La ciudad donde Lula declara por el ¡®caso Petrobras¡¯ refleja hoy un pa¨ªs dividido
Curitiba, en el Estado de Paran¨¢, demuestra tanto la pasi¨®n de los seguidores del expresidente como el rechazo que este provoca
Curitiba recibe este mi¨¦rcoles las miradas de todo el pa¨ªs. El expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva ha venido a testificar ante el juez S¨¦rgio Moro, instructor del caso Petrobras y por tanto responsable de sacar a la luz incontables casos de corrupci¨®n entre la ¨¦lite pol¨ªtica brasile?a. No se sabe a¨²n si Moro, enemigo declarado de Lula, encontrar¨¢ al expresidente culpable o no pero en Brasil casi todo el mundo ya ha emitido su sentencia personal. Y en ning¨²n lugar se aprecia esto mejor que en Curitiba, la ciudad de dos millones de habitantes que acoge las investigaciones del caso Petrobras. Las calles se han llenado estos d¨ªas de defensores tanto del exmandatario, acusado de recibir sobornos de constructoras, como de su juez.
Los ciudadanos que apoyan a Lula han venido de diversas partes de Brasil y han acampado en la terminal de autobuses. Este mi¨¦rcoles por la ma?ana llenaban la plaza Santos Andrade, en el centro en se?al de protesta. ¡°Estamos aqu¨ª para defender la democracia y la justicia para todos¡±, explica Luiz Felipe, de 52 a?os. Ha venido desde Itaja¨ª, una ciudad del Estado sure?o de Santa Catarina, junto a su mujer, Josiane. Esta a?ade: ¡°Estamos aqu¨ª por el futuro de nuestros hijos¡±. Jos¨¦ Henrique Carvalho, que ha viajado m¨¢s de 800 kil¨®metros desde R¨ªo de Janeiro, cuenta que quiere mostrar que ¡°Lula no est¨¢ solo¡±. Para ¨¦l, el expresidente ¡°sufre una persecuci¨®n judicial e y de los medios de comunicaci¨®n¡±. El expresidente lleg¨® esta ma?ana a la ciudad junto a la expresidenta Dilma Rousseff, junto a diputados y senadores de su formaci¨®n, el Partido de los Trabajadores.
A unos 40 minutos de esa plaza est¨¢n decenas de ciudadanos de Curitiba que respaldan al juez Moro. Este grupo se manifieta ante el museo Oscar Niemeyer. Pero solo reflejan lo que ya sugieren los cientos de ventanas con las banderas de Brasil. Y lo que les confirman los muchos conductores que pitan desde sus coches al verlos manifestarse. ¡°Hoy es el comienzo del fin de Lula. Tiene que explicarse a Moro, pero como no tiene explicaci¨®n lo que ha hecho, seguro que Moro le condenar¨¢¡±, resume Marcos Silva, de 54 a?os. Miriam Oliveira, de 58 a?os, a?ade: ¡°Queremos limpiar la corrupci¨®n de Brasil". Detr¨¢s de ellos, y por toda la ciudad, el mismo cartel: ¡°Bienvenido, Lula. Te esperamos con la c¨¢rcel abierta¡±.
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