Chile espera en vilo la sentencia contra el hombre que arranc¨® los ojos a su pareja
La fiscal¨ªa pide 26 a?os de c¨¢rcel contra el agresor de Nabila Rifo, s¨ªmbolo en el pa¨ªs de la lucha contra la violencia sexista
Es probablemente uno de los ataques hacia las mujeres que mayor impacto ha generado en la sociedad chilena. Nabila Rifo, ahora de 29 a?os, sufri¨® un brutal ataque en mayo de 2016: su pareja y padre de dos de sus cuatro hijos, Mauricio Ortega, la agredi¨® en plena calle, por la noche, y le arranc¨® los ojos. Despu¨¦s de 23 jornadas de juicio, que los ciudadanos siguieron con expectaci¨®n, el tribunal de la sure?a ciudad de Coyhaique lo declar¨® culpable de feminicidio frustrado y lesiones grav¨ªsimas. La fiscal¨ªa pide 26 a?os de c¨¢rcel. Este martes se conocer¨¢ la condena definitiva del caso que ha conmovido a los chilenos y a sus m¨¢ximos representantes.
"La violencia sufrida por Nabila Rifo es la expresi¨®n del pa¨ªs que no queremos. Que su sufrimiento nunca deje de conmovernos y llamarnos a cambiar", indic¨® la presidenta Michelle Bachelet, despu¨¦s de visitarla por segunda vez en las ¨²ltimas dos semanas en su domicilio, en Coyhaique, a unos 1.400 kil¨®metros al sur de Santiago de Chile.
Nabila se ha transformado en un s¨ªmbolo en un pa¨ªs donde el aborto est¨¢ prohibido en todas las circunstancias, reci¨¦n se tramita en el Congreso una ley para castigar el acoso callejero y donde en 2017 se han producido 22 feminicidios, seg¨²n la Red contra la Violencia hacia las Mujeres.
Totalmente ciega y con pr¨®tesis oculares, en el juicio declar¨® que era habitual que su pareja la agrediera f¨ªsica y psicol¨®gicamente: "Se molestaba por cualquier cosa, por la comida, porque yo la hac¨ªa mal. Me dec¨ªa que yo era una maraca, una puta". En alguna ocasi¨®n, indic¨® la mujer, Ortega la arrastr¨® del pelo por las escaleras hacia abajo.
La madrugada del 14 de mayo, sin embargo, la violencia lleg¨® a niveles in¨¦ditos. La pareja cenaba en su vivienda en compa?¨ªa de amigos y esa noche todos tomaron alcohol. Nabila y su pareja, que trabajaba arreglando coches, comenzaron a discutir por dinero y porque la mujer insult¨® a uno de los invitados. De acuerdo con el relato de Rifo, "¨¦l empez¨® a golpear la lavadora, la puerta", aunque en la vivienda estaban los cuatro hijos de la v¨ªctima. El hombre la insult¨®, le dio un palmetazo y un golpe de pu?o y Nabila, aprovechando que su agresor estaba borracho, sali¨® a la calle en direcci¨®n a la casa de su madre.
"Lo esper¨¦ un poco porque me dijo: 'No peleemos'. Le dije: 'Mauro, te juro que ma?ana yo me voy, ya no vivo m¨¢s contigo". La mujer se dio vuelta para seguir su camino, pero Ortega la golpe¨® en la cabeza con una roca. Fueron, en total, tres golpes fuertes. "Me hice la muerta para que no me siguiera pegando", indic¨® Nabila el pasado 23 de marzo antes los jueces.
En el juicio, donde declararon 50 testigos y 12 forenses, la mujer relat¨® la forma en que supo en el hospital que hab¨ªa quedado ciega. "Cuando despert¨¦ no me dijeron mucho. Los ojos los ten¨ªa vendados. Un d¨ªa le dije a la se?ora [la enfermera] que por qu¨¦ no prend¨ªa la luz. Me dijo que hab¨ªa tenido un accidente. Y yo le dije: '?Y voy a volver a ver?'. Y me dijo: 'No, pero te vamos a poner pr¨®tesis'. '?Y con pr¨®tesis volver¨¦ a ver?', le pregunt¨¦. Y me dijo que no... Para m¨ª era un infierno lo que estaba pasando". Fueron 48 d¨ªas en cuidados intensivos de la Posta Central de la capital chilena.
El tribunal de Coyhaique, por dos votos contra uno, determin¨® que Ortega fue el responsable del ataque y que su testimonio "result¨® poco cre¨ªble". Detenido desde el pasado 18 de mayo, cuatro d¨ªas despu¨¦s de la agresi¨®n, nunca ha reconocido los hechos ni mostrado arrepentimiento. Su familia ha ejercido tal nivel de presi¨®n hacia la v¨ªctima que incluso provoc¨® que, en dos ocasiones, lo exculpara y describiera a su victimario con otras caracter¨ªsticas f¨ªsicas, lo que complic¨® el proceso.
La sociedad civil se ha indignado y conmovido con la historia de Nabila, una mujer humilde que trabajaba de camarera y que ahora ni siquiera puede hacer la comida para sus hijos. Tampoco puede realizar actividades cotidianas como prepararse un caf¨¦ sin ayuda. Pero, consciente de su simbolismo para la poblaci¨®n, pretende dedicarse a ofrecer charlas para que otras chilenas no pasen por la misma situaci¨®n que vivi¨® aquella madrugada de mayo.
Como muestra de apoyo hacia la v¨ªctima, diferentes organizaciones de la sociedad civil y feministas se organizan en distintas ciudades del pa¨ªs para mostrar su apoyo a Nabila cuando se desarrollan pasos fundamentales del caso judicial. Porque en Chile cada vez en mayor medida los ciudadanos reconocen la violencia machista, aunque falte mucho por avanzar. Entre las mujeres v¨ªctimas de feminicidio en el pa¨ªs este 2017 se hallan muertas por golpes con hachas, envenenamiento, asfixias y descuartizamientos.
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