Una bolsa con polvo lunar de Neil Armstrong, a subasta
Los expertos estiman que puede alcanzar un precio de entre 1,7 y 2,6 millones de euros
Una bolsa de restos de polvo lunar de la primera persona en pisar la superficie del sat¨¦lite de la Tierra, Neil Armstrong, saldr¨¢ a subasta en Estados Unidos y se espera que alcance un precio astron¨®mico. La bolsa, que guardaba una mujer,?la sacar¨¢ a la venta la casa Sotheby's?como la estrella de una subasta tem¨¢tica sobre el espacio?que tendr¨¢ lugar el pr¨®ximo 20 de julio, coincidiendo con el 48? aniversario del aterrizaje del Apollo 11.?El polvo es gris oscuro, similar al grafito y, seg¨²n ha asegurado un astronauta, huele a p¨®lvora.
En aquel verano de 1969, Armstrong y Buzz Aldrin se convirtieron en los primeros hombres en caminar sobre la luna.?El polvo lunar que ahora Sotheby's ofrecer¨¢ al mejor postor proviene de las?rocas que Armstrong recogi¨® de la superficie lunar en 1969.
¡°Esta bolsa de apariencia modesta form¨® parte del viaje m¨¢s grandioso del ser humano y desempe?¨® un papel crucial en la tarea cient¨ªfica m¨¢s importante de la misi¨®n Apollo 11: traer de vuelta la primera muestra de material lunar jam¨¢s descubierta¡±, afirma la responsable de la subasta, Cassandra Hatton, en un comunicado. "Tom¨® cinco muestras inmediatamente, por si acaso la misi¨®n se abortaba de forma inesperada", explica Hatton, especialista en recuerdos espaciales,?a The Times.?Hatton afirma que, entre los objetos de colecci¨®n espaciales, esta es "la Mona Lisa".
De vuelta en Houston, el saco m¨¢s grande fue enviado a un laboratorio del Gobierno y luego extraviado. En 2003, fue localizado por el FBI en el garaje de un hombre que dirig¨ªa un planetario en Kansas, el?Cosmosphere Hutchinson. El director,?Max Ary,?fue condenado por robar y vender objetos espaciales. Tras volver a ser propiedad p¨²blica, acab¨® en manos de una peque?a casa de subastas por un malentendido burocr¨¢tico. La sac¨® a la venta dos veces sin que nadie pujara por ella hasta que en una tercera subasta, en febrero de 2015, fue comprada por Nancy Lee Carlson, una abogada de Michigan apasionada de la geolog¨ªa,?por 995 d¨®lares (890 euros).
Carlson envi¨® el polvo para su an¨¢lisis a la NASA, que?verific¨® su autenticidad y la confisc¨® como propiedad del Gobierno, ya que la posesi¨®n privada de objetos lunares est¨¢ prohibida. Seg¨²n la NASA, la bolsa se us¨® para transportar m¨¢s de 500 gramos de materiales procedentes de la superficie lunar con el fin de minimizar la contaminaci¨®n de las muestras.
La abogada present¨® una demanda y, en febrero pasado, un juez lleg¨® a la conclusi¨®n de que hab¨ªa adquirido legalmente la bolsa de polvo lunar y ten¨ªa derecho a conservarla. Esta decisi¨®n judicial la convierte en la ¨²nica muestra de material lunar en manos privadas legal que existe.?"Estoy muy emocionada con la venta", ha dicho la abogada a The Times.
Los expertos estiman que esta rara posesi¨®n puede alcanzar un precio de entre dos y cuatro millones de d¨®lares (de 1,7 a 2,6 millones de euros). Adem¨¢s de la bolsa, en la que se puede leer ¡°retorno de muestra lunar¡±, se subastar¨¢n otros materiales de programas espaciales estadounidenses y rusos, como art¨ªculos personales de astronautas, fotograf¨ªas, mapas, libros firmados, modelos de ingenier¨ªa y objetos 3-D.
Despu¨¦s de que los astronautas del Apollo 11 volvieran a la Tierra, los objetos lunares que recogieron fueron guardados por la NASA y algunas muestras se dieron como regalos a las naciones y dignatarios extranjeros, aunque tambi¨¦n han aparecido en el mercado negro. La mayor¨ªa del equipamiento que se utiliz¨® en esa misi¨®n se encuentra exhibido en el Museo Smithsonian de Washington.
Armstrong, que?muri¨® a los 82 a?os en 2012 tras sufrir complicaciones durante una operaci¨®n de coraz¨®n, ya ha sido antes estrella de una puja.?Una casa de subastas de New Hampshire ya sac¨® a subasta en 2013 el electrocardiograma del?comandante de la misi¨®n tomado en el justo?momento en el que pis¨® la Luna. La prueba revela que su ritmo card¨ªaco que era normal a pesar de estar dando aquel famoso "peque?o paso".?
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