¡°Pedirles, adem¨¢s, que me quisieran¡±
Tres mujeres definen el destino de Macri: una lo odia, la otra es una aliada que lo acorrala con denuncias y la tercera es la nueva estrella pol¨ªtica argentina. Sin ellas, no ser¨ªa nada
"Pero qu¨¦ hermosas eran, cuando iban de mi brazo por la acera...", coreaba Joaqu¨ªn Sabina, en una vieja y hermosa canci¨®n, donde contaba sobre sus tres mujeres. La primera, una arp¨ªa. La segunda, una bruja. La tercera, "de todos mis amores, el que m¨¢s me ha dolido". Seguramente, esos versos no tienen nada que ver con el presidente argentino, Mauricio Macri. O s¨ª. Pero su destino est¨¢ atado, tambi¨¦n, a tres mujeres. ?Brujas? ?Arp¨ªas? ?Amores perdidos? En cualquier caso, si est¨¢ donde est¨¢, es justamente por ellas.
Con una de las tres tiene una relaci¨®n cuya intensidad trasciende los l¨ªmites de la lucha por el poder, habitualmente m¨¢s fr¨ªa y gris. Se odian y se desprecian, desde hace a?os. Si los deseos de ambos se cumplieran, los dos estar¨ªan presos. Sin embargo, sin ella, Macri no habr¨ªa llegado al sill¨®n presidencial. Es sabido: a veces, quien te odia, te ayuda. Es Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, la mujer que m¨¢s poder ha tenido en la historia argentina y la que genera sentimientos m¨¢s pasionales, no solo en Macri, sino en toda la poblaci¨®n. Para amarla o para odiarla, ella est¨¢ sentada en la mesa de cada familia.
Como ¡ªest¨¢ demostrado¡ª es m¨¢s lo segundo, el odio, gran parte del ascenso de Macri se ancla en esa l¨®gica, la de ubicarse como la herramienta m¨¢s apta para vencerla. As¨ª, al menos hasta ahora, le gan¨® todas las elecciones en las que enfrent¨® a su gente. Esta semana qued¨® claro que Cristina bajar¨¢ al llano para darle a Macri, por primera vez, la batalla personalmente. Ser¨¢ candidata a senadora en el principal distrito del pa¨ªs. ?ltimo round, batalla definitiva. Si gana, el Gobierno de Macri entrar¨¢ en fase terminal. Habr¨¢ una fuga masiva de capitales aterrorizados ante el regreso del temido populismo. Si Cristina pierde, quedar¨¢ relegada y con ello Macri tendr¨¢ que encontrar nuevas razones ¡ªgobernar bien, por ejemplo¡ª para que lo elijan.
La segunda mujer es una aliada de Macri, mucho menos conocida en el mundo. Se llama Elisa Carri¨® y le dicen Lilita. Es un personaje central de la pol¨ªtica argentina desde hace dos d¨¦cadas. Su leitmotiv es la denuncia de la corrupci¨®n. Implacable, arbitraria, carism¨¢tica, irreverente, filosa, mit¨®mana, valiente, audaz, Carri¨® hab¨ªa dicho hace unos a?os que jam¨¢s se aliar¨ªa con el actual presidente. "Mi l¨ªmite es Macri", fueron las palabras precisas. Pero el espanto com¨²n hacia Cristina los acerc¨®, hasta que forjaron una alianza central en la estrategia de Macri. Desde que lleg¨® al poder, Carri¨® le da un susto tras otro: denuncia por corrupci¨®n al padre de Macri, desprecia en p¨²blico a sus asesores, embiste contra amigos y socios del presidente. Y cada dos por tres ¡ªla ¨²ltima fue hace una semana¡ª amenaza con la ruptura. Hay, entre ellos, una diferencia de fondo. A Carri¨® no le disgustar¨ªa que estallara en la Argentina un esc¨¢ndalo como el Lava Jato y que los pol¨ªticos y empresarios argentinos terminaran presos. Macri no quiere saber nada con esa idea, entre otras razones porque las balas le picar¨ªan muy cerca. Mientras siga viva la amenaza de Cristina, esa alianza no se rompe. Tictac.
La tercera mujer que define el destino de Macri es la gran estrella de la pol¨ªtica argentina. Se llama Mar¨ªa Eugenia Vidal y es la gobernadora de la decisiva provincia de Buenos Aires. Macri naci¨® de una necesidad desesperante: se acercaban las elecciones presidenciales y Mariu no ten¨ªa candidato a gobernador justo ah¨ª, donde est¨¢ la mayor¨ªa de los votos. As¨ª que envi¨® a una de sus dirigentes predilectas a una aventura en la que no ten¨ªa chance. Vidal tiene poco m¨¢s de 40 a?os, una sonrisa amplia, una formaci¨®n t¨¦cnica s¨®lida: es m¨¢s joven y m¨¢s flexible que las otras dos. La suerte quiso que el peronismo eligiera un candidato con los peores defectos de la vieja pol¨ªtica. Era impresionante: la bella y la bestia, en su versi¨®n argentina. Caperucita roja y el lobo. Eso catapult¨® a Mariu, quien inesperadamente gan¨® la elecci¨®n y se transform¨® en la figura m¨¢s querida de la pol¨ªtica argentina: much¨ªsimo m¨¢s que el mismo presidente. Muy pocos votan contentos a Macri, pero muchos lo hacen con Vidal, o as¨ª al menos lo dicen las encuestas. Es su alumna ejemplar: por ahora.
Cristina acerca los votos de quienes la odian. Lilita aporta los de quienes desconf¨ªan del presidente. Mariu es la ¨²nica que da una raz¨®n para votar por la positiva. Ninguna de las tres se lleva bien con las otras dos, pero las tres juntas colaboraron a su manera, en 2015, para que Macri llegara tan alto. Tal vez esa misma l¨®gica ayude al complicado presidente argentino a conservar el poder en las legislativas de octubre. "?Ustedes me han mirado? Pedirles, adem¨¢s, que me quisieran, ?no les parece que es pedirles demasiado?", cantaba Joaqu¨ªn Sabina.
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