Socio-liberal, pero nada neoliberal
La pretensi¨®n de Macron se emparenta m¨¢s con la experiencia escandiva que con las proclamas de Reagan o Thatcher
En la tradici¨®n estatista francesa, proclamarse liberal ¡ªo sus distintos ¨¦nfasis: socioliberal o socialista liberal¡ª es herej¨ªa. Pocos copiar¨ªan la fe ¡°socialista a fuer de liberal¡± de un Indalecio Prieto, aunque ese sea el perfil de iconos como Pierre Mend¨¨s-France o Jacques Delors.
Por ello, al liberal se le tilda de su caricatura extrema, neoliberal: el partidario de achatarrar la Administraci¨®n (salvo la militar), de aplanar la inversi¨®n p¨²blica, de encoger la protecci¨®n social, de destruir los sindicatos, de impuestos hacia cero.
La pretensi¨®n de Emmanuel Macron, seg¨²n su programa ¡ªen el que han colaborado profesores de izquierda cabal como Jean Pisani-Ferry¡ª, se emparenta m¨¢s con la reciente experiencia escandinava que con las proclamas neoliberales de Ronald Reagan o Margaret Thatcher.
Esa experiencia consisti¨® en imprimir una gran racionalizaci¨®n liberal al modelo socialdem¨®crata: alisando sus aristas, aligerando la burocracia excesiva y las subvenciones redundantes, aplicando flexiseguridad (seguridad; tambi¨¦n flexibilidad) al modelo laboral en un mundo posindustrial.
Del cat¨¢logo de medidas propuestas ¡ªun policy mix ni despilfarrador ni austeritario¡ª, tres destacan por su impronta reformista. Una es el adelgazamiento vegetativo de la pesada maquinaria administrativa: en 120.000 funcionarios durante cinco a?os, que junto a otras ¡ªm¨¢s cuantiosas¡ª reducciones de gasto ahorrar¨ªan 60.000 millones de euros. Se reducir¨ªa a la mitad el exceso del peso p¨²blico sobre la media comunitaria y contribuir¨ªa a cumplir el objetivo (inventado por Francia en los primeros ochenta) de un d¨¦ficit del 3% del PIB.
Para muchos, blasfemia, pero eso facilitar¨ªa la segunda medida clave: sustituir (?no abolir!) gasto-menos-¨²til por inversi¨®n keynesiana. O sea, unos 50.000 millones para ¨¢mbitos a¨²n poco explorados: la ¡°transici¨®n ecol¨®gica¡±, la revoluci¨®n digital, la modernizaci¨®n de los servicios p¨²blicos y la mejora de la capacitaci¨®n profesional.
La tercera es el impulso al empleo: reduciendo cotizaciones sociales, subi¨¦ndolas a las empresas precarizadoras, universalizando el seguro de desempleo. Y, sobre todo, activando el aprendizaje y la formaci¨®n dual (escuela/empresa, a la alemana), para rescatar a m¨¢s de un mill¨®n de j¨®venes. Pues m¨¢s del 17% de los menores de 29 a?os son ni-nis, y la temporalidad quintuplica a la brit¨¢nica.
Ser¨¢ discutible la (menos redistributiva) reforma tributaria o la (poco radical) de las (disparatadas) jubilaciones. Pero ?neoliberalismo? Lean el programa. Leamos.
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