Los hackers del grupo Lazarus, de Corea del Norte, supuestos autores del ciberataque WannaCry
La Agencia de Seguridad Nacional de EEUU relaciona al r¨¦gimen de Pyongyang con el virus que secuestr¨® 300.000 ordenadores en 170 pa¨ªses
La amenaza de Pyongyang va m¨¢s all¨¢ de los misiles. Corea del Norte estuvo detr¨¢s del virus WannaCry que afect¨® el mes pasado a 300.000 personas de 170 pa¨ªses. As¨ª lo establece con ¡°confianza moderada¡± la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) tras analizar los objetivos, t¨¦cnicas y t¨¢cticas empleados en este ataque a escala mundial. El informe secreto, avanzado por The Washington Post, constata que el virus fue lanzado por un grupo de hackers, denominado Lazarus, pero controlado por el r¨¦gimen norcoreano. El objetivo supuestamente era recaudar dinero. Algo que no se logr¨®. Los piratas apenas recolectaron 140.000 d¨®lares en bitcoin, una moneda virtual. El bot¨ªn, debido a fallos t¨¦cnicos, no lo han podido utilizar por miedo a dejar rastro.
El origen del virus es la propia NSA. La agencia desarroll¨® en 2015 EternalBlue, una herramienta digital para asaltar ordenadores, pero unos piratas inform¨¢ticos llamado los Shadow Brokers (Especuladores de la sombra), de quien se piensa que tuvieron un infiltrado en la NSA, se hicieron con el prototipo y, supuestamente a trav¨¦s de Wikileaks, lo difundieron. Su gen¨¦tica sirvi¨® de base para crear el devastador WannaCry. Este virus encripta y secuestra la informaci¨®n del ordenador infectado.
En este caso, tras apoderarse del computador emit¨ªa un mensaje que comunicaba la necesidad de pagar un rescate de 300 d¨®lares para volver a acceder a los archivos. Una vez activado, empezaba la cuenta atr¨¢s. El ataque, originado en torno al 12 de mayo, y que se expandi¨® como la p¨®lvora, utiliz¨® como v¨ªa de transmisi¨®n las conexiones y puertos abiertos para compartir ficheros. Aunque Microsoft cre¨® un parche para evitar el contagio, su escasa difusi¨®n facilit¨® la vertiginosa epidemia.
La vinculaci¨®n de Corea del Norte con ofensivas de este tipo no es nueva. Ya en 2014 el asfixiante r¨¦gimen de Pyongyang asalt¨® la multinacional Sony Pictures Entertainment para frenar la difusi¨®n de La entrevista, una pel¨ªcula que ridiculizaba a su l¨ªder supremo, Kim Jong Un. La compa?¨ªa, tras el volcado en la red de millones de correos internos, retir¨® el filme, de 44 millones de d¨®lares.
Estados Unidos consider¨® este chantaje un acto de terrorismo internacional. ¡°Las acciones de Corea del Norte ten¨ªan la intenci¨®n de infligir un da?o significativo a una empresa de EE UU y censurar el derecho de los ciudadanos americanos a expresarse. Estos actos de intimidaci¨®n superan los l¨ªmites del comportamiento aceptable de un Estado", se?al¨® el FBI.
Ahora, con WannaCry, las investigaciones siguen abiertas. La informaci¨®n de inteligencia, que coincide con los datos recogidos por otros servicios secretos y con empresas como Google, Symantec y Kaspersky, est¨¢ siendo procesada por el FBI. Si el objetivo fue recaudatorio o sencillamente la demostraci¨®n de poder¨ªo ante otros pa¨ªses es algo que a¨²n no est¨¢ claro.
Los expertos se?alan que con estos ataques, Corea del Norte, una naci¨®n paup¨¦rrima y tecnol¨®gicamente atrasada, no s¨®lo mejora su armamento digital sino que deja en evidencia la debilidad de las estructuras de defensa occidentales. Embarcada en un alocado pulso nuclear contra Estados Unidos, su gran sat¨¢n ideol¨®gico, el golpe habr¨ªa sido, seg¨²n esta interpretaci¨®n, un desaf¨ªo destinado a alimentar a¨²n m¨¢s su ret¨®rica del terror.
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