Marruecos en la encrucijada
La crisis del Rif sit¨²a a Mohamed VI ante la opci¨®n de aumentar la represi¨®n o abrir la mano y fortalecer las instituciones
Cada noche, en la ciudad rife?a de Alhucemas (56.000 habitantes) y en otras poblaciones vecinas, cientos de j¨®venes arriesgan su libertad para manifestarse. Alrededor de 150 compa?eros de protestas se encuentran procesados, muchos de ellos en la c¨¢rcel desde el pasado 28 de mayo. El Estado marroqu¨ª ha empleado la mano blanda y la mano dura con el Rif. Y ninguna de las dos ha servido para frenar las protestas.
¡°Cuando intento explicar por tel¨¦fono a mis amigos de Europa las razones por las que salimos a la calle¡±, explica uno de los manifestantes, ¡°me da hasta verg¨¹enza. ?Son cosas tan b¨¢sicas¡! Pedimos una universidad, un hospital, pedimos trabajo. Y pedimos la liberaci¨®n de los detenidos¡±.
Jadiya Ryadi, expresidenta de la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos (AMDH) y miembro del comit¨¦ consultivo de esta organizaci¨®n, cree que lo que est¨¢ ocurriendo en el Rif es el reflejo de la ¡°falta de credibilidad¡± que tienen los partidos y los sindicatos frente al pueblo. ¡°El r¨¦gimen se ha encargado durante d¨¦cadas de debilitar a los partidos y a los intelectuales independientes. Y ahora no hay ning¨²n referente que pueda servir de interlocutor ante los j¨®venes del Rif¡±, sostiene.
Los j¨®venes rife?os comenzaron reclamando justicia por la muerte del vendedor de pescado Mouhcine Fikri, triturado el 28 de octubre dentro de un cami¨®n de basura cuando trataba de impedir que se confiscara su mercanc¨ªa ilegal. Coreaban lemas contra la hogra, la humillaci¨®n perpetrada por las autoridades contra los ciudadanos. El entonces ministro del Interior se desplaz¨® al Rif de inmediato con un mensaje del rey en el que promet¨ªa una investigaci¨®n exhaustiva sobre la muerte. Al cabo de seis meses, el conductor del cami¨®n de basura y dos empleados del servicio de recogida fueron condenados a cinco meses de c¨¢rcel; cuatro empleados de la Direcci¨®n de Pesca fueron sentenciados a ocho. Los tres primeros llevan semanas en libertad y los cuatro restantes estar¨¢n en la calle en pocos d¨ªas.
En las redes sociales afines al Movimiento de protestas se comparan esas penas con las condenas que cayeron la semana pasada contra 25 manifestantes rife?os: un a?o y medio de prisi¨®n firme para cada uno de ellos. Los principales l¨ªderes se enfrentan a penas mucho m¨¢s pesadas si el rey no les concede la gracia.
La activista Jadiya Ryadi cree que el Estado no emprender¨¢ ninguna reforma si no es con la presencia masiva de la gente en las calles, como en la primavera de 2011
Mientras tanto, cada tarde la polic¨ªa y los j¨®venes juegan al gato y el rat¨®n en los barrios de Alhucemas. La polic¨ªa fue cercando noche a noche los lugares donde se manifestaban los j¨®venes de forma pac¨ªfica, en la mayor¨ªa de las ocasiones. Cuando no pueden salir a la calle, la gente se manifiesta con cacerolas en los balcones y tejados de las casas. En este escarceo no queda tan claro qui¨¦n est¨¢ m¨¢s atrapado: si unos j¨®venes a menudo sin colegio ni formaci¨®n ni empleo, como otros 1,7 millones de j¨®venes en Marruecos¡ O bien las fuerzas de seguridad, como recurso ¨²ltimo de un Estado cuyo Gobierno de coalici¨®n de seis partidos no goza de ninguna credibilidad ante los j¨®venes.
El temor del Estado es que la mecha se extienda a otras zonas del pa¨ªs. Por ahora, las protestas en otras ciudades se han limitado, en la mayor parte de los casos, a solidarizarse con el Rif y a pedir la libertad de los presos. A?cha Akalay, directora del semanario TelQuel escrib¨ªa una columna el viernes 16 de junio donde aseguraba que Marruecos no se encuentra ante ninguna revoluci¨®n. ¡°Los manifestantes no reclaman un cambio de r¨¦gimen pol¨ªtico ni atacan a las instituciones¡±. Pero aclaraba: ¡°Lo que atraviesa Marruecos es una crisis seria y grave (¡) El Gobierno ha insultado a los rife?os [en referencia a un comunicado donde asegur¨® que actuaban bajo intereses separatistas], el aparato de seguridad ha reprimido y la justicia ha tenido hasta ahora la mano demasiado pesada. Es tiempo de frenar la escalada. (¡) Si se encuentra una soluci¨®n institucional a esta crisis, Marruecos saldr¨¢ reforzado¡±.
La activista Jadiya Ryadi cree que el Estado no emprender¨¢ ninguna reforma si no es con la presencia masiva de la gente en las calles, como en la primavera de 2011. ¡°Poner en marcha una verdadera democracia implica enriquecerse menos, robar menos. Y las ¨¦lites en el poder no desean eso¡±, se?ala. Ryadi, que no pertenece a ninguna formaci¨®n religiosa, asume que los ¨²nicos que tienen poder en Marruecos para sacar a las masas a la calle de forma organizada son los islamistas de Justicia y Espiritualidad (Adl Wal Ihssane), una formaci¨®n que boicotea las elecciones y que ha obtenido un ¨¦xito arrollador en la manifestaci¨®n de solidaridad con el Rif convocada el 11 de junio en Rabat, con m¨¢s de 50.000 personas en la capital provenientes de todo el pa¨ªs.
Ryadi considera que hoy en d¨ªa la ¡°represi¨®n¡± en Marruecos es peor que la que hab¨ªa antes de 2011. ¡°No obstante¡±, a?ade, ¡°el camino hacia la democratizaci¨®n es irreversible, haga lo que haga el Estado. En Marruecos hubo en d¨¦cadas recientes represiones m¨¢s duras en ciudades como Sidi Ifni en 2008. La polic¨ªa asaltaba las casas para llevarse a la gente detenida. Pero al cabo de una semana con muchos detenidos, las protestas terminaban. Nunca se prolongaron siete meses como ahora. Yo creo que en Marruecos habr¨¢ altibajos, puede que durante un tiempo las protestas disminuyan. Pero el camino es irreversible¡±.
¡°No son pobres, pero no tienen horizontes¡±
David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra, cree que la crisis de Alhucemas obedece a problemas locales como las que se produjeron en 2008 en la ciudad de Sidi Ifni y en 2010 en El Aai¨²n. ¡°Esas crisis encuentran soluciones locales y no nacionales¡±.
Goeury se?ala que en esta crisis se est¨¢ perdiendo de vista la responsabilidad de los diputados y alcaldes locales de Alhucemas, una provincia donde reina el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado en 2008 por el amigo del rey Fouad el Himma, quien desde 2011 pasar¨ªa a ser su consejero y mano derecha. ¡°Las autoridades locales son las grandes ausentes de este debate, aunque son responsables de la puesta en marcha y seguimiento de los proyectos. La reivindicaci¨®n de colegios y hospitales reflejan la mala gesti¨®n de la educaci¨®n y la sanidad en la provincia, dos sectores gangrenados por la mala gesti¨®n y la corrupci¨®n¡±.
Goeury indica, adem¨¢s, que las tasas de pobreza de Alhucemas est¨¢n entre las m¨¢s d¨¦biles de Marruecos. Y las tasas de paro, de asistencia m¨¦dica y atenci¨®n escolar, est¨¢n entre la media de Marruecos. Los j¨®venes no se manifiestan porque son pobres, sino porque no tienen horizontes¡±.
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