Muere Miguel D¡¯Escoto, el ministro sandinista rehabilitado por Francisco en 2014
Juan Pablo y Benedicto XVI lo hab¨ªan echado del sacerdocio por negarse a abandonar la pol¨ªtica

El 14 de marzo de 1983, la imagen del papa Juan Pablo II levantando el dedo amenazador en el aeropuerto de Managua (Nicaragua) contra los sacerdotes que lo recib¨ªan como ministros del Gobierno sandinista conmovi¨® los cimientos de la Iglesia romana donde m¨¢s le suele doler: su connivencia con el poder pol¨ªtico m¨¢s conservador (e incluso dictatorial, como en el Chile del general Pinochet), frente a las decenas de miles de sacerdotes y te¨®logos que predicaban con su vida lo que tantas veces se dec¨ªa en los p¨²lpitos desde el Concilio Vaticano II: una Iglesia pobre y para los pobres. ¡°Es posible que me equivoque siendo jesuita y ministro, pero d¨¦jenme equivocarme en favor de los pobres, porque la Iglesia se ha equivocado durante muchos siglos en favor de los ricos¡±, respondi¨® uno de aquellos ministros, el jesuita Fernando Cardenal, cuando el papa polaco, que ve¨ªa comunistas hasta debajo de la cama, orden¨® a su ¡®polic¨ªa¡¯ de la fe, el cardenal Ratzinger (ahora papa em¨¦rito Benedicto XVI) que castigase sin contemplaciones a los sacerdotes sandinistas que desobedecieran la orden de abandonar la pol¨ªtica.
El Gobierno en pleno hab¨ªa acudido aquel d¨ªa al aeropuerto a recibir al pont¨ªfice romano, de viaje oficial. Destacaban junto al presidente Daniel Ortega dos sacerdotes, Miguel d'Escoto Borckmann, ministro de Relaciones Exteriores desde el triunfo de la revoluci¨®n, y el gran poeta y monje trapense Ernesto Cardenal como ministro de Cultura. Fernando Cardenal, jesuita y hermano de Ernesto, dirig¨ªa el programa de alfabetizaci¨®n. Juan Pablo II escuch¨® con cara de pocos amigos el amable discurso de bienvenida del presidente Ortega y, hecho el silencio, tom¨® una decisi¨®n que no estaba en el protocolo pactado: saludar uno a uno a los ministros. Cuando lleg¨® delante de Ernesto Cardenal, el monje trapense se quit¨® su famosa boina y se arrodill¨®. La reprimenda del Papa recorri¨® el mundo y marc¨® de conservadurismo el resto del pontificado del papa polaco. ¡°Regulariza tu posici¨®n con la Iglesia, regulariza tu posici¨®n con la Iglesia¡±, casi le grit¨®, con en¨¦rgicos gestos de su mano derecha.
Miguel D¡¯Escoto, religioso de la Congregaci¨®n Maryknoll y canciller de Nicaragua en aquel entonces (tiempos m¨¢s tarde lleg¨® a presidir la Asamblea General de la ONU), falleci¨® la tarde de este jueves, rehabilitado por el papa Francisco en un gesto de misericordia, pero tambi¨¦n de comprensi¨®n de la teolog¨ªa de liberaci¨®n. Lo hizo el 27 de septiembre de 1914. La revocaci¨®n de la suspensi¨®n a divinis y su regreso a la congregaci¨®n de Maryknoll le lleg¨® al padre D'Escoto cumplidos los 81 a?os. Despu¨¦s de 30 a?os sin llevar a cabo ninguna actividad pastoral, D'Escoto hab¨ªa escrito una carta a Francisco pidi¨¦ndole "poder volver a celebrar la Santa Eucarist¨ªa antes de morir". El Papa respondi¨® afirmativamente. La sanci¨®n que le hab¨ªa impuesto Juan Pablo II ¡°fue un abuso de autoridad¡±, fue la ¨²nica queja de D¡¯Escoto. Cuando el Vaticano le aplic¨® la suspensi¨®n a divinis,?llor¨®. Hubiera preferido que lo ejecutaran. ¡°Llor¨¦ no por m¨ª, sino por lo peque?a que se iba a ver mi Iglesia, a la que yo tanto amo y le he dedicado mi vida. Pero nunca tuve rencor ante la sanci¨®n. Dios me dio la gracia para cargar esto sin ning¨²n remordimiento ni rencor, y con mucho amor a mi Iglesia. Seguir los caminos de Jes¨²s es arriesgarse, porque Jes¨²s fue el m¨¢s gran antiimperialista?de la historia, y fue crucificado por ser antiimperialista", a?adi¨® el cura revolucionario.
El 26 de septiembre de 2014, cuando ofici¨® su primera misa despu¨¦s de 30 a?os de castigo, la fotograf¨ªa de la eucarist¨ªa dio la vuelta al mundo, no tanto por el sacerdote perdonado sino porque el gesto de Francisco parec¨ªa tambi¨¦n un perd¨®n (incluso, una comprensi¨®n) del movimiento de los te¨®logos que tan duramente hab¨ªa castigado su predecesor Benedicto XVI cuando estaba al mando de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el siniestro Santo Oficio de la Inquisici¨®n. Se pensaba (se sab¨ªa) que Francisco no era muy amigo de los te¨®logos y sacerdotes de la liberaci¨®n, tachados tantas veces de comunistas, pero estaba dando pasos inequ¨ªvocos de querer rehabilitarlos o, al menos, de librarles de pasadas execraciones o excomuniones. Se notaba que hab¨ªa convivido con muchos de ellos en su Argentina natal, cuando era el superior de los Jesuitas y vivi¨® la experiencia de que su propia congregaci¨®n era el gran vivero de esa corriente teol¨®gica y pastoral en toda Latinoam¨¦rica. Algunos sacerdotes que estaban bajo su mando sufrieron entonces la brutal persecuci¨®n de la dictadura militar, con secuestros, torturas e incluso muertes.
D'Escoto hab¨ªa nacido el 5 de febrero de 1933 en Los ?ngeles, Estados Unidos, y fue ordenado sacerdote en Nueva York. Te¨®logo destacado del movimiento de la Liberaci¨®n desde 1961, su colaboraci¨®n con el Frente Sandinista (FSLN) comenz¨® en 1975 a trav¨¦s del Comit¨¦ de Solidaridad en los Estados Unidos. La vicepresidenta de la Rep¨²blica nicarag¨¹ense, Rosario Murillo, ley¨® esta ma?ana un comunicado en el que lo describe como "sandinista, militante, intelectual, comunicador y te¨®logo". A?adi¨®: ¡°Queremos compartir con las familias nicarag¨¹enses, con nuestro pueblo, una noticia que podr¨ªa ser triste, pero trat¨¢ndose de un hermano que nunca fue triste, fue hermano indoblegable, fue hermano que combati¨® con el pueblo, por el pueblo, junto al pueblo, por todas las causas justas, lleno de alegr¨ªa, de esperanza, de confianza y seguro del futuro mejor que todos queremos y merecemos". La vicepresidenta dijo que se informar¨¢ sobre las honras f¨²nebres una vez que la familia d¨¦ a conocer los detalles. Hace apenas un a?o muri¨® el sacerdote jesuita Fernando Cardenal, otro de los seis religiosos nicarag¨¹enses sancionados por el Vaticano en 1984.
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