El espejo del R¨®dano
El dinamismo de Lyon, su Estado de bienestar y su adhesi¨®n a la globalizaci¨®n identifican la victoria y el modelo reformista del l¨ªder de En Marche!
Los rascacielos de cristal y el bullicio de las calles identifican el tercer distrito de Lyon en las puertas de la estaci¨®n ferroviaria. Aqu¨ª obtuvo Macron el 32,56% de los votos en la primera vuelta. Y aqu¨ª se localiza el laboratorio urbano y sociol¨®gico donde el l¨ªder de En Marche! pretende encontrar la f¨®rmula secreta de la prosperidad francesa.
El m¨¦rito no es suyo, sino del alcalde, G¨¦rard Collomb. Lleva en el cargo desde 2008 y se convirti¨® en la primera autoridad iconoclasta del socialismo que se atrevi¨® a modular del dogmatismo al pragmatismo. Tanto le etiquetan de reformista social como de liberal camuflado, predisponiendo por id¨¦nticas razones la ambig¨¹edad ideol¨®gica que ha ocupado el instinto de Emmanuel Macron en el caladero del extremo centro.
Y no es cuesti¨®n de reclamar al futuro presidente de Francia ulteriores pruebas de paternidad -Le Pen no tiene dudas de que es hijo de Hollande-, pero la proyecci¨®n de Macron hacia el El¨ªseo se antoja inconcebible sin el papel adoptivo de Collomb. No solo porque fue el primer alto cargo del PS que le prometi¨® el voto, sino porque le descubri¨® que Lyon era el retrato de su propia idiosincrasia pol¨ªtica.
El tercer distrito es un ejemplo de dinamismo, de hedonismo y de cosmopolitismo. Un barrio de clase acomodada en el que proliferan las profesiones liberales y en el que se han arraigado diferentes multinacionales. Pesa en Lyon la industria farmac¨¦utica y se ha consolidado la compa?¨ªa tecnol¨®gica china Huawei, tanto por las conveniencias fiscales y profesionales como porque las relaciones de la ciudad francesa y El estado asi¨¢tico se remontan a la apertura de una universidad de estudios sin¨®logos en 1921.
Era la primera instituci¨®n acad¨¦mica que China inauguraba en Occidente. Y era el motivo simb¨®lico por el que el presidente Xi Jinping empez¨® en Lyon (2014) su viaje de Estado a Francia. Collomb se ocup¨® de agasajarlo y de impresionarlo con las ambiciones de la metropole. Un ¨¢rea de 600 kil¨®metros cuadrados. Una concentraci¨®n de 1,3 millones de personas. Una tasa de desempleo inferior al 10%. Una red de 7.000 empresas. Una aglomeraci¨®n administrativa -la ciudad, el departamento, los municipios aleda?os- que aspiraba a desquitarse del centralismo jacobino de Par¨ªs
G¨¦rard Collomb cree en la revoluci¨®n tecnol¨®gica, en la globalizaci¨®n y en Europa. Tambi¨¦n ha cre¨ªdo en Macron y forma parte de los ide¨®logos que participaron en el embri¨®n del movimiento En Marche!. Estaba entre los poqu¨ªsimos amigos de Macron que celebraron en Par¨ªs la victoria de la primera vuelta, pero la edad (70 a?os) y las obligaciones adquiridas en Lyon le han disuadido de convertirse en ministro.
"El macronismo exist¨ªa antes siquiera de que Macron lo conociera", explica el analista Luc Rosenzweig. "Fue aqu¨ª, en Lyon, donde se produjo la alianza hist¨®rica de la socialdemocracia con el mundo empresarial y donde se convoc¨® a la sociedad civil para involucrarse en la gesti¨®n de la ciudad. G¨¦rard Collomb hizo de Lyon una ciudad pr¨®spera, de vocaci¨®n internacional, atractiva para los inversores y las empresas, pero al mismo tiempo confortable para los vecinos. Macron es el heredero espiritual de Collomb. Y le debe a ¨¦l y a Lyon el camino de la victoria".
No es que Lyon se parezca a Macron. Macron se parece a Lyon, suscitando una identificaci¨®n pol¨ªtica y aleg¨®rica a la que han cooperado los vecinos lioneses con la euforia de la primera vuelta. Concedieron al mes¨ªas en toda la ciudad el 30,31% de los votos, muchos m¨¢s de cuantos redujeron a Le Pen (8,86%) a un papel de comparsa.
Es m¨¢s, el fervoroso impulso "urbanita" garantizaba al golden boy?la victoria en la regi¨®n del R¨®dano-Los Alpes, del mismo modo que romp¨ªa la soberan¨ªa lepenista en la l¨ªnea fronteriza del Este. Macron abr¨ªa una brecha en la muralla de Marine.
"Creo que mi generaci¨®n se identifica bastante con el l¨ªder de En Marche!", nos explica Sylvie en un bistr¨® del centro. Tiene 34 a?os, trabaja en la cadena Euronews. Y desdobla la atenci¨®n entre el port¨¢til y la ensalada. "Me gusta su optimismo, su dinamismo. Me parece que entiende mejor que ning¨²n otro pol¨ªtico el mundo en que nos encontramos. No hay que temer la tecnolog¨ªa ni la revoluci¨®n digital. Es mejor asimilar los cambios que oponerse a ellos. Macron representa una mirada nueva".
La vitalidad de Lyon se reconoce en su efervescencia cultural, en su calidad de vida y en su posici¨®n hegem¨®nica de la cocina francesa. Acaba de inaugurarse la ciudad de la gastronom¨ªa a iniciativa del ayuntamiento y del empresariado de hosteler¨ªa, redundando en un equilibrio del savoir vivre que sepulta el discurso del miedo de Le Pen en cuestiones de xenofobia o de aislacionismo. Pod¨ªan irle mejor las cosas al equipo local, el Olympique, del mismo modo que se agradecer¨ªan inviernos menos crudos y h¨²medos, pero Lyon se ha convertido para Macron en un camino alternativo a la utop¨ªa y en una ciudad cuyas aguas le tientan con el narcisismo.
Por la gloria de Charles de Gaulle
La campa?a presidencial de Macron? empez¨® a tomarse en serio cuando el l¨ªder de En Marche! reuni¨® en Lyon cerca de 10.000 personas el 4 de febrero de 2017. Quedaban 80 d¨ªas para el desenlace de la primera vuelta y empezaba a fraguarse la s¨ªntesis ideol¨®gica -"lo mejor de la derecha, lo mejor de la izquierda"- que hizo evocar a Macron la figura de Charles de Gaulle. Ten¨ªa sentido referirse al "general" en cuanto figura conciliadora, sint¨¦tica, sincr¨¦tica, pero la apropiaci¨®n de la memoria gaullista fue interpretada por diferentes medios como una insolente bravuconada.