Europa arrasa a la Brancaleone
Barnier disolvi¨® la principal pretensi¨®n de May: negociar conjuntamente los t¨¦rminos de la desconexi¨®n brit¨¢nica como los de un eventual pacto comercial posterior
La primera sesi¨®n negociadora se presentaba muy t¨¦cnica. Versaba sobre agenda, calendario y m¨¦todo de discusi¨®n. Pero incluso en algo de apariencia tan inocua qued¨® consagrado el protagonista principal, qui¨¦n lleva la voz cantante. No es Reino Unido. Es Europa.
El representante de los Veintisiete, Michel Barnier, arras¨®. Disolvi¨® como azucarillo la principal pretensi¨®n del Gobierno de Theresa May: negociar conjuntamente y en paralelo tanto los t¨¦rminos de la desconexi¨®n brit¨¢nica como los de un eventual pacto comercial posterior. Nada de eso figura en el folio que fija el manual de negociaci¨®n, sus ¡°t¨¦rminos de referencia¡±. Sino lo contrario. Los temas prioritarios a abordar en primer lugar ser¨¢n ¡ªadem¨¢s de la frontera entre Ulster e Irlanda¡ª los derechos de los residentes europeos en Reino Unido (y brit¨¢nicos en el continente); la factura financiera adeudada por Londres; y ¡°otros asuntos de la separaci¨®n¡±. Nada del eventual acuerdo futuro.
Londres encaja as¨ª ¡ªaunque puede predecirse que solo por el momento¡ª el mandato del Consejo Europeo. No se discutir¨¢ de la relaci¨®n futura hasta que haya suficientes avances en la letra peque?a del (previo) acuerdo de divorcio: qui¨¦n se lleva el minipimer, a cu¨¢nto ascienden los gastos de alimentos, qui¨¦n se queda la patria potestad de los ni?os y qui¨¦n ser¨¢ el ¨¢rbitro de las posibles disputas.
Que eso constituya una victoria europea no es un invento. Es que el negociador David Davis ya lo anticip¨® el 14 de mayo pasado al asegurar que establecer las discusiones en dos fases sucesivas (y no simult¨¢neamente), como fijaron los 27, supondr¨ªa ¡°the row of the summer¡±, el esc¨¢ndalo del verano, pues eso pondr¨ªa toda la ¡°presi¨®n negociadora¡± en la olla brit¨¢nica.
Ten¨ªa raz¨®n: discutir con el plazo tasado y dif¨ªcilmente ampliable (angustia) sobre qu¨¦ te queda del pasado sin saber nada del futuro (depresi¨®n) es empezar con muy mal pie.
Pero Barnier arras¨® tambi¨¦n imponiendo la transparencia total (la necesitan cada uno de los socios), frente a un Londres que en nombre de la soberan¨ªa nacional quiso birlar el debate hasta a su Parlamento. Se sabr¨¢ si alguien impone secreto a sus propuestas. De momento, las de Bruselas sobre ciudadanos y finanzas ya se han publicado.
Y frente a eso, los de May se agarran a su idea del Brexit duro e inconcreto dise?ado el 17 de enero en Lancaster House. Como si las urnas no lo hubieran desautorizado el d¨ªa 8. Los brexiteros son una armata Brancaleone sin papeles, sin mandato, en desorden, sin reservistas, sin autoridad sobre su propia gente.
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