Los delatores de Temer se lucraron especulando con su propia confesi¨®n
Los due?os del imperio c¨¢rnico JBS ordenaron una compra masiva de d¨®lares antes de que el mercado se desplomara por sus acusaciones contra el presidente de Brasil
Un tsunami parec¨ªa haber alcanzado el mercado financiero brasile?o en la ma?ana del pasado jueves. Mientras el pa¨ªs segu¨ªa atento a la difusi¨®n de las confesiones del due?o del imperio c¨¢rnico JBS, Joesley Batista, acusando al presidente, Michel Temer, de corrupci¨®n, la Bolsa de Valores de S?o Paulo tuvo que accionar el circuit breaker, una parada de emergencia en las cotizaciones tras una ca¨ªda brusca, de m¨¢s del 10%, apenas 20 minutos despu¨¦s de su apertura. Esa suspensi¨®n solo se ha producido en 11 ocasiones en la historia del mercado burs¨¢til de la capital financiera de Brasil.? El d¨®lar tambi¨¦n se dispar¨® y lleg¨® a cotizarse a casi 3,40 reales, el mayor pico en un d¨ªa desde 1999. Las informaciones filtradas?la noche anterior al peri¨®dico O Globo, con material que compromet¨ªa al presidente Temer, ya hab¨ªan preparado a los operadores para un d¨ªa de fuertes emociones.
Mientras el mercado se desplomaba a lo largo del jueves, otra operaci¨®n atra¨ªa la atenci¨®n de todos. Una empresa hab¨ªa comprado, el d¨ªa anterior, una gran cantidad de d¨®lares. A primera vista, nada inusual. Varias compa?¨ªas, principalmente las exportadoras, compran y venden d¨®lares todos los d¨ªas. Pero el timing perfecto de la negociaci¨®n puso al mercado en sobreaviso. Alguien hab¨ªa conseguido un barco salvavidas para escapar del tsunami creado por JBS. Y la sorpresa fue may¨²scula cuando se descubri¨® que el comprador no era otro que la propia JBS.
Sin explicaciones de la compa?¨ªa, una lluvia de especulaciones se apoder¨® de la prensa brasile?a. Y cundi¨® la sospecha de que el gigante de la carne ir¨ªa a usar el montante captado?¡ª que puede haber llegado a 1.000 millones de reales, unos 300 millones de d¨®lares, seg¨²n algunas fuentes del mercado¡ª para pagar sus deudas con la justicia: la multa de 225 millones de reales (69 millones de d¨®lares), por el acuerdo de colaboraci¨®n premiada suscrito con la fiscal¨ªa brasile?a, que adem¨¢s tiene pendiente otra compensaci¨®n econ¨®mica al Estado que puede superar los 11.000 millones de reales (unos 3.500 millones de d¨®lares).?
La operaci¨®n choc¨® por el hecho de que un empresario, Joesley Batista, presidente de JBS, que ha reconocido la comisi¨®n de graves delitos, se estuviese lucrando con el esc¨¢ndalo que ¨¦l mismo promovi¨® al revelar la relaci¨®n promiscua entre lo p¨²blico y lo privado en Brasil: compr¨® barato divisas que se iban a encarecer al d¨ªa siguiente. ?Ser¨ªa un delito que la empresa usase su propia informaci¨®n privilegiada para lucrarse con una operaci¨®n de cambio? ?Joesley Batista sab¨ªa el d¨ªa y la hora que sus declaraciones judiciales, y sobre todo su explosiva conversaci¨®n con Temer grabada por ¨¦l en marzo, ser¨ªan divulgadas? La ¨²nica certeza es que pocas personas conoc¨ªan la bomba nuclear que estaba a punto de estallar en Brasil. Y Batista, el delator que dej¨® a la Rep¨²blica brasile?a desnuda, era una de ellas. El asunto le ha servido al propio Temer para descalificar a sus acusadores. "Han cometido el crimen perfecto", denunci¨® el presidente en un mensaje a la naci¨®n este s¨¢bado.Temer dio por hecho que JBS compr¨® 1.000 millones de d¨®lares para "especular contra la moneda nacional" y acus¨® a la compa?¨ªa de haber filtrado la noticia de que exist¨ªa una grabaci¨®n comprometedora contra ¨¦l con el prop¨®sito de llevar adelante la operaci¨®n econ¨®mica.
El empresario era consciente del impacto que sus acciones tendr¨ªan en el mercado financiero, que hasta entonces iba viento en popa agarrado a las promesas de reformas y estabilidad m¨ªnima del Gobierno de Temer. Cualquier amenaza de que Brasil entrar¨ªa en una nueva ola de inestabilidad pol¨ªtica, como la ca¨ªda de un presidente, por ejemplo, podr¨ªa hacer que un gran n¨²mero de inversores decidiera minimizar las p¨¦rdidas, vendiendo sus acciones, y tambi¨¦n comprando d¨®lares para huir de las oscilaciones del real. Y fue exactamente lo que sucedi¨®.
Aunque chocante, el abogado criminalista Marco Aurelio Louren?o Filho asegura que? "la operaci¨®n de cambio no constituye un delito". La ley brasile?a establece como crimen utilizar informaciones privilegiadas para obtener ventajas en negociaciones con valores burs¨¢tiles. Pero las transacciones de cambio de monedas no figuran en esa categor¨ªa.
Las sospechas de irregularidades ya rondaban a la Comisi¨®n de Valores Burs¨¢tiles del pa¨ªs (CVM, en sus siglas en portugu¨¦s). El organismo p¨²blico responsable de vigilar el mercado de acciones ven¨ªa desconfiando de la intensidad de movimientos de la empresa. En abril, el grupo que controla JBS vendi¨® 329 millones de reales (unos 100 millones de d¨®lares) en acciones de la compa?¨ªa. La operaci¨®n fue seguida por una compraventa de 200 millones de reales en acciones de tesorer¨ªa de la propia JBS. Fueron detectadas tambi¨¦n operaciones en el mercado del d¨®lar futuro y en la emisi¨®n de acciones del grupo c¨¢rnico. Compa?¨ªas del conglomerado de Batista estuvieron tambi¨¦n muy activas en el mercado de derivados.
Ya la semana pasada la autoridad burs¨¢til brasile?a abri¨® cinco investigaciones para analizar sospechas de irregularidades en las operaciones de JBS. La CVM quer¨ªa averiguar si estaban relacionadas con las noticias que circulaban por la prensa de una hipot¨¦tica confesi¨®n judicial de los m¨¢ximos responsables de la compa?¨ªa. En ese caso, al tratarse de acciones, s¨ª que habr¨ªa un delito de manejo de informaci¨®n privilegiada.
La JBS niega cualquier relaci¨®n entre sus operaciones y la confesi¨®n judicial de sus directivos. En un comunicado asegura que las transacciones realizadas en la fat¨ªdica semana en la que se conocieron las declaraciones judiciales ten¨ªan como objetivo, exclusivamente, minimizar los riesgos cambiarios de las operaciones de la empresa, que incluyen deudas a pagar en d¨®lares. De hecho, todas las compa?¨ªas exportadoras tienen un colch¨®n de reservas para protegerse de alteraciones bruscas en el mercado de divisas. Pero ante la hecatombe que la JBS promovi¨® en la pol¨ªtica brasile?a, todos sus movimientos han quedado bajo sospecha.
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