El director del FBI cree que hubiera sido ¡°catastr¨®fico¡± ocultar la investigaci¨®n de los correos de Clinton

Hubo un antes y despu¨¦s del 28 de octubre de 2016. Ese d¨ªa, a falta de 11 jornadas para la conclusi¨®n de la campa?a electoral m¨¢s abrupta de la historia moderna de Estados Unidos, el FBI dio un paso que nunca le ser¨¢ perdonado por los dem¨®cratas: hizo p¨²blico que reabr¨ªa la investigaci¨®n sobre los correos privados de Hillary Clinton. El anuncio hizo saltar todas las alarmas y, aunque a los pocos d¨ªas acab¨® en carpetazo, llev¨® a Clinton a culpar al director del FBI, James Comey, de haber contribuido conscientemente a su derrota frente a Donald Trump.

La acusaci¨®n, que se ha vuelto un mantra de la oposici¨®n, fue contestada hoy por primera vez por Comey. Ante el Comit¨¦ Judicial del Senado, el alto funcionario afirm¨® que, en t¨¦rminos personales, la mera posibilidad le hac¨ªa sentir "n¨¢useas" y que haber ocultado la reapertura de las pesquisas habr¨ªa sido ¡°catastr¨®fico y hubiera acabado con el FBI¡±. ¡°Tiempo antes hab¨ªa declarado bajo juramento al Congreso que la investigaci¨®n se hab¨ªa cerrado; no pod¨ªa ocultar que se hab¨ªa reabierto tras el descubrimiento de nuevos correos¡±, aleg¨® Comey.

En su comparecencia, que a¨²n contin¨²a, el director del FBI, afirm¨® que volver¨ªa a hacerlo. "En un primer momento pens¨¦ en no contarlo, pero tras un gran debate con mis asesores lo hice, sabiendo que pod¨ªa ser malo. Tomamos una decisi¨®n e incluso ahora har¨ªa lo mismo", dijo Comey, quien, en m¨¢s de una ocasi¨®n, cape¨® las inquisitivas preguntas de los senadores alegando el secreto de las investigaciones en curso, incluidas las que se refieren a la trama rusa.

Pese a haber sido elegido por el presidente Barack Obama, el director del FBI no goza de la confianza de los dem¨®cratas. Comey es de lo pocos altos cargos de la anterior Administraci¨®n que sigue en el puesto y su pervivencia ha sido atribuida al golpe de gracia que propin¨® a Clinton. Su explosivo anuncio, mediante una confusa carta a las C¨¢maras, dio p¨®lvora a los republicanos y fue utilizado a fondo por Trump: ¡°Esto lo cambia todo. Es la mayor historia desde el Watergate¡±, proclam¨® en su furibunda campa?a.

El cierre de la investigaci¨®n pocos d¨ªas despu¨¦s por falta de indicios criminales, no pudo evitar el impacto. Aunque es casi imposible determinar el da?o causado, se sum¨® a otros golpes bajos recibidos por la dem¨®crata. Entre ellos, el lanzado por el propio presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin.

Clinton hab¨ªa soportado una furiosa campa?a de desprestigio dirigida desde el Kremlin. El ataque, considerado por los servicios de inteligencia como la ¡°mayor operaci¨®n conocida hasta la fecha para interferir¡± en la vida pol¨ªtica de Estados Unidos, arreci¨® cuando la candidata encabezaba las encuestas. La ofensiva incluy¨® la diseminaci¨®n de informaci¨®n falsa y tambi¨¦n el saqueo de los correos del Partido Dem¨®crata, que luego fueron publicados en Wikileaks.

Pasados m¨¢s de seis meses desde la victoria de Trump, las inc¨®gnitas abiertas por estas injerencias siguen dominando la agenda pol¨ªtica. Aparte del FBI, dos comit¨¦s parlamentarios tienen investigaciones en marcha. Y las dudas no dejan de aflorar.? ¡°Yo iba camino de ganar hasta que la combinaci¨®n de la carta de [James] Comey y Wikileaks despertaron dudas entre algunos de mis votantes y se asustaron", declar¨® Clinton en su primera entrevista p¨²blica despu¨¦s de la derrota.

Este clima de sospecha ha acabado por afectar a Trump, un admirador declarado de Putin. Gran parte de los parlamentarios, de uno y otro signo, consideran la cibercampa?a rusa como un hecho inaceptable y exigen una investigaci¨®n llegue hasta el final. En el centro de todas las tensiones vuelve a aparecer Comey. A su cargo est¨¢n las pesquisas que deben determinar si el entorno de Trump colabor¨® con el Kremlin para derrotar a Clinton. ¡°Indagamos si hubo coordinaci¨®n y si se cometi¨® delito¡±, declar¨® en marzo pasado ante el Comit¨¦ de Inteligencia de la C¨¢mara de Representantes. En caso de confirmarse esta supuesta conexi¨®n, pondr¨ªa en marcha un endiablado mecanismo que podr¨ªa acabar fulminando al propio presidente.

Hasta el momento no se han hallado pruebas de tal v¨ªnculo. Pero la trama relacional tejida entre el equipo de Trump y el Kremlin es de tal magnitud que no ha dejado de alimentar las sospechas de que hubo algo m¨¢s. Un fuego que los propios hombres del presidente han azuzado con sus constantes mentiras y encubrimientos. Esta opacidad ha costado el puesto al consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y la inhabilitaci¨®n parcial del fiscal general.

Interrogado por el curso de las investigaciones, Comey se mostr¨® reservado y pronostic¨® que Rusia volver¨¢ a inmiscuirse en pr¨®ximas campa?as electorales estadounidenses. Tambi¨¦n lanz¨® un duro ataque a Wikileaks, organizaci¨®n a la que calific¨® de "pornograf¨ªa de la informaci¨®n de inteligencia". "No hay nada que huela a periodismo en su contenido", dijo. El fundador de Wikileaks contest¨® en redes sociales a Comey y le acus¨® de enga?ar bajo juramento.

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