Los saharauis buscan ser ap¨¢tridas en Espa?a

Brahim Chagaf es un cineasta de 29 a?os que ha dirigido una pel¨ªcula con 100 euros de presupuesto. Pero esta no es la ¨²nica peculiaridad que lo caracteriza: es un ap¨¢trida. Como ¨¦l, otros cientos de saharauis han conseguido oficialmente este estatuto en Espa?a en los ¨²ltimos a?os: en 2015, m¨¢s de 1.000 peticiones se resolvieron de manera favorable, la cifra m¨¢s alta registrada y tres veces superior a la del a?o anterior.

¡°Si nuestra historia no se ha escrito, que por lo menos se pueda ver¡±, dice Brahim, quien no quiere dedicarse al cine solo por vocaci¨®n. Quiere hacer visible la causa de su pueblo, que lleva m¨¢s de 40 a?os dividido entre los territorios ocupados por Marruecos y los campamentos de refugiados de Argelia. ¡°Sin identidad se acaba por dejar de existir¡±, afirma sentado en la cama de su cuarto en uno de los colegios mayores de la zona universitaria de Madrid, donde lleg¨® hace un a?o para estudiar cine. En un viaje anterior a la pen¨ªnsula hab¨ªa solicitado el reconocimiento del estatuto de ap¨¢trida, un tr¨¢mite cuyas peticiones se han multiplicado por 30 entre 2006 y 2015.

¡°Este repunte se dio porque se gan¨® un procedimiento judicial que reconoc¨ªa en determinados casos el estatuto de ap¨¢trida a la poblaci¨®n saharauis¡±, explica Anna Figueres, abogada en la Comisi¨®n Catalana de Ayuda al Refugiado?(CCAR), entidad espa?ola miembro de la Red Europea de Apatridia (European Network on Statelessness, en ingl¨¦s). De las 34 solicitudes presentadas en 2006 se pas¨® a las 1.151 en 2015, la casi totalidad de ellas presentadas por saharauis, seg¨²n los ¨²ltimos datos publicados por el Ministerio de Interior.?

En el mundo hay al menos 10 millones de ap¨¢tridas, seg¨²n ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, una cifra que se corresponde a un cuarto de la poblaci¨®n espa?ola. Una persona se considera ap¨¢trida, seg¨²n la normativa internacional, cuando ning¨²n pa¨ªs le reconoce como su ciudadano. En el caso de los saharauis s¨ª existe un Estado que les otorga un DNI y un pasaporte. Pero este Estado, la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), solo est¨¢ reconocida por algunos pa¨ªses de ?frica, Latinoam¨¦rica y Medio Oriente.

¡°Fue muy duro tomar la decisi¨®n de pedir el estatuto¡±, admite Brahim, quien naci¨® en el campamento de Dajla y se qued¨® hu¨¦rfano de padre cuando era un ni?o a causa de la guerra. ¡°Pero me hac¨ªa falta una documentaci¨®n para viajar y seguir aprendiendo", dice mientras ense?a su pasaporte verde donde en la casilla de nacionalidad se lee ¡°ap¨¢trida¡±. Con este documento, v¨¢lido cinco a?os y renovable, puede residir en Espa?a y viajar libremente dentro de Europa y, con visado, a los dem¨¢s pa¨ªses. ¡°Me convenc¨ª de que solo es una herramienta, que va a ser temporal¡±.

La poblaci¨®n saharaui sigue a la espera de celebrar bajo la ¨¦gida de la ONU un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n que nunca llega. El conflicto estall¨® despu¨¦s de que Espa?a, potencia colonizadora, se retirara del Sahara Occidental en 1976 y Marruecos y Mauritania se repartieran la zona, la gran parte de ella bajo el control del reino alauita. El Frente Polisario declar¨® entonces su independencia y la poblaci¨®n saharaui est¨¢ hoy repartida entre los territorios ocupados por un lado y la "zona liberada" y los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia, por otro.

La habitaci¨®n de Brahim es peque?a y de paredes blancas. Al fondo, cerca de la ventana, est¨¢ colgado un p¨®ster de la pel¨ªcula Cinema Paradiso. "Aqu¨ª suelo tener la bandera saharaui", dice se?alando con la mano la pared al lado de su cama, "pero ahora no est¨¢ porque ayer la llev¨¦ a la emisi¨®n de la pel¨ªcula".

Habla de Patria dividida, el primer largometraje rodado por un equipo enteramente saharaui. Estrenada en 2013 y grabada con una c¨¢mara y un micr¨®fono atado a un palo de escoba, se film¨® en los campamentos de refugiados de Tinduf. ¡°En Marruecos cuentan que en los campamentos vivimos secuestrados y es falso; quer¨ªamos hacernos escuchar a trav¨¦s de este medio que no tiene barreras para evitar que nuestra causa caiga en el olvido", explica Brahim.

El largometraje habla de un joven saharaui perseguido por soldados marroqu¨ªes y obligado a cruzar el ¡°muro de la verg¨¹enza¡±, un per¨ªmetro de casi 3.000 kil¨®metros rodeado por siete millones de minas que separa las zonas liberadas de los territorios ocupados. Sidi Talebbuia, presidente de la Asociaci¨®n Profesional de Abogados Saharauis en Espa?a, explica que el Estado espa?ol concede el estatuto de ap¨¢trida solo a los saharauis que viven en los campamentos. "Y solo despu¨¦s de las sentencias de la Audiencia Nacional y del Supremo", confirma. ¡°Antes el Ministerio alegaba que ten¨ªan la nacionalidad argelina porque Argelia les otorga un pasaporte, que en realidad es un simple t¨ªtulo de viaje que no concede la nacionalidad¡±.

En 2004, la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara empez¨® a organizar de la mano del Ministerio de Cultura saharaui un festival de cine en los campamentos de Tinduf, el Fisahara. A ra¨ªz de esta iniciativa naci¨® la escuela de cine donde Brahim fue antes alumno y despu¨¦s profesor. Desde este viernes hasta el uno de junio se estrena en la capital Le Yuad, el segundo largometraje codirigido por Brahim.