El Papa ofrece una misa masiva para una minor¨ªa en Egipto
Francisco repite ante unos 25.000 fieles congregados en un estadio militar que ¡°el ¨²nico extremismo permitido por Dios es el de la caridad¡±
Un gran acto masivo para celebrar a una resistente minor¨ªa. De este modo se puede interpretar la misa oficiada este s¨¢bado por la ma?ana por el papa Francisco en El Cairo: una celebraci¨®n extramuros y a plena luz de d¨ªa, con toda la grandilocuencia papal, para una comunidad de unos 250.000 fieles (el 0,31% de la poblaci¨®n) que vive cada d¨ªa m¨¢s escondida y perseguida en las calles egipcias por su espiritualidad interior.
La misa deb¨ªa celebrarse originalmente en otro recinto, sin embargo, ante la previsi¨®n de afluencia y el obligado incremento de las medidas de seguridad tras los atentados del domingo de Ramos?en el que murieron al menos cuatro decenas de fieles, el Gobierno egipcio decidi¨® trasladarla al estadio militar de las Fuerzas A¨¦reas. Un lugar acorazado por la polic¨ªa y donde, a la llegada de Francisco, ya esperaban unas 25.000 personas, seg¨²n datos de la agencia oficial egipcia MENA, a las que fue saludando subido a un carrito de golf blanco que daba vueltas por el tart¨¢n del estadio mientras despegaban desde las gradas globos entrelazados como si fueran las cuentas de un rosario volador. En el veh¨ªculo le acompa?aba el patriarca copto cat¨®lico, Ibrahim Isaac Sedrak.
En su homil¨ªa, pensada para el tercer domingo de Pascua (aunque fuese s¨¢bado), Francisco ha profundizado en el discurso contra la violencia religiosa que pronunci¨® ayer viernes delante del gran Imam Al-Tayeb y que amenaza, especialmente, a muchos de los fieles que se encontraban escuch¨¢ndole. ¡°A Dios s¨®lo le agrada la fe profesada con la vida, porque el ¨²nico extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad. Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada¡±, ha lanzado el Papa creando otro brillante eslogan religioso.
Es mejor no creer que ser un falso creyente, un hip¨®crita Papa Francisco
Adem¨¢s, despleg¨® su habitual sobre las falsas apariencias y la estafa espiritual que significa predicar la fe y actuar de forma opuesta de puertas adentro. Francisco record¨® que la religi¨®n no sirve de nada si no est¨¢ "animada al menos por igual fe y caridad". "Dios detesta la hipocres¨ªa". "Para Dios, es mejor no creer que ser un falso creyente, un hip¨®crita".
Esta misa es el broche lit¨²rgico a un viaje de extrema intensidad y simbolismo a Egipto en el que Francisco ha practicado un extraordinario funambulismo diplom¨¢tico, ret¨®rico y pol¨ªtico para dar encaje a un enrevesado puzle de religiones y conflictos. Tanto en sus encuentros con los coptos ortodoxos ¡ªcon los que ha vuelto a avanzar en el camino ecum¨¦nico con una declaraci¨®n conjunta para tender puentes¡ª?como con el encuentro con el presidente, Abdel Fatah Al Sisi, a quien opt¨® por otorgar un cierto respaldo con sus palabras. Probablemente pensando m¨¢s en los intereses de la comunidad cristiana y en los equilibrios geopol¨ªticos de este complejo cruce de caminos, que en t¨¦rminos absolutos.
Pero para entender el complicado trabajo que hay detr¨¢s del discurso que Francisco despleg¨® el viernes en la universidad de Al Azhar, quiz¨¢ el m¨¢s relevante de todo el viaje, conviene recordar que ese mismo mundo sun¨ª hab¨ªa roto relaciones con Benedicto XVI cuando este pidi¨® en 2011 mayor protecci¨®n para los cristianos tras un atentado en Alejandr¨ªa. Aquello se consider¨® como una intromisi¨®n en los asuntos de otro pa¨ªs y Egipto lleg¨® a retirar a su embajador en la Santa Sede. Ayer, el Pont¨ªfice no solo hizo algo extremadamente parecido, sino que fue much¨ªsimo m¨¢s all¨¢ y arranc¨® los aplausos de los asistentes advirtiendo, en pleno epicentro de la construcci¨®n de la teolog¨ªa del Islam sun¨ª, que la educaci¨®n se encuentra en la base de la prevenci¨®n de la violencia religiosa y que si no se cuida ese aspecto jam¨¢s cesar¨¢ la epidemia del extremismo.
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