Entre la maldad y el fanatismo
Me abruma la confusi¨®n. Desde que se inventaron los locos, se acabaron los perversos, los malditos
?C¨®mo debe ser una "persona" para forrar su cuerpo con innumerables cartuchos de dinamita de alto poder explosivo, cargarse, adem¨¢s, con incontables clavos y tornillos para lastimar a la mayor cantidad de gente posible, acercarse a un grupo de ni?os y j¨®venes deseosos de presenciar un espect¨¢culo musical y en ese preciso momento detonar una bomba para inmolarse (lo cual me tiene sin cuidado, pero me aterra la idea de asesinar o herir gravemente a chiquillos o j¨®venes inocentes que nacen a la vida)?
Dicen los expertos en terrorismo que Salman Abedi, de 22 a?os, quien mat¨® a 22 personas e hiri¨® a m¨¢s de 64 en M¨¢nchester, era un individuo irascible y violento, muy manipulable y religioso, que fue radicaliz¨¢ndose gradualmente hasta llegar al terrorismo. Llama poderosamente la atenci¨®n que los atacantes de Par¨ªs eran franceses y el salvaje de M¨¢nchester hab¨ªa nacido en Inglaterra, es decir, no se trata de asesinos nacidos en el Oriente Medio que viajaron a Europa para cometer las atrocidades, si bien fueron capacitados a gran velocidad, tal vez en Siria por ISIS. Todos eran naturales del viejo continente, la inmensa mayor¨ªa de sexo masculino y en plena juventud al contar con un m¨¢ximo de 30 a?os de edad. Existen explicaciones de car¨¢cter social, motivaciones psicol¨®gicas, resentimientos familiares y pol¨ªticos para unirse a la yihad, pero la mayor¨ªa pertenece a la clase media, han recibido educaci¨®n y, por lo general, no se han detectado patolog¨ªas psiqui¨¢tricas ni traumas emocionales, aun cuando este ¨²ltimo punto es dif¨ªcil de discernir porque la fuente de informaci¨®n parte de los comentarios de los familiares y amigos de los terroristas.
De acuerdo con lo anterior, me cuestiono: ?en qu¨¦ momento termina la maldad y comienza el fanatismo religioso? Un sujeto que asesina a una o varias personas porque sus l¨ªderes espirituales lo han convencido de que tendr¨¢ garantizado un espacio en el para¨ªso o tal vez ser¨¢ premiado por Al¨¢. ?En estos eventos tr¨¢gicos y sangrientos interviene la maldad o simplemente se trata de criminales convencidos de que al matar se salvar¨¢n o ser¨¢n premiados por alguna divinidad? Los secuestradores de los aviones de las Torres Gemelas al estrellarse contra los edificios gritaban: "Al¨¢ es grande". Me abruma la confusi¨®n. Desde que se inventaron los locos, se acabaron los perversos, los malditos, ?ahora nada m¨¢s hay locos y fan¨¢ticos, pero los malos no existen, reflexionaba yo en tono burl¨®n? ?Hay maldad en los l¨ªderes religiosos que mandan a matar? ?Son unos cobardes porque no se suicidan en su lugar? ?Es maldad o cobard¨ªa o fanatismo o todo junto?
La yihad no puede ser clasificada como una guerra religiosa porque no se trata de un conflicto armado entre fieles e infieles. S¨ª, hemos presenciado ataques de los fundamentalistas isl¨¢micos, pero no hemos visto que los protestantes o cristianos coloquen artefactos explosivos en La Meca o en un cine en Yemen o en Om¨¢n, a modo de ejemplo. No hay tal guerra, se trata de un ataque violento, cruel y cobarde y unilateral de los fan¨¢ticos musulmanes para vengar qui¨¦n sabe qu¨¦. ?De qui¨¦n se estar¨ªan vengando al matar a los chiquillos en M¨¢nchester o a los j¨®venes que bailaban en el Batacl¨¢n en Par¨ªs?
Las guerras religiosas siempre fueron verdaderamente sangrientas y brutales, basta recordar las cruzadas o los conflictos religiosos en Francia, como la matanza de San Bartolom¨¦ o la bestial rebeli¨®n Cristera en M¨¦xico o las pavorosas guerras religiosas que conoci¨® la humanidad durante la independencia de la India, entre otros ejemplos m¨¢s. En el caso de M¨¢nchester y de diferentes ciudades europeas, no nos encontramos con un enemigo visible ni se trata de una batalla de trinchera a trinchera, como se libraban en la Primera Guerra Mundial, ni mucho menos de ataques a¨¦reos, como los que destruyeron a Europa de 1939 a 1945. No, aqu¨ª el enemigo puede ser un peque?ito de 9 a?os forrado de dinamita y que al apretar un bot¨®n hace estallar una bomba en un mercado para matar a decenas de personas, fundado en la creencia que al masacrar a los infieles gozar¨¢ de la eterna consideraci¨®n de Al¨¢. ?C¨®mo ganar una "guerra" as¨ª?
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