer¨¢ el se?or S¨¢nchez el museo de los aparatos de tortura inquisitoriales en la ciudad de M¨¦xico?
?Qu¨¦ pueblo ¡°evangelizador y civilizado¡± ha sido capaz de sentenciar a un hombre a ser despedazado por cuatro caballos sujetos a las cuatro extremidades de la v¨ªctima? ?Qu¨¦ pueblo hizo posible el espect¨¢culo de los autos de fe en las plazas p¨²blicas? ?Qu¨¦ pueblo aterroriz¨® a la poblaci¨®n para que le fuera imposible no s¨®lo hablar, sino incluso pensar, en colusi¨®n criminal con el clero cat¨®lico?
Agrega el supuesto connotado hispanista que entre las aportaciones espa?olas est¨¢n las iglesias, las escuelas y los hospitales, adem¨¢s del catecismo y la gram¨¢tica. Se le olvida el uso de la imprenta, la moneda, el castellano, en contra del n¨¢huatl, los ayuntamientos, el trazo urbano a base de cordeles, aplicados para fundar ciudades, entre otros avances y programas¡
?Escuelas? En cada Calpulli hab¨ªa una escuela, en cada encomienda, una iglesia, por esa raz¨®n, cuando M¨¦xico se independiza de Espa?a, el 98% de los mexicanos sab¨ªan rezar, pero no leer ni escribir. Hubiera sido mejor alfabetizar, que evangelizar para embrutecer a la naci¨®n con dogmas irracionales que envenenan, a la fecha, las mentes de millones de compatriotas. ?Por qu¨¦ la iglesia no alfabetiz¨®? Porque prefiri¨® apoderarse del 52% de la propiedad inmobiliaria de la Nueva Espa?a.
Es imposible seguir refutando, en este breve espacio, las ¡°tesis¡± del se?or S¨¢nchez. Nada es comparable con los nazis. Nada. Yo, en cambio, siento pesar porque un hombre que encabeza un medio masivo de comunicaci¨®n, como la TV p¨²blica en Espa?a, venga a destruir los puentes que debemos afianzar con estudio, informaci¨®n y buena fe. El Papa pidi¨® perd¨®n en Auschwitz y los ingleses hicieron lo propio en la India. Cuando a ra¨ªz de la invasi¨®n espa?ola a M¨¦xico muri¨® m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n, v¨ªctima de enfermedades, explotaci¨®n y violencia, bien valdr¨ªa la pena que el se?or S¨¢nchez se disculpara p¨²blicamente, salvo que desee entablar un respetuoso debate para distinguir entre atrocidades americanas y europeas y as¨ª poder concluir cu¨¢l fue m¨¢s eficiente.
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