Las discutibles razones econ¨®micas de Trump para dejar el acuerdo de Par¨ªs

Donald Trump justific¨® su decisi¨®n de abandonar el acuerdo de Par¨ªs con argumentos econ¨®micos. Considera que as¨ª proteger¨¢ a los trabajadores de un impacto devastador. El presidente habl¨® incluso de una conspiraci¨®n global para redistribuir la riqueza de Estados Unidos (EE UU) a otros pa¨ªses. Pero la retirada, que respalda con datos sesgados, puede tener el efecto contrario. Estos son los principales puntos de debate.

Al cumplir su promesa electoral, Trump da un nuevo giro de tuerca a su pol¨ªtica de nacionalismo econ¨®mico del American First (Am¨¦rica primero) de su lema de campa?a. Nada m¨¢s llegar a la Casa Blanca decidi¨® abandonar el tratado de libre comercio Transpac¨ªfico (TPP) y el mes pasado inici¨® el proceso para revisar el acuerdo de libre cambio con M¨¦xico y Canad¨¢ (Nafta). La l¨®gica es simple: estos tratados ¡°castigan¡± al contribuyente y dan una ventaja competitiva al resto de pa¨ªses.

Empleo

Destrucci¨®n de empleo, salarios m¨¢s bajos, cierre de empresas, apagones. Este es el escenario que pinta Trump. Para defender su decisi¨®n, cit¨® una serie de cifras tomadas de un informe elaborado por la NERA Economic Consulting, una firma que trabaja para la industria energ¨¦tica. El impacto en el Producto Interior Bruto (PIB) ser¨ªa superior a los tres billones en el curso de varias d¨¦cadas, indic¨® el presidente. El PIB estadounidense ronda los 19 billones de d¨®lares.

Habl¨® tambi¨¦n de la p¨¦rdida de 2,7 millones de empleos para 2025. Se elevar¨ªa a 6,5 millones en 2040, seg¨²n el Center for Policy Research. Eso implica la eliminaci¨®n de 285.000 puestos de trabajo cada a?o. Pero la econom¨ªa estadounidense est¨¢ generando empleo a una media de dos millones anuales desde el final de la crisis. El impacto econ¨®mico del acuerdo del clima, por tanto, genera un intenso debate.

El problema del argumento de los m¨¢s cr¨ªticos en el equipo de Trump, seg¨²n la Resources for the Future, es que asume que el esfuerzo de la lucha contra el cambio clim¨¢tico caer¨¢ exclusivamente en la industria pesada, como la metal¨²rgica, la qu¨ªmica, la petrolera e incluso la automovil¨ªstica. Habr¨¢ siempre ganadores y perdedores, indican, pero el coste del recorte se distribuye de forma equitativa.

Donald Trump dijo en su discurso que gan¨® las elecciones para ¡°defender los intereses de los ciudadanos de Pittsburg, no de Par¨ªs¡±. La ret¨®rica del presidente vuelve a chocar ah¨ª con la realidad. La antigua ciudad del cintur¨®n industrial de Pensilvania se transform¨® por completo. En esa transici¨®n apost¨® por embarcarse en la nueva revoluci¨®n tecnol¨®gica y dejar atr¨¢s la vieja industria.

Carb¨®n

El republicano se queja, al mismo tiempo, de que el acuerdo da m¨¢s margen a Europa y China al permitirle niveles de cumplimiento m¨¢s favorables mientras las nuevas reglas de juego exigen un mayor sacrificio a EE UU. ¡°El pacto da una ventaja financiera a otros pa¨ªses¡±, insiste Trump. Cit¨® en concreto a India, porque el tratado de las Naciones Unidas le permite doblar la producci¨®n de carb¨®n.

Donald Trump se dirigi¨® directamente en su discurso a los empleados de esta industria, uno de los grupos ¡°olvidados¡± en los que se apoy¨® su victoria electoral. ¡°Se est¨¢n abriendo nuevas minas otra vez¡±, dijo. Hablaba de una instalaci¨®n en Pensilvania, un estado clave en la contienda, que empezar¨¢ a operar el 8 de junio y que producir¨¢ un carb¨®n especializado para la industria metal¨²rgica.

Los estudios que maneja Trump no cuentan tampoco los beneficios a largo plazo de la reducci¨®n de las emisiones. La destrucci¨®n de empleo, insisten los expertos, en sectores como el carb¨®n se equilibra con las ganancias en las energ¨ªas alternativas. Las empresas en el negocio de la energ¨ªa solar emplean a 374.000 personas en EE UU, el doble que la del carb¨®n. En la e¨®lica rondan los 102.000 empleos.

La evoluci¨®n del mercado de la energ¨ªa, de hecho, muestra que la minera es una industria decadente. Un estudio de la Universidad de Columbia estima que el sector minero perdi¨® 60.000 empleos desde finales de 2011. Esto se explica porque cada vez m¨¢s producci¨®n de energ¨ªa llega de fuentes ¡°limpias¡± como el gas natural. Lo admite Gary Cohn, el principal asesor econ¨®mico de Donald Trump.

El carb¨®n, dice, ¡°ya no tiene mucho sentido¡± como materia prima para convertirse en combustible. El gas natural es m¨¢s barato y accesible con las nuevas t¨¦cnicas de extracci¨®n. La revoluci¨®n del fracking hizo que este recurso energ¨¦tico se comiera una tercera parte del mercado del carb¨®n. Adem¨¢s es limpio y se exporta cada vez m¨¢s. Las empresas que operan en este negocio emplean a 363.000 personas.

Crecimiento

Trump dijo tambi¨¦n que el acuerdo de Par¨ªs forzar¨¢ a EE UU a poner un candado a sus abundantes reservas energ¨¦ticas. Los datos del departamento de Energ¨ªa muestran, sin embargo, que la producci¨®n seguir¨¢ creciendo hasta 2040 bajo el escenario que dej¨® la era Obama. El gas natural seguir¨¢ creciendo hasta alcanzar el 40% de la producci¨®n del pa¨ªs. Tambi¨¦n el petr¨®leo, aunque se equilibrar¨¢ en 2025 conforme los recursos sean menos productivos.

El presidente volvi¨® a repetir en su discurso que, gracias a su plan de est¨ªmulos, la econom¨ªa volver¨¢ a crecer a un ritmo entre el 3% y el 4%. Eso equivale a una expansi¨®n similar a la era de las puntocom. Para atender la demanda adicional de energ¨ªa, a?ade, se necesitar¨¢n ¡°todas las formas¡± en el mix. ¡°Si se creciera cerca del 1% entonces quiz¨¢s bastar¨ªa con las renovables¡±, indic¨® en su discurso.

La proyecci¨®n de crecimiento de Donald Trump es optimista, m¨¢s incluso que la de Ronald Reagan en su primer presupuesto hace tres d¨¦cadas. Los analistas de Wall Street se?alan, adem¨¢s, que para lograr esas tasas, la fuerza laboral deber¨ªa crecer y tambi¨¦n la productividad. Adem¨¢s, est¨¢ por ver que el Congreso de EE UU apruebe su plan de recortes de impuestos y de inversi¨®n en infraestructuras.

Los expertos del World Resources Institute reconocen que la retirada del acuerdo de Par¨ªs podr¨ªa restar impulso al ritmo de creaci¨®n de empleo en las energ¨ªas alternativas, pero no interrumpirlo. Tambi¨¦n se?alan que el avance tecnol¨®gico har¨¢ gran parte del trabajo en el cumplimiento de los objetivos de reducci¨®n de emisiones. Y hay otros factores que ayudan, como el cambio en los h¨¢bitos de consumo.

Competitividad

Las grandes empresas multinacionales no comparten la l¨®gica de Trump, porque ven el pacto de Par¨ªs como una plataforma para facilitar una respuesta global efectiva y equilibrada al cambio clim¨¢tico. En otras palabras, el tratado de las Naciones Unidas aporta un marco pol¨ªtico a largo plazo para realizar las inversiones. Eso, a su vez, permite generar empleo y crecimiento econ¨®mico al expandirse a nuevos mercados.

El otro temor de las grandes empresas es que la decisi¨®n del presidente provoque tensiones comerciales. Los pa¨ªses firmantes podr¨ªan responder imponiendo tarifas a productos como el acero, que son m¨¢s baratos de producir como resultado de esta maniobra. La represalia, concluyen los expertos del Peterson Institute, es la manera que tienen para equilibrar el terreno de juego que busca Donald Trump.