M¨¢s de 70 d¨ªas sin comer para que Erdogan les devuelva el empleo
Hablamos con dos profesores turcos s¨ªmbolo de la lucha contra la arbitraria represi¨®n del Estado
Nuriye G¨¹lmen y Semih ?zak?a tienen el gesto cansado y el rostro consumido, pero el ¨¢nimo en su sitio. Su agotamiento es comprensible: suman ya 70 d¨ªas en huelga de hambre en los que s¨®lo han ingerido agua con sales minerales, zumo de lim¨®n, az¨²car y vitamina B. ¡°Nos duelen el est¨®mago y la cabeza constantemente. Nuestros m¨²sculos est¨¢n d¨¦biles. Tenemos la tensi¨®n muy baja, pero la moral alta¡±, explican en una entrevista por videoconferencia. Ya no tienen fuerza para caminar por su propio pie hasta el monumento en honor de los Derechos Humanos en la avenida Y¨¹ksel de Ankara, aunque cada d¨ªa a la una y media y las seis de la tarde los llevan hasta all¨¢ sus compa?eros, para los que se han convertido en el s¨ªmbolo de la lucha contra la tiran¨ªa de la arbitrariedad. De una lucha peque?a, sus demandas son simples y concretas (recuperar el puesto de trabajo que se les arrebat¨® de manera injusta); pero que ha logrado atraer la atenci¨®n del gran leviat¨¢n del Estado.
Semih era maestro en una escuela primaria en un pueblo de la provincia suroriental de Mardin. Nuriye, profesora de la Universidad Sel?uk de Konya, en Anatolia Central. El pasado septiembre, su destino qued¨® trenzado en sendos decretos ley por los que el Gobierno anunciaba que, junto a otros miles de funcionarios, ser¨ªan suspendidos de empleo y sometidos a una investigaci¨®n por presuntos lazos con el movimiento pol¨ªtico-religioso de Fetul¨¢ G¨¹len, con el que el Ejecutivo islamista turco teji¨® una alianza durante a?os pero al que ahora se acusa de ser una organizaci¨®n terrorista y de haber orquestado el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016. ¡°Me investigaron pero no encontraron ninguna prueba que me relacionase con los g¨¹lenistas. A¨²n as¨ª, en enero se me comunic¨® que hab¨ªa sido despedida¡±, explica Nuriye G¨¹lmen. ¡°En mi caso, no se me dieron motivos por mi despido, pero creo que tiene que ver con mi participaci¨®n en huelgas y protestas convocadas por los sindicatos¡±, a?ade ¨¦l. ¡°No ha habido ning¨²n proceso judicial, ni se nos ha acusado de ning¨²n delito. Ha sido una decisi¨®n ministerial¡±, prosigue. La misma situaci¨®n que los m¨¢s de 100.000 empleados p¨²blicos que han sido purgados de la Administraci¨®n desde el pasado a?o, a los que hay que sumar m¨¢s de 30.000 suspendidos de empleo y a¨²n pendientes de investigaci¨®n.
Pero G¨¹lmen y ?zak?a no se quedaron de brazos cruzados. El pasado oto?o iniciaron sus protestas con sentadas a los pies de la mentada estatua capitalina. Poco a poco se les unieron m¨¢s compa?eros. La polic¨ªa los ech¨® del lugar en numerosas ocasiones, fueron detenidos, golpeados, pateados. ¡°En una ocasi¨®n, como me resist¨ªa, me esposaron de pies y manos y me arrastraron hasta la cancha de baloncesto de la Direcci¨®n de Seguridad de Ankara, que hab¨ªan convertido en una especie de campo de concentraci¨®n porque no ten¨ªan sitio en los calabozos para todos los detenidos¡±, asegura el maestro. Hasta en 27 ocasiones se los llev¨® la polic¨ªa. Pero no se rindieron y continuaron sus protestas. En marzo, al ver que no se prestaba atenci¨®n a sus demandas, se declararon en huelga de hambre.
Cumplidos los dos meses sin ingerir alimentos s¨®lidos, la fortaleza de estos dos profesores ha atra¨ªdo el inter¨¦s de la sociedad turca, mucho m¨¢s que la huelga de hambre que el mes pasado llevaron a cabo decenas de presos kurdos en protesta por las condiciones carcelarias. ¡°El precio a pagar por la diferencia de ideas, por la lucha entre ideas, no puede ser la vida. Si estas personas se consumen ante nuestros ojos, ?qui¨¦n de nosotros podr¨¢ no sentirse culpable?¡±, advirti¨® la popular cantante Sezen Aksu.
Emsal Atakan y Emel Korkmaz, dos mujeres cuyos hijos murieron durante las protestas de Gezi, mantuvieron durante el reciente D¨ªa de la Madre una huelga de 24 horas en solidaridad con los profesores: ¡°Nuestros hijos fueron asesinados y no queremos cerrar los ojos ante estos chicos que se est¨¢n extinguiendo poco a poco¡±. El partido prokurdo HDP ha enviado cartas al Consejo de Europa explicando la situaci¨®n para que intervenga y cuatro diputados de la principal formaci¨®n opositora, el partido socialdem¨®crata CHP, se declararon en huelga de hambre durante un d¨ªa para llamar la atenci¨®n del Gobierno y exigirle que devuelva a G¨¹lmen y ?zak?a sus empleos.
En una reuni¨®n con el l¨ªder de la oposici¨®n, el primer ministro turco, Binali Yildirim, prometi¨® la pasada semana que se encargar¨ªa del tema. Pero, de momento, la ¨²nica noticia del Gobierno que han tenido los huelguistas fue que el pasado viernes la polic¨ªa reprimi¨® a quienes se hab¨ªan congregado frente al monumento de los Derechos Humanos en solidaridad con los profesores y se llev¨® detenidos a dos decenas de manifestantes.
G¨¹lmen y ?zak?a tambi¨¦n se enfrentan a los tribunales. No hubo procedimiento judicial para despedirles y, en cambio, ahora que se han declarado en huelga de hambre se ha preparado una imputaci¨®n por ¡°relaci¨®n con organizaci¨®n terrorista¡±. ¡°En nuestro pa¨ªs acusar a alguien de terrorista es lo m¨¢s f¨¢cil del mundo¡±, denuncia G¨¹lmen: ¡°Quienes est¨¢n ahora en el Gobierno llevaron a los g¨¹lenistas al poder, colaboraron con ellos durante a?os. Ellos no han sido sometidos a juicio, sino que somos nosotros los que pagamos¡±.
Un informe de los m¨¦dicos que han examinado a los profesores alerta de que presentan disfunciones en la percepci¨®n, el sistema motor y la actividad mental y podr¨ªan sufrir infecciones graves o incluso la muerte si persisten en su huelga de hambre. Pero G¨¹lmen y ?zak?a se niegan a recibir tratamiento o poner fin a su protesta. Proseguir¨¢n. ¡°Nos han echado, nos han quitado nuestro trabajo y nos han acusado sin pruebas -afirma ¨¦l-, as¨ª que no se trata s¨®lo de recuperar nuestro empleo y nuestro sustento. Es una lucha por la dignidad¡±.
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