Transici¨®n en Venezuela: s¨ª o s¨ª¡
Lo esencial es el camino del di¨¢logo y los buenos oficios internacionales que se pudieran prestar
Luego de m¨¢s de dos meses de brega en las calles y de casi un fallecido al d¨ªa, urge, cada vez con m¨¢s fuerza, una transici¨®n pol¨ªtica en Venezuela. Con sus propias caracter¨ªsticas, otras transiciones, como la de la recuperaci¨®n democr¨¢tica peruana en el 2000, marcaron ya la ruta del ¨¦xito. Y permitieron que un pa¨ªs al borde del abismo y escindido ¡ªcomo hoy lo est¨¢ Venezuela¡ª encontrase a trav¨¦s del di¨¢logo pol¨ªtico la ruta de la transici¨®n pol¨ªtica.
Si bien en la reuni¨®n interamericana de cancilleres en la OEA este mi¨¦rcoles 31 no se lleg¨® a adoptar una declaraci¨®n por consenso, todos los pa¨ªses coincidieron en pedir el cese de la violencia, un nuevo proceso de di¨¢logo y la creaci¨®n de un grupo que lo acompa?e, y en la invitaci¨®n a Venezuela a reconsiderar su decisi¨®n de dejar la OEA.
La convergencia entre la acci¨®n de la gente en las calles y las se?ales cada vez m¨¢s claras de la comunidad internacional viene actuando como una dupla que convoca al camino de la transici¨®n a trav¨¦s de un dif¨ªcil, pero indispensable di¨¢logo que paute el camino. Concurren en la actualidad al menos cuatro componentes claves en la vitalizaci¨®n de esa corriente democratizadora.
En primer lugar, la presencia sostenida de la gente en la calle ya por dos meses. Que con la persistencia en el accionar y la dolorosa p¨¦rdida de casi 60 vidas, env¨ªa cotidianamente sonoras y desesperadas se?ales contra el desabastecimiento, la inseguridad y la asfixia democr¨¢tica.
En segundo lugar, la ¡°crisis en las alturas¡± al calor de la lucha callejera y de la convocatoria por a una Asamblea Constituyente que parece estar funcionando como un bumer¨¢n. La fiscal general, Luisa Ortega, antes parte del llamado ¡°n¨²cleo chavista¡±, da cotidianamente cuenta de los muertos, heridos y procesados por las protestas, hace p¨²blicos llamados a la desactivaci¨®n de grupos armados (que se sabe son auspiciados por el r¨¦gimen) y a que no se use a los tribunales militares para procesar a civiles.?
A ella se han sumado otras personalidades que en alg¨²n momento fueron parte del n¨²cleo del poder. La ex defensora del Pueblo Gabriela Ram¨ªrez, tres magistrados del Tribunal Supremo y una exministra de Hugo Ch¨¢vez, entre otros, hoy son parte activa y protag¨®nica del concierto democratizador.
En tercer lugar, el serio error de creer que con la Asamblea Constituyente se lograr¨ªa nivelar el terreno y paliar la tempestad. Fue y ha sido al rev¨¦s; muchos sienten que se est¨¢ traicionando el legado del comandante. La gente compara: el llamado de Ch¨¢vez a una Asamblea Constituyente en 1999 se concret¨® por medio de un referendo consultivo; lo mismo en el 2007 y 2009 para impulsar reformas constitucionales. Que es lo que, adem¨¢s, se establece en la Constituci¨®n (art¨ªculo 347).
En cuarto lugar, un sistema interamericano en acci¨®n. Que no suple ni puede suplir el papel esencial que le toca a la sociedad venezolana, pero que va avanzado gradualmente en darle m¨¢s ¡°carne¡± y sustancia a lo que es en los hechos la aplicaci¨®n de la Carta Democr¨¢tica Interamericana.
Si bien no se lleg¨® el mi¨¦rcoles a una declaraci¨®n consensuada, s¨ª hubo una abrumadora coincidencia sobre ciertos temas y, a la vez, una mayor¨ªa firme y expl¨ªcita en el planteamiento de cancelaci¨®n de la Asamblea Constituyente. El debate se retomar¨¢ en pocas semanas en la Asamblea General anual de la OEA a llevarse a cabo, esta vez, en M¨¦xico.
Lo esencial, sin embargo, es el camino del di¨¢logo y de los buenos oficios internacionales que se pudieran prestar. Una ilusi¨®n para algunos, pero una necesidad insoslayable para encaminar una transici¨®n cuya urgencia se impone por el peso de una muy peligrosa e insostenible polarizaci¨®n. La palabra la tiene ¡ªo sigue teniendo¡ª la sociedad venezolana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.