El ISIS contra todos
Estado Isl¨¢mico est¨¢ dibujando a conciencia su mapa de atentados contra los coptos
El nuevo atentado contra los cristianos egipcios cierra el c¨ªrculo de una larga estrategia del ISIS. Esta vez ha sido en un monasterio cerca de Minia, uno de los centros hist¨®ricos del cristianismo del Alto Egipto. El ISIS est¨¢ dibujando a conciencia su mapa de atentados contra los coptos. En menos de un a?o los terroristas han sembrado el p¨¢nico y logrado la huida masiva de los cristianos del Sina¨ª (en cuyo monte se halla la zarza mosaica); han volado parte de la catedral cairota; y han yihadizado de Norte a Sur, desde Alejandr¨ªa hasta Minia pasando por Tanta, un territorio estrechamente vinculado a los or¨ªgenes del cristianismo.
El terror entre los coptos, que son el 10% de la poblaci¨®n, viene sembr¨¢ndose desde hace tiempo, y esta comunidad, profundamente egipcia, se resiente de ello: su respuesta mediante el repliegue comunitario, la emigraci¨®n y el alineamiento con el r¨¦gimen de?Abdelfat¨¢ al Sisi y su represi¨®n de los islamistas, hipoteca cualquier futuro democr¨¢tico del pa¨ªs. Todos estos atentados est¨¢n dirigidos contra lo que simboliza el r¨¦gimen: los coptos pagan con sus muertos el golpe de Estado de 2013, auspiciado por Arabia Saud¨ª y sancionado por Occidente. Esta cadena de atentados escenifica en suelo egipcio la lucha que el ISIS mantiene contra Occidente y sus sat¨¦lites. Que no es lo mismo que una lucha contra la cristiandad, aunque a ratos as¨ª se venda por ambas partes.
Para el ISIS poca diferencia hay entre una misa en El Cairo y un concierto pop en Manchester, entre un autob¨²s cargado de peregrinos en Minia y un mercado en hora punta en Bagdad. El mundo se divide en blanco y negro, en wala/bar¨¢ seg¨²n su terminolog¨ªa (¡°alianza o ruptura¡±), y su objetivo, lo cual es un indicio de su debilidad, son los m¨¢s vulnerables. Esto marca una diferencia fundamental con los yihadistas de los setenta, los ¡°inventores¡± del yihadismo, cuya praxis distaba mucho de la del ISIS, pues aquellos asesinaron al presidente Sadat a cara descubierta y durante un desfile militar, y aspiraban a tomar el poder a la manera revolucionaria cl¨¢sica. Los yihadistas del siglo XXI, los herederos de Al Qaeda, no buscan arrebatar el poder a los Estados. Su utop¨ªa es m¨¢s irredenta tras los sucesivos fracasos del asalto a la mezquita de La Meca (1979), la guerra civil argelina (1992-1999) y la p¨¦rdida de Afganist¨¢n (2002). El yihadismo del ISIS es, a diferencia del de Al Qaeda, posmoderno y rizom¨¢tico: la toma del poder consiste para ellos en el ejercicio cotidiano y globalizado de la violencia.
Con cada nuevo atentado, sea teledirigido como el de Minia o de planificaci¨®n personal como el reciente de Manchester, el ISIS avanza en su prop¨®sito de descomponer el mundo que conocemos. Sobre todo porque la estrategia global para combatirlo, m¨¢s violencia y menos libertades, es su mejor aliado.
Luz G¨®mez es profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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