Ultraderecha alemana para todos los p¨²blicos
Alice Weidel, la nueva l¨ªder de Alternativa para Alemania, rompe con los t¨®picos de los partidos xen¨®fobos
El nuevo rostro de la ultraderecha alemana se llama Alice Weidel. Es una economista joven que ha viajado por el mundo como asesora de empresas, habla mandar¨ªn y convive con otra mujer. As¨ª, a simple vista, su perfil no encaja con la imagen cl¨¢sica de una extrema derecha rancia y cabreada que desconf¨ªa del diferente y aborrece todo lo que huela a multiculturalismo. Pero por eso precisamente Alice Weidel ha logrado escalar hasta la cima de Alternativa para Alemania (Afd), el partido extremista que tiene todas las papeletas para entrar en el Parlamento despu¨¦s del verano.
El partido aspira a ampliar su base electoral, quiere normalizarse. Se pretende que al alem¨¢n medio no le d¨¦ verg¨¹enza tener algo que ver con Afd. Y ah¨ª es donde entra Alice Weidel, con su imagen de nuera perfecta y unas credenciales profesionales envidiables. Representa el presente y el futuro, alejada de las evocaciones hist¨®ricas que despierta su partido. Su determinaci¨®n y su flexibilidad ideol¨®gica, dicen quienes la conocen, se encargar¨¢n de que sea capaz de defender lo indefendible y de doblegar las voluntades de los barones con tal de estar ah¨ª, en lo m¨¢s alto.
Weidel ha vivido en China y ha trabajado para Goldman Sachs. En los ¨²ltimos tiempos asesoraba como freelance a start-ups. Ahora es la candidata de un partido que quiere encerrarse en sus fronteras y que hace de la soberan¨ªa nacional su bandera.
Partidos populistas de extrema derecha como Afd avanzan por pr¨¢cticamente toda Europa de la mano de l¨ªderes h¨¢biles y a caballo de discursos antiinmigraci¨®n e identitarios. Afd no puede equipararse en t¨¦rminos de ¨¦xito con el caso franc¨¦s o con el austriaco, pero ya est¨¢n presentes en 12 de los 16 Parlamentos regionales de Alemania y las encuestas les conceden en torno a un 9% de los votos en las elecciones del pr¨®ximo septiembre, suficiente para poner pie en el Bundestag. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial un partido nacionalista de ultraderecha alem¨¢n hab¨ªa tenido tanto apoyo.
Es una economista joven que ha viajado por el munod, habla mandar¨ªn, y convive con otra mujer
Weidel llam¨® a la puerta de Afd en oto?o de 2013. La economista no entend¨ªa por qu¨¦ Alemania ten¨ªa que socorrer econ¨®micamente a pa¨ªses del sur de Europa. Su viaje ideol¨®gico ha corrido en paralelo al del partido, nacido del euroescepticismo, y donde la exaltaci¨®n de la identidad nacional y el rechazo al diferente han ido ganando peso.
Paul Hampel, dirigente de Afd en Baja Sajonia, donde Weidel ingres¨® inicialmente, la conoce bien. ¡°El euro fue el tema en torno al cual se form¨® nuestro partido. Enseguida, Weidel nos present¨® alternativas. Nos explic¨® que puede haber distintas velocidades econ¨®micas en Europa, que si a pa¨ªses como Grecia no les va bien con el euro se pueden ir¡ [ahora Weidel defiende ya abiertamente la salida del euro]¡±. De ella destaca su rapidez a la hora de ofrecer soluciones y su capacidad de an¨¢lisis. ¡°Representa, sin duda, el ala m¨¢s liberal de nuestro partido¡±.
El deseo no coincide de momento con la realidad. Para empezar, porque la homosexualidad de Weidel se vive como una excepci¨®n a la visi¨®n de familia id¨ªlica que maneja su partido: ¡°Padre, madre e hijos¡±. ¡°El modelo cl¨¢sico de familia es necesario para que la sociedad se reproduzca, pero no excluimos otros modelos. Los consideramos excepciones¡±, indican fuentes del partido, que a?aden que Weidel ¡°es una persona muy adaptable¡±. El pragmatismo parece haberse impuesto a escasos cinco meses de unas elecciones en las que Afd se juega ser o no ser.
El salto a la fama de Weidel, una pol¨ªtica de segunda fila en Baden-Wurtemberg, no hubiera ocurrido de no haber mediado una carambola. Frauke Petry ¡ªhasta hace menos de un mes cabeza de lista de Afd para las elecciones de septiembre¡ª decidi¨® tirar la toalla. Mujer, moderna, joven y madre ejemplar de cuatro hijos con un quinto en camino, Petry acab¨® devorada por las luchas intestinas de su partido. Sigue copresidiendo Afd, pero ha renunciado a la candidatura. El gran bar¨®n del partido, Alexander Gauland, logr¨® defenestrarla.
La prensa suiza la ha acusado de no pagar impuestos en Alemania, algo que ella niega
Fue durante una entrevista con este diario cuando un asesor entr¨® en el despacho de Gauland en el Parlamento de Brandeburgo para comunicarle que Petry renunciaba a la candidatura. El tel¨¦fono de Gauland no dej¨® de sonar a partir de ese momento y durante toda la entrevista. Estaba claro que ¨¦l era la causa y la consecuencia de la ca¨ªda de Petry. Pero tambi¨¦n era evidente que solo con un hombre como ¨¦l, ce?udo, mayor, del Este y representante del ala m¨¢s dura, el partido no llegar¨ªa a ninguna parte. Para formar un t¨¢ndem apto para todos los p¨²blicos, necesitaban una mujer, joven (38), moderna y del Oeste. Miraron alrededor y ah¨ª estaba Weidel, lista para subirse al trampol¨ªn. ¡°Representan los dos polos del partido¡±, describe Hampel.
En su hiperbreve existencia como candidata, Weidel ya ha sido carne de esc¨¢ndalo pol¨ªtico. La prensa suiza la ha acusado de no pagar impuestos en Alemania, algo que ella ha negado a trav¨¦s de un comunicado ¡ª¡°son especulaciones absurdas¡±¡ª, en el que de paso aprovech¨® para alimentar su imagen de madre corriente. ¡°Mi compa?era trabaja en Suiza y es normal que yo tenga all¨ª una segunda vivienda. Nuestros hijos viven con su madre y, como cualquier madre trabajadora, paso con ellos tanto tiempo como puedo¡±.
Weidel no es una gran oradora, ni tiene excesiva gracia. La campa?a de las elecciones generales es su gran oportunidad para rodarse. Ah¨ª demostrar¨¢ c¨®mo se maneja en los debates ¡ªde momento ha desplegado un estilo sarc¨¢stico y agresivo muy poco atractivo¡ª, en los mercados callejeros y en las bambalinas de su partido. ¡°Es una l¨ªder fruto de las circunstancias, pero est¨¢ dispuesta a ganarse esa posici¨®n¡±, explica el polit¨®logo de la Universidad de Dresde, Werner Patzelt.
Por su inexperiencia en la cima y por muchas otras cosas, aventurar que Weidel es la Marine Le Pen alemana es much¨ªsimo decir. Las dos son mujeres, rubias y dirigen partidos nacional-populistas. Pero la disminuida Afd no es ni de lejos el poderoso Frente Nacional y, sobre todo, Weidel es una reci¨¦n llegada a la primera l¨ªnea, que tiene todo por demostrar fuera y dentro de su partido, donde las luchas internas imponen un ritmo trepidante de renovaci¨®n de l¨ªderes.
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