Trump reabre la guerra verbal con M¨¦xico en su momento m¨¢s bajo en las encuestas
El presidente de EEUU busca, seg¨²n los expertos, mantener activa su base electoral m¨¢s radical
Donald Trump ha recuperado su diana preferida. Demag¨®gico, polarizador e instintivo, el presidente de Estados Unidos ha reemprendido esta semana sus ataques a M¨¦xico. De poco han servido las llamadas a la calma de su entorno o las delicadas negociaciones del Tratado de Libre Comercio. En un momento en que su valoraci¨®n atraviesa m¨ªnimos hist¨®ricos, Trump ha decidido mantener activo el n¨²cleo duro de su electorado. Esa base fiel que le permiti¨® ganar las elecciones con menos votos que Hillary Clinton y que ¨¦l nutre a paladas de rencor y prejuicio.
Cuando Trump mira al sur, no ve un pa¨ªs amigo. Ni a su segundo socio comercial ni siquiera un lugar donde sus empresas han invertido 150.000 millones de d¨®lares en una d¨¦cada. Cuando el presidente pone la vista en M¨¦xico lo que advierte es un espacio letal y peligroso. Un nido de ¡°malos hombres¡± azotado por las drogas y ante el que hay que construir lo antes posible un muro. O como afirm¨® el jueves en Twitter: ¡°M¨¦xico acaba de ser clasificado el segundo pa¨ªs m¨¢s mort¨ªfero del mundo, s¨®lo por detr¨¢s de Siria. El tr¨¢fico de drogas es la causa. ?Construiremos un muro!¡±.
La andanada, basada en un estudio con graves errores metodol¨®gicos, no es nueva. Trump lleva dos a?os humillando al pueblo mexicano. Empez¨® en junio de 2015 acusando a sus vecinos de llevar a Estados Unidos ¡°drogas y violadores¡± y pidiendo un muro para evitarlo. Las protestas del Gobierno de Enrique Pe?a Nieto s¨®lo sirvieron para que el multimillonario subiera el octanaje de sus ataques y acabara exigiendo que la obra la pagasen los propios mexicanos.
No fue una escalada casual. El primer golpe lo dio justo al anunciar su candidatura a la presidencia. Desde entonces, cada disparo le ha resultado rentable. Para el n¨²cleo de su electorado, blanco y empobrecido, los mexicanos representan el competidor, lo desconocido. El otro.
¡±Su base est¨¢ compuesta mayoritariamente por blancos, sobre todo trabajadores de clase media-baja sin educaci¨®n universitaria. Su situaci¨®n econ¨®mica ha declinado y Trump les ha dado a quien culpar: mexicanos, inmigrantes, musulmanes¡ Mucha gente a la que odiar¡±, explica Larry Sabato, director del Centro para la Pol¨ªtica de la Universidad de Virginia.
¡°Cuando golpea a M¨¦xico lo hace por partida doble: a la inmigraci¨®n y a la econom¨ªa, los dos temas prioritarios de su agenda. Son ataques de conveniencia, que le sirven para culpar a otros de los problemas¡±, explica George Edwards, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Texas.
Trump es consciente de ello y emplea este recurso cada vez que quiere recuperar la iniciativa. Como ahora. La trama rusa, la debilidad de su reforma sanitaria y la salida del pacto contra el cambio clim¨¢tico absorben la narrativa pol¨ªtica estadounidense. Y apenas el 36% de los ciudadanos, seg¨²n Gallup, aprueba su gesti¨®n.
Aunque es el peor resultado desde el inicio de la serie hist¨®rica en 1953, la valoraci¨®n hay que tomarla con cuidado. ¡°A Trump ese resultado no le preocupa; su base sigue inamovible. Las encuestas de Gallup se elaboran sobre poblaci¨®n general adulta, pero a efectos electorales solo importan los votantes registrados. Y ah¨ª Trump sigue en el 40% de valoraci¨®n media, lo mismo que el primer d¨ªa de presidencia¡±, explica el profesor Sabato.
La din¨¢mica de Trump no es frenar un desgaste que ¨¦l no siente, sino mantener activa su base y ser el centro del discurso pol¨ªtico. Para ello recurre a sus fortalezas: terrorismo, econom¨ªa e inmigraci¨®n. Usa estos temas como catapultas. Los lanza y espera el efecto de contagio entre sus seguidores. De ah¨ª, que tras un largo silencio sobre su vecino del sur, nacido de la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio, haya vuelto a la carga. El mi¨¦rcoles lo hizo en un mitin en Iowa. All¨ª prometi¨® un muro repleto de paneles solares. ¡°Bastante imaginativo, ?verdad? Ha sido idea m¨ªa¡±, dijo ante su audiencia. Y el jueves, en Twitter, habl¨® de un muro para contener criminales. Ma?ana o cualquier otro d¨ªa, volver¨¢ a la carga.
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