Merkel contra Trump
La canciller no cruz¨® el Atl¨¢ntico para promover las inversiones alemanas, su prioridad fue la pol¨ªtica
Angela Merkel realiz¨® una visita a Am¨¦rica Latina, con significados muy valiosos para leer una escena internacional que se est¨¢ reconfigurando. La novedad m¨¢s llamativa es que, rompiendo con una vieja rutina de sus antecesores, Merkel no cruz¨® el Atl¨¢ntico para promover las inversiones de empresas alemanas. Ese prop¨®sito pas¨® a un segundo plano. Su prioridad fue la pol¨ªtica. Se centr¨® en los derechos humanos, el medio ambiente, la libertad de comercio. A pesar de que, en p¨²blico, jam¨¢s se le mencionara, Merkel se ofreci¨® como la contrafigura de Donald Trump.
No debe sorprender. Al cabo de la cumbre del G7, la canciller advirti¨® que ¡°los tiempos en que pod¨ªamos confiar en otros han quedado atr¨¢s¡±. Su ministro de Relaciones Exteriores, el socialdem¨®crata Sigmar Gabriel, al referirse al conflicto entre Arabia Saud¨ª y Catar, alert¨® sobre los perjuicios de una trumpizaci¨®n (trumpisation) de la situaci¨®n de Medio Oriente. Ahora Merkel busc¨® el apoyo de dos presidentes latinoamericanos, Mauricio Macri y Enrique Pe?a Nieto, para ese discurso. La pol¨¦mica con Trump, que promet¨ªa librarse en mandar¨ªn, se expresa en alem¨¢n.
Merkel visit¨® a Macri y Pe?a Nieto, dos de los presidentes que participar¨¢n el 6 y 7 de julio de la cumbre del G20 que ella encabezar¨¢, en Hamburgo. Todas sus declaraciones fueron preparatorias de esa reuni¨®n, en la que aspira a convertirse en el principal soporte de un orden global frente al cual contrastan las consignas del presidente norteamericano.
Con Macri, Merkel habl¨® de libre comercio. Una materia que, a pedido de la Casa Blanca, no figurar¨¢ en la declaraci¨®n de los l¨ªderes del G20. Sonr¨ªe Xi Jinping. La canciller alent¨® el acuerdo que negocia el Mercosur con la Uni¨®n Europea. Para la firma de ese tratado es clave Brasil. Pero Michel Temer est¨¢ sacudido por una tempestad. Es otro rasgo llamativo del viaje: Merkel prefiri¨® no visitar Brasil, aun cuando es uno de los destinos principales de las inversiones alemanas desde los a?os cincuenta del siglo pasado.
La canciller expres¨® ante Macri su preocupaci¨®n por la cumbre de la OMC, que se celebrar¨¢ entre el 10 y el 13 de diciembre en Buenos Aires. Varios gobiernos temen que los representantes estadounidenses desaten una tormenta en esa organizaci¨®n. Robert Lighthizer, el representante de Comercio de Trump, ha confirmado su renuncia al multilateralismo. Su estrategia es fijar una conducta para cada relaci¨®n bilateral, seg¨²n cu¨¢l sea el balance del intercambio. Macri, que no quiere ser el sepulturero de la OMC, confi¨® la organizaci¨®n de esa reuni¨®n a Susana Malcorra, su sobresaliente ministra de Relaciones Exteriores, a pesar de que ella acaba de renunciar al cargo. Se radicar¨¢ en Madrid por razones familiares.
En M¨¦xico, la bandera del libre comercio tiene un significado muy preciso: choca contra la pretensi¨®n de Trump de renegociar el Nafta. El contrapunto lleg¨® tambi¨¦n a la pol¨ªtica migratoria. Merkel, quien fue hostigada por la recepci¨®n de m¨¢s de un mill¨®n de asilados en Alemania entre 2015 y 2016, record¨® que los muros no resuelven el ingreso ilegal de las personas. ¡°Es un tema que se ve a lo largo de historia con la construcci¨®n de la Gran Muralla en China o del Imperio Romano¡±, record¨®. No necesit¨® mencionar el Muro de Berl¨ªn. Tampoco el de Trump.
En los dos pa¨ªses habl¨® de la preservaci¨®n del ambiente. La cuesti¨®n puede acorralar a Trump en Hamburgo, sobre todo despu¨¦s de haber retirado a su pa¨ªs del Acuerdo de Par¨ªs. La agenda ecol¨®gica se integr¨® a otras facetas de un viaje que el Frankfurter Allgemeine Zeitung calific¨® como ¡°humanitario¡±. En Buenos Aires, por ejemplo, Merkel particip¨® de una conmemoraci¨®n en recuerdo de los 30.000 desaparecidos, la cifra que reivindican las organizaciones de derechos humanos. Tambi¨¦n pidi¨® que se encuentre y castigue a los responsables de la desaparici¨®n de personas en M¨¦xico.
Se podr¨ªa suponer que el enfoque pol¨ªtico, muy atado a valores, de la visita de Merkel, estuvo dirigido a los alemanes, que ir¨¢n a elecciones el 24 de septiembre. Sin embargo, la canciller est¨¢ muy fortalecida. En especial desde que su partido triunf¨®, el 14 de mayo pasado, en Renania del Norte-Westfalia, el Estado m¨¢s populoso, y en el que el partido socialdem¨®crata (SPD) tiene su principal clientela. Adem¨¢s, es la cuna del principal competidor de Merkel, Martin Schulz, del SPD. Es probable que esa victoria haya abierto para la canciller el camino hacia otro mandato, el cuarto. Como se lo abri¨® por primera vez en 2005, cuando su agrupaci¨®n, la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU), arrebat¨® ese territorio al SPD, que lo gobernaba desde 1966.
Tal vez la peripecia nacional no explique la aparici¨®n de esta Merkel m¨¢s globalizada. La clave podr¨ªa encontrarse en la reuni¨®n que mantuvo con Barack Obama el ¨²ltimo 25 de mayo. Fue en Berl¨ªn, y coincidi¨® con la celebraci¨®n del quinto centenario de la iglesia evang¨¦lica, fundada por Lutero, y de la que el padre de ella fue pastor. Delante de 70.000 peregrinos, Merkel y Obama dialogaron sobre los riesgos del nacionalismo, la xenofobia y las inclinaciones antidemocr¨¢ticas. Ese encuentro, como el que mantuvieron en noviembre, cuando Obama fue a Berl¨ªn a despedirse, y ella le invit¨® a cenar al hotel Adlon, pareci¨® la entrega de una posta. Con Teresa May sitiada, y Trump envuelto en su propia pesadilla, Merkel asume, m¨¢s all¨¢ de Europa, la defensa de un legado.
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