Los muertos que nadie reclama en Colombia

El proceso de paz con las FARC?supone un gran reto para Colombia. La ilusi¨®n est¨¢ puesta en la promesa de buscar a los desaparecidos. Una deuda hist¨®rica que el pa¨ªs tiene con las v¨ªctimas. Son m¨¢s de 60.000, seg¨²n el Centro Nacional de Memoria. El registro del Instituto de Medicina Legal cuenta 80.000. Nada m¨¢s entre el 2014 y 2017, fueron 24.103 por diferentes causas, no todas relacionadas con el conflicto.

Jairo Vivas, m¨¦dico y especialista forense, es el encargado de la identificaci¨®n y b¨²squeda de personas desaparecidas. Empez¨® hace 18 a?os como perito, haciendo autopsias, y ahora es el coordinador del Grupo nacional de patolog¨ªa. A sus manos llegan los restos que son exhumados y de su boca salen los dict¨¢menes. ?l es la cara visible ante las familias que esperan saber si los restos que analizan corresponden a los de su familiar perdido. En unas cajas de cart¨®n, apiladas en un sal¨®n de un edifico antiguo en el centro de Bogot¨¢, se guarda parte de la historia de un pa¨ªs que durante a?os fue desangrado por la guerra.

¡°No solo por las FARC, tambi¨¦n por los paras y por el crimen organizado se han desaparecido muchas personas¡±, dice el m¨¦dico, que asegura que los procesos de identificaci¨®n han mejorado. ¡°A comienzos de los 2000, el porcentaje de cad¨¢veres que se quedaba en condici¨®n de no identificados era del 6%, actualmente la cifra es de 1,8%. Lo ideal ser¨ªa llegar a cero, pero no es f¨¢cil en un pa¨ªs tan violento y que no cuenta con muchos recursos para esto¡±. La firma de la paz representa un reto mayor y el antecedente del proceso con los paramilitares evidencia las dificultades que se pueden asomar en el camino.

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En ese caso, se hablaba de la b¨²squeda de miles de desaparecidos (por encima de 20.000). Doce a?os despu¨¦s, solo 3.921 han sido identificados y entregados, seg¨²n datos oficiales. Las mismas cifras se?alan que se han exhumado 6.733, que faltan por entregar 4.311 y que han sido halladas 5.267 fosas comunes. ¡°En el 2011 se hicieron cambios en el procedimiento para que fuera m¨¢s r¨¢pido y preciso. Nuestro papel tambi¨¦n es aportar elementos que sirvan para la memoria y la verdad¡±, apunta. Lo normal es que el proceso de identificaci¨®n se tarde tres meses. Siempre va a depender de las condiciones en que muri¨®, el lugar de donde fue exhumado y el tiempo que pas¨® desde que fue enterrado, pero tambi¨¦n de la informaci¨®n previa. En tiempos de guerra era m¨¢s dif¨ªcil que las familias se acercaran a las autoridades para identificar los cad¨¢veres. Sobre todo si se trataba de alg¨²n ilegal.

¡°Con los cuerpos de los guerrilleros la gente tem¨ªa posibles consecuencias jur¨ªdicas¡±, cuenta el forense. La identificaci¨®n se hace m¨¢s lenta cuando las exhumaciones se producen en regiones como C¨®rdoba, en donde por las caracter¨ªsticas del suelo se deteriora m¨¢s r¨¢pido el tejido ¨®seo, explica el m¨¦dico. All¨ª, los paramilitares hicieron masacres, descuartizaron a sus v¨ªctimas, los tiraron al r¨ªo, los enterraron. En muchos casos las familias reciben apenas una parte de los restos porque fueron esparcidos y no fue posible ubicarlos. ¡°La ¨²ltima imagen que tienen de esa persona es estando viva, completa. Es doloroso cuando se entregan los restos, pero al mismo tiempo es el fin de una terrible incertidumbre¡±.

Rosa Helena Herrera busca desde el 2003 a su hijo. Ten¨ªa 18 a?os cuando desapareci¨®. La investigaci¨®n que se abri¨® despu¨¦s de su insistencia determin¨® que agentes de la Polic¨ªa lo retuvieron en el Valle del Cauca. Lo que vino despu¨¦s sigue siendo un misterio. Esta semana, una vez m¨¢s Rosa Helena estuvo en Bogot¨¢ en la conmemoraci¨®n de la Semana de los desaparecidos, que cada final de mayo re¨²ne a madres que buscan a sus hijos, a las hijas que no se cansan de clamar para que la justicia determine qu¨¦ pas¨® con sus padres. "Creemos en la paz, pero no ser¨¢ completa si no encontramos a los nuestros", dice. Va vestida de blanco, el mismo color de su pelo. Tiene 69 a?os y asegura que lo ¨²nico que la mantiene de pie es la b¨²squeda de la verdad.

Gloria Luz G¨®mez, vocera de la Asociaci¨®n de familiares de detenidos y desaparecidos (Asfaddes), reclama que incluyan a las v¨ªctimas en las pol¨ªticas p¨²blicas para la b¨²squeda e identificaci¨®n. Desde la organizaci¨®n que representa llevan trabajando desde hace 34 a?os para que no haya olvido. "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", repite desde una tarima en un parque c¨¦ntrico de la capital colombiana. A su lado, decenas de madres, algunas m¨¢s optimistas que otras, piden justicia. Muchas guardan la esperanza de que sus esposos o hijos aparezcan vivos, otras se conforman con poder recibir sus restos y acabar con la zozobra.

Colombia tiene una gran oportunidad de alcanzar la verdad y la reparaci¨®n si logra cumplir con la promesa de buscar a los desaparecidos. El director de Medicina Legal, Carlos Vald¨¦s, dice que descubrir lo que pas¨® y ayudar a reconstruir la memoria hist¨®rica es el gran desaf¨ªo. ¡°Las v¨ªctimas necesitan la verdad para poder perdonar¡±. Anuncia la creaci¨®n de un grupo con 153 expertos para apoyar a la Unidad de b¨²squeda, pactada en el acuerdo de La Habana, pero que todav¨ªa no est¨¢ funcionando. Hay expectativa, pero Vald¨¦s intenta ser realista. "No todos los cuerpos se van a hallar, ni se van a identificar y algunos seguramente no ser¨¢n reclamados o porque sus familiares ya murieron o porque se han desintegrado y es imposible encontrar a alguien que d¨¦ informaci¨®n", asegura. Medicina Legal ya ha previsto que sean conservados bajo su cuidado. Desde all¨ª dicen que esperan ser la "albacea" de los cad¨¢veres que nadie reclama.