Tarifa, vigilancia y rescate
Espa?a y la UE tienen implantado un sofisticado operativo de vigilancia por tierra, mar y aire para detectar pateras. Sin embargo, un acuerdo pol¨ªtico con Marruecos es la clave del sistema
Uno de los efectos m¨¢s curiosos del acuerdo migratorio de Espa?a con Marruecos es que en el primer tramo de los 14 kil¨®metros de traves¨ªa por mar, las barcas hinchables ponen todo su empe?o en pasar desapercibidas (para que los marroqu¨ªes no las devuelvan al punto de origen). Y, en cambio, en el tramo final se esfuerzan por ser localizadas (por espa?oles). ¡°Es una paradoja. En la primera mitad del trayecto no quieren que les rescaten, pero, en la segunda, s¨ª. Para entonces, el riesgo es mayor porque la corriente en el canal del Estrecho es muy peligrosa¡±, explica Adolfo Serrano, jefe del centro de coordinaci¨®n de Salvamento Mar¨ªtimo. El miedo a ser descubiertos y deportados a Marruecos es tambi¨¦n el motivo por el que a menudo zarpan con mala mar. ¡°Se arriesgan a salir en estos d¨ªas porque saben que las patrulleras marroqu¨ªes tienen mayor eslora y con temporal no pueden rescatarles¡±, explica Iv¨¢n Lima, de Cruz Roja.
La del 11 de mayo era una de esas noches; viento persistente y racheado a 37 kil¨®metros por hora. Una ONG alerta a las 4.30 de una lancha de juguete a la deriva con cinco ocupantes en el Estrecho de Gibraltar. Da alguna pista: zarp¨® de cerca de T¨¢nger y facilita el m¨®vil de uno de los inmigrantes. La Guardia Civil y Salvamento Mar¨ªtimo emprenden la b¨²squeda.
Serrano, de Salvamento Mar¨ªtimo, marca el n¨²mero. Desde la balsa le hablan ¡°con estr¨¦s y agobio¡±. ¡°La comunicaci¨®n ha sido dif¨ªcil porque no hablaban muy bien ingl¨¦s. En esas circunstancias es complicado que sepan dar orientaciones de su ubicaci¨®n. Adem¨¢s, parec¨ªan decir que la embarcaci¨®n estaba pinchada¡±, asegura. ¡°Suelen aprovechar la madrugada porque las luces de las ciudades les sirven para orientarse. Vienen pocas personas en peque?as embarcaciones¡±, a?ade.
La Guardia Civil vigila d¨ªa y noche desde la comandancia de Algeciras (C¨¢diz), con apoyo de sus ocho barcos, helic¨®pteros y 1.200 agentes sobre el terreno, la costa y sus aguas territoriales gracias al SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior): ¡°Tenemos varias estaciones sensoras con radares y c¨¢maras ubicadas en puntos altos de la costa y orientados en direcci¨®n norte-sur¡±, explica el jefe del Centro de Operaciones del SIVE, Manuel Fuentes. Solo en 2015 Espa?a desarroll¨® varios proyectos de control de fronteras (bautizados Perseus, Close Eye, Fronteras Inteligentes y EU-Lisa).
Frontex, la agencia de fronteras de la UE, despleg¨® en 2006, con el socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero al frente del Gobierno, su primera misi¨®n de vigilancia mar¨ªtima ¡°para ayudar a Espa?a a afrontar con la situaci¨®n migratoria en torno a las islas Canarias¡±. Aquel verano llegaron 32.000 inmigrantes en cayucos a unas islas que ese a?o visitaron 14 millones de turistas.
¡°La vigilancia mar¨ªtima empez¨® en Espa?a, tuvo bastante ¨¦xito en frenar los flujos pero ninguna vigilancia logra cerrar todas las rutas sino que empuja [a los migrantes] a rutas m¨¢s peligrosas, m¨¢s largas¡±, destaca Ninna Nyberg Sorensen, investigadora en el Instituto Dan¨¦s de Estudios Internacionales. Lo demuestra el repunte de ahogados, rescates y llegadas en la ruta Libia-Italia, de al menos 300 kil¨®metros y con considerables probabilidades de morir, tras el cierre de la ruta Turqu¨ªa-Grecia, de unos 15 kil¨®metros y mucho menos letal.
El presupuesto de Frontex permite ver claramente hasta qu¨¦ punto ha aumentado la vigilancia. Los 6,5 millones de su primer a?o (2005) se han multiplicado m¨¢s de 40 veces: el a?o pasado manej¨® 254 millones (y 143 millones en 2015).
A las 8.30 acaba la incertidumbre en el Estrecho de Gibraltar. El barco Arcturus, de Salvamento, localiza la balsa medio anegada. Los cinco est¨¢n empapados, ateridos de fr¨ªo, pero bien. Nerviosos y emocionados por haberlo conseguido. Ya a bordo del Arcturus, se hacen selfies y v¨ªdeos que, posteriormente, mostrar¨¢n con orgullo. Salvamento activa a Cruz Roja. Atracan en Tarifa a la media hora. La Guardia Civil les traslada hasta la sede de la ONG, donde Lima, el t¨¦cnico, y tres voluntarios, les hacen un chequeo m¨¦dico tras darles comida, ropa seca y mantas rojas.
The New Arrivals
Cuatro millones de inmigrantes han llegado a Espa?a en dos d¨¦cadas en avi¨®n, en patera o saltando la valla. M¨¢s de un mill¨®n de personas pidieron asilo en Europa en 2016. EL PA?S cuenta, en un proyecto de 500 d¨ªas con los diarios The Guardian, Der Spiegel y Le Monde, c¨®mo se adaptan estos nuevos europeos y c¨®mo Europa se adapta a ellos. Una mirada a un fen¨®meno que est¨¢ transformando Espa?a y el continente
Gabriel Delgado, sacerdote y director del Secretariado de Migraciones de C¨¢diz, explica c¨®mo ha evolucionado el fen¨®meno: en los noventa eran comunes las pateras de madera repletas de marroqu¨ªes; luego eran z¨®diacs con hasta 60 inmigrantes tripuladas por un traficante ¡°Ahora vienen solos, de cinco a diez personas y en balsas de juguete¡±. Y la mayor¨ªa son subsaharianos. ¡°A diferencia de los marroqu¨ªes que huyen [de los rescatadores, debido a los convenios de expulsi¨®n], el subsahariano quiere ser encontrado¡±, a?ade.
Ibrahim, de 24 a?os, es el ¨²nico de los cinco rescatados que chapurrea ingl¨¦s. Acierta a indicar que est¨¢n ¡°bien, pese a que ha sido muy dif¨ªcil¡±. Asegura que proceden de Gambia. Es frecuente que mencionen pa¨ªses con los que hay acuerdos laxos o ning¨²n convenio con Espa?a.
Mahu Falle (25 a?os, defensa en Alma de ?frica, Senegal) y su compatriota Abdoul Diouf (21 a?os, delantero) llegaron tambi¨¦n en patera. El primero ha logrado un trabajo temporal en la campa?a de la zanahoria; el empleo que ten¨ªa en un puesto del mercado lo ha heredado otro jugador del equipo. Y el segundo ha empezado a entrenar algunos d¨ªas con un equipo de categor¨ªa superior en Jerez y ha recibido una breve extensi¨®n en el piso de acogida que le toca abandonar.
Los rescatados en la patera son llevados luego a la comisar¨ªa de la Polic¨ªa Nacional. All¨ª, bajo la supervisi¨®n de agentes europeos de Frontex, comienzan los tr¨¢mites burocr¨¢ticos. Luego ser¨¢n recluidos unos diez d¨ªas en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Algeciras antes de quedar libres con una orden de expulsi¨®n.
El inmigrante no suele volver a ver a su rescatador pero rara vez lo olvida. Youseff, que lleg¨® en patera en enero y vive en un piso de la asociaci¨®n Cardijn en C¨¢diz, partir¨¢ en breve a Bilbao. Siguiente destino de su nueva vida. ¡°Pas¨¦ mucho miedo en el mar, hasta que nos rescataron. Entonces me puse muy alegre porque supe que lo hab¨ªa conseguido con la ayuda de Dios¡±. Aunque no sabe cu¨¢ndo o d¨®nde acabar¨¢ su viaje, siempre recordar¨¢ ese instante.
Parte IV: Dakar, cooperaci¨®n por expulsiones
Parte I: Espa?a, laboratorio migratorio de Europa
Parte II: Melilla, la fortaleza
Con informaci¨®n de Naiara Galarraga.
El proyecto The New Arrivals est¨¢ financiado por el European Journalism Centre con el apoyo de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates.