M¨¢rtires del medio ambiente
Latinoam¨¦rica es la m¨¢s golpeada por los asesinatos de ecologistas. Solo en 2015 se registraron 185 casos en el mundo, 122 en esa regi¨®n
Su asesinato, la noche del 2 de marzo de 2016, supuso una sacudida para los defensores del medio ambiente del planeta. La activista de Honduras Berta C¨¢ceres, que durante a?os hab¨ªa liderado en su tierra un movimiento contrario a la construcci¨®n de la presa hidroel¨¦ctrica de Agua Zarca, fue tiroteada en su casa por unos sicarios aquella noche.
"Su caso es un caso paradigm¨¢tico", se?ala Gustavo Castro, miembro de Amigos de la Tierra de M¨¦xico. Castro, que hoy reside en Espa?a, acogido a un programa de protecci¨®n de Amnist¨ªa Internacional, estaba con ella en el momento del ataque y tambi¨¦n result¨® herido hace un a?o.
Su caso es paradigm¨¢tico porque C¨¢ceres era mujer, latinoamericana y defend¨ªa los derechos de los ind¨ªgenas ante grandes proyectos de infraestructuras. Pertenec¨ªa al grupo m¨¢s golpeado por esta violencia que a?o a a?o aumenta en el planeta.
La organizaci¨®n internacional Global Witness realiza desde 2002 un seguimiento de los asesinatos de activistas medioambientales en el mundo. En poco m¨¢s de una d¨¦cada ha documentado 1.176 muertes violentas de ecologistas. 2015 fue el peor a?o que han registrado hasta ahora: consiguieron documentar 185 asesinatos. Y 122 fueron en pa¨ªses latinoamericanos.
Global Witness est¨¢ ultimando el funesto informe de 2016, que presentar¨¢ en julio. Y Laura Furones, miembro de esta organizaci¨®n, no se muestra optimista: "la situaci¨®n ha empeorado, en 2016 subi¨® el n¨²mero de asesinatos y en la primera posici¨®n est¨¢ Am¨¦rica Latina". "Y estos son solo los asesinatos que hemos podido documentar, pero seguro que los datos reales son mucho m¨¢s altos, porque muchos casos no se denuncian", a?ade Furones.
Pero, aunque C¨¢ceres pertenec¨ªa a ese grupo de riesgo, ella tambi¨¦n reun¨ªa algunas condiciones que, en teor¨ªa, le proteg¨ªan. Era conocida internacionalmente y su lucha hab¨ªa sido premiada, entre otros, con el galard¨®n medioambiental Goldman, conocido como el Nobel Verde.
La mayor¨ªa de las v¨ªctimas de esta violencia oscura contra los activistas ecologistas pertenece a peque?as organizaciones que no cuentan con las mismas medidas de protecci¨®n ¡ªcomo todoterrenos blindados para moverse por los lugares m¨¢s conflictivos¡ª a las que pueden acceder las ONG m¨¢s grandes y conocidas. "Las organizaciones m¨¢s peque?as, con menos capacidad, son las m¨¢s vulnerables; y el mayor n¨²mero de muertes se concentra ah¨ª", apunta Furones.
Amnist¨ªa Internacional lanz¨® este martes una campa?a global de denuncia de las muertes de defensores de los derechos humanos en el planeta. "En el caso de las Am¨¦ricas hemos centrado la campa?a en los defensores de la tierra y los recursos naturales", se?ala Erika Guevara-Rosas, directora de Amnist¨ªa Internacional en ese continente. "Solo en los tres primeros meses del a?o han asesinado a seis l¨ªderes ind¨ªgenas en Colombia", alerta Guevara-Rosas.
Colombia, con 26 muertes, ocup¨® en 2015 el tercer lugar del listado de 16 pa¨ªses con asesinatos de ecologistas documentados por Global Witness. El segundo puesto lo ocupa Filipinas (33) y el primero Brasil, con medio centenar de muertes.
Pero, ?por qu¨¦ se concentra este fen¨®meno en Latinoam¨¦rica? "Los asesinatos est¨¢n vinculados a explotaciones de recursos naturales y al desplazamiento de comunidades ind¨ªgenas", apunta Guevara-Rosas para explicar esta situaci¨®n. Y Latinoam¨¦rica es rica en recursos, que en muchos casos est¨¢n en tierras en las que se asientan esos pueblos ind¨ªgenas. En 2015, 67 de los asesinados pertenec¨ªan a este sector de la poblaci¨®n, al que la ONU y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) reconoce el derecho a ser consultados ante los grandes proyectos de infraestructuras que se quieran acometer en sus territorios, algo que los Gobiernos no cumplen en muchas ocasiones.
Libre comercio
Gustavo Castro a?ade otro factor para explicar las razones por las que esta violencia golpea con m¨¢s fuerza a Latinoam¨¦rica: "los tratados de libre comercio con los que los Gobiernos se han entregado a las grandes corporaciones transnacionales". En el informe El precio del activismo, publicado por Greenpeace en marzo, se resalta que 42 de las muertes de 2015 estaban relacionadas con la industria minera, 20 con la agroindustria, 15 con la tala de madera y otras tantas con centrales hidroel¨¦ctricas. Es decir, proyectos todos que mueven una elevada inversi¨®n y requieren de un uso muy extensivo de la tierra y, por lo tanto, desplazar a sus moradores.
Guevara-Rosas a?ade otro preocupante factor: "No hay voluntad pol¨ªtica de los Gobiernos de lucha contra este fen¨®meno (...) Las investigaciones de los asesinatos, cuando se realizan, son muy pobres y solo se ocupan del autor material". En el caso de C¨¢ceres hay siete imputados. "Pero no son los autores intelectuales", lamenta Castro.
La lucha de Berta C¨¢ceres logr¨® paralizar la construcci¨®n de la presa. Pero el coste en sangre es brutal. Desde 2012, diez activistas del Consejo C¨ªvico de Organizaciones Populares e Ind¨ªgenas de Honduras ¡ªla organizaci¨®n que ella fund¨®¡ª han sido asesinados.
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