Inquietud en Argentina por un fallo del Supremo que puede acortar las condenas de represores
Los constitucionalistas no coinciden en los alcances del fallo que beneficia a m¨¢s de 700 sentenciados por delitos de lesa humanidad
La Corte Suprema de Argentina decidi¨® el martes, en un fallo dividido, que los militares condenados por delitos de lesa humanidad pueden computar como dobles los d¨ªas que han pasado en prisi¨®n antes de su condena definitiva. La decisi¨®n, en base a una ley derogada en 2001 y conocida como 2x1, se bas¨® en el principio de aplicaci¨®n de la norma m¨¢s benigna, sin que se tome en cuenta la dimensi¨®n del delito cometido. Mientras las organizaciones de Derechos Humanos consideraron el fallo como un retroceso en un pa¨ªs que ha sido ejemplo mundial en la condena a los represores de la ¨²ltima dictadura militar (1976-1983), el Gobierno de Mauricio Macri tom¨® distancia con cr¨ªticas a la ley del 2x1, pero no al fallo de los supremos. Entre los expertos, en tanto, no hay acuerdo sobre los alcances de la decisi¨®n.
La Corte fall¨® en un caso puntual, el de Luis Mui?a, condenado en 2011 a 13 a?os de c¨¢rcel por secuestrar y torturar a cinco trabajadores del Hospital Posadas, en ese entonces bajo control del represor Reynaldo Bignone, ¨²ltimo presidente del gobierno de facto y hoy, con 89 a?os, preso por delitos de lesa humanidad. Tres de los cinco miembros de la Corte entendieron que Mui?a deb¨ªa recibir el beneficio del 2x1, ratificando as¨ª la libertad que le fue concedida en abril. La gran pregunta que se hacen muchos en Argentina es si esta decisi¨®n de la Corte sacar¨¢ a la calle antes de tiempo a muchos de los m¨¢s de 700 represores en condiciones, ahora, de recibir el beneficio del 2x1. Los tres expertos consultados difieren en sus respuestas, por lo que habr¨¢ que esperar para sacar conclusiones.
Ricardo Gil Lavedra fue uno de los jueces que en 1984 integr¨® el tribunal que juzg¨® y conden¨® a los jerarcas del r¨¦gimen militar, el llamado ¡°juicio a las Juntas¡±. Hoy dice que est¨¢ en contra de la decisi¨®n de la Corte. ¡°El fallo tiene pleno alcance aunque haya sido un fallo repartido. Pero las diferencias en los argumentos de una Corte de cinco miembros demuestra que esta es una cuesti¨®n altamente opinable¡±, dice Gil Lavedra. ¡°Yo no hubiese fallado como fall¨® la mayor¨ªa, sin duda. Porque a partir de que se dicten sentencias, que es cuando se puede pedir el beneficio del 2x1, existe la posibilidad cierta que queden libres muchos represores¡±. ¡°La Corte aplic¨® el principio de ley de pena m¨¢s benigna que rigi¨® durante alg¨²n tiempo, pero debo decir que en el voto de minor¨ªa se se?ala muy bien que ese principio cede cuando se trata de delito de desaparici¨®n forzada, que se sigue cometiendo mientras no aparezca la v¨ªctima¡±, dice el constitucionalista y abogado en causas de derechos humanos, Eduardo Barcesat. Para F¨¦lix Lo?, catedr¨¢tico de derecho constitucional, el fallo, en cambio, est¨¢ bien fundamentado: ¡°El estatuto de la Corte Penal Internacional mantiene el beneficio de la ley m¨¢s benigna incluso para los que violaron los derechos humanos. Es s¨®lo un problema del c¨¢lculo de a?os de condena, no es un salvoconducto para violar los derechos humanos¡±.
El 2x1 tuvo la intenci¨®n de acelerar los plazos de instrucci¨®n otorgando un beneficio a los detenidos con prisi¨®n preventiva. A partir del segundo a?o, por cada d¨ªa que el reo pasaba entre rejas a la espera de la sentencia el juez deb¨ªa contar dos, lo que en la pr¨¢ctica acortaba la pena. Se aprob¨® en 1994 pero se derog¨® en 2001, cuando fue evidente su fracaso para reducir los tiempos procesales. El debate que zanj¨® la Corte fue que, seg¨²n su interpretaci¨®n, ese beneficio tambi¨¦n debe alcanzar a los condenados por delitos de lesa humanidad, algo en lo que no todos coinciden por la gravedad de los actos cometidos.
Como toda decisi¨®n de un tribunal de ¨²ltima instancia, el fallo de la Corte sienta una importante jurisprudencia en el abordaje de delitos comparables. Su aplicaci¨®n, sin embargo, no es autom¨¢tica, aunque no hay unanimidad sobre los tiempos necesarios. Para Lo?, los jueces pueden ahora mantener en sus argumentos una posici¨®n contraria al 2x1, pero atentos al fallo de la Corte deber¨¢n aplicar el beneficio. ¡°Esto no altera todo lo que se hay hecho en derechos humanos, m¨¢s bien lo consolida, porque ratifica un tratado internacional¡±, dice. Barcesat entiende que los jueces pueden negarse a aplicar el 2x1, aunque luego deber¨¢n habilitar los recursos de apelaci¨®n que presenten los condenados. ¡°Los tribunales intermedios no estar¨¢n obligados a fallar conforme a la Corte pero s¨ª deber¨¢n conceder la v¨ªa recursiva que lleve a la Corte. Y los supremos deber¨¢n asumir el costo pol¨ªtico de su decisi¨®n¡±, explica. Pero para Gil Lavedra, el 2x1 ni siquiera debe ser aplicado: ¡°No hay que hacerlo porque se pens¨® para beneficiar al que hubiera sufrido la prisi¨®n preventiva durante la vigencia de la ley; y en este caso fueron encarcelados despu¨¦s de derogada la ley. Llama la atenci¨®n, incluso, que el beneficiario (Mui?a) ya estaba libre¡±. Argentina ha sido y es ejemplo de juicios contra delitos de lesa humanidad, pero las causas son a¨²n hoy, a casi 35 a?os del regreso a la democracia, motivo de controversias.
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