Las dos caras de Mariela Castro
La sobrina de Fidel Castro es vista por algunos como una disidente, gran defensora de homosexuales en Cuba, pero no lo es
La menor de las tres hijas de Ra¨²l Castro ¡ªquien tambi¨¦n tiene un hijo, el coronel Alejandro Castro Esp¨ªn, uno de sus posibles sucesores¡ª se ha convertido en una verdadera embajadora del r¨¦gimen de La Habana. Con m¨¢s glamur que el insulso ministro de Exteriores, Bruno Rodr¨ªguez Parrilla, Mariela Castro Esp¨ªn se siente a gusto en los escenarios donde se puede codear con estrellas internacionales.
Lo ha demostrado en varias ocasiones. En 2015, por ejemplo, apareci¨® en un festival junto a su hermano, la rica heredera Paris Hilton y la modelo Naomi Campbell. El a?o siguiente se la vio, sentada en primera fila, en un desfile de Chanel organizado por Karl Lagerfeld en el paseo del Prado habanero. Lejos de la vista de los pobres cubanos, mantenidos a una distancia respetable. Tambi¨¦n se la puede ver en las capitales extranjeras, interviniendo en foros internacionales. Estuvo hace pocas semanas en Madrid para participar en un evento sobre violencia urbana. En esa ocasi¨®n, destil¨® unas cuantas declaraciones a la prensa, por lo menos a la que le conven¨ªa. La otra fue apartada y tratada con el desprecio reservado a los que en Cuba no forman parte de la comitiva oficial. Cuando un periodista espa?ol que no era de su agrado, Guillermo S¨¢nchez, de Hispano Post, le pregunt¨® simplemente ¡°?qu¨¦ tal por Espa?a?¡± en el aeropuerto de Barajas, ella le ignor¨® y pidi¨® a su s¨¦quito que alejaran a ese ¡°moco pegado¡±.
La sobrina de Fidel Castro no soporta que la molesten cuando representa a su pa¨ªs en el extranjero. En Cuba, donde dirige el Centro Nacional de Educaci¨®n Sexual y es diputada (designada, no elegida de forma democr¨¢tica), no est¨¢ acostumbrada a ello. Lleva la prepotencia en su interior. Es curioso que algunos fuera de la isla la consideren casi como una disidente. No lo es. Disidentes han sido la hija ileg¨ªtima de Fidel, Alina Fern¨¢ndez, y la hermana de Fidel y Ra¨²l, Juanita Castro, ambas exiliadas en Miami. Mariela se permite ciertas cr¨ªticas al machismo ostentado por el r¨¦gimen castrista para limpiar las culpas de su padre y de su t¨ªo. Ella defiende en la actualidad la causa de los homosexuales, de los bi y de los trans, pero no cuestiona lo que sus ilustres familiares hicieron con ellos en el pasado. Cuba fue, en los a?os sesenta, un verdadero campo de concentraci¨®n para los homosexuales y tambi¨¦n para los cat¨®licos practicantes, los adeptos a la santer¨ªa y los fans de los Beatles. Los campos de la UMAP (Unidad Militar de Ayuda a la Producci¨®n), sobre todo en la provincia de Camag¨¹ey, en el centro de la isla, fueron una de las principales muestras de la barbarie de la revoluci¨®n.
Mariela Castro prefiere no extenderse sobre ese periodo. Para ella, es agua pasada, producto de la mentalidad machista de aquellos tiempos. Del mismo modo, rechaza a quien fue el verdadero heraldo de la lucha contra la persecuci¨®n de los homosexuales en Cuba: el escritor Reinaldo Arenas. Tuve el honor de conocer a Reinaldo, con quien coincid¨ª varias veces en el exilio. Con la iron¨ªa mordaz que lo caracterizaba, designaba a Fidel Castro como la ¡°madre superiora¡±, que velaba por la moral jesu¨ªtica o comunista de sus s¨²bditos. De Ra¨²l ni se ocupaba: demasiado insignificante. ?C¨®mo hubiera considerado a Mariela? Seguro que no como la autoproclamada protectora de los gais. La diputada lo sabe, o lo intuye. Y se permite opinar sobre una obra que ni siquiera conoce.
La sobrina de Fidel se ha convertido en la verdadera embajadora del r¨¦gimen de La Habana en el extranjero
En una entrevista con un periodista amigo, Gorka Castillo, la sobrina de Castro declar¨®: ¡°Reinaldo Arenas fue un buen escritor cubano, pero el cine sobredimension¨® su figura. He podido conversar con una mujer con la que tuvo un hijo y con personas muy cercanas a ¨¦l y todos coinciden en que fue una pena lo que hizo. Comercializ¨® con su libro al salir de Cuba, metiendo alguna mentira para engrandecer al personaje que cre¨®. Fue expulsado de la universidad por una situaci¨®n de fraude escolar y estuvo en la c¨¢rcel por un oscuro asunto de abuso sexual infantil. Eso no lo cuenta en su libro. Es cierto que sus obras no se publican en Cuba, pero no porque est¨¦n prohibidas sino porque el propio Reinaldo Arenas dej¨® un testamento en el que expresaba su voluntad de que no pudieran publicarse¡±.
La ignorancia de la hija de Ra¨²l Castro salta a la vista. Habla de ¡°su libro¡± como si solamente hubiera escrito uno. Su obra es considerable. Incluye lo que ¨¦l llamaba una ¡°pentagon¨ªa¡± de novelas, junto con otras obras, varios poemarios, entre ellos un canto extenso de denuncia a los campos de trabajo, El central, obras teatrales e innumerables ensayos pol¨ªtico-literarios. Mariela Castro parece, sin embargo, referirse a su autobiograf¨ªa, Antes que anochezca. Pero cuando dice que ¡°comercializ¨® con su libro¡± (sic), no tiene ni idea de la fecha de publicaci¨®n.
Defiende la causa homosexual, bi y trans pero sin cuestionar lo que sus familiares hicieron con ellos
Ese testimonio estremecedor, que tanto hizo por dar a conocer la terrible represi¨®n desatada contra los homosexuales y contra los creadores libres, es una obra p¨®stuma. Fue publicada en 1992, fuera de Cuba naturalmente, nunca en la isla. Enfermo de sida, Reinaldo se hab¨ªa suicidado en Nueva York el 7 de diciembre de 1990, con 47 a?os. El cineasta Julian Schnabel llev¨® la obra a la pantalla en 2000. Su personaje fue interpretado por Javier Bardem.
La hija de Ra¨²l Castro es incapaz de entender que parte de la opini¨®n p¨²blica internacional haya visto en su figura la de un luchador por la libertad, reprimido como pocos en su propio pa¨ªs. Ella cree que un libro, incluso p¨®stumo, se escribe s¨®lo por dinero (Reinaldo padeci¨® la pobreza, en Cuba y en el exilio). Y tambi¨¦n insin¨²a que fue a parar a la c¨¢rcel por perversi¨®n sexual (una acusaci¨®n cl¨¢sica contra los disidentes en los reg¨ªmenes comunistas). Reinaldo Arenas tuvo que sufrir no s¨®lo la c¨¢rcel, sino tambi¨¦n la censura, la destrucci¨®n de sus manuscritos, la delaci¨®n, una persecuci¨®n de todos los instantes hasta su salida de Cuba en 1980.
Mariela se permite algunas cr¨ªticas al machismo del r¨¦gimen para limpiar las culpas de su padre y de su t¨ªo
Finalmente, Mariela Castro afirma que sus libros no est¨¢n prohibidos en Cuba: solamente su primera novela, Celestino antes del alba, ha visto la luz en la isla en 1967. Todos los dem¨¢s libros est¨¢n vetados y, sin embargo, circulan de mano en mano, como una afirmaci¨®n de libertad de los cubanos, j¨®venes y menos j¨®venes.
En su testamento, que se dio a conocer p¨²blicamente en 1990, no menciona absolutamente nada sobre la circulaci¨®n de sus libros, pero s¨ª designa al culpable de sus desgracias: Fidel Castro. Y concluye con un llamado a la esperanza, que ni Mariela Castro ni ning¨²n miembro de su familia en el poder lograr¨¢n jam¨¢s entender: ¡°Cuba ser¨¢ libre. Ya yo lo soy¡±.
Jacobo Machover es escritor cubano, catedr¨¢tico de letras hisp¨¢nicas en la Universidad de Avi?¨®n y autor, entre otros, de ¡®El exilio, lejos del para¨ªso¡¯ (Atm¨®sfera Literaria, 2016).
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