Met¨®dicamente
El infanticidio como pol¨ªtica de Estado
Les disparan gases lacrim¨®genos al cuerpo, o bien c¨¢psulas que explotan despu¨¦s de ser lanzadas. Los arrollan con tanquetas blindadas; imag¨ªnese el crujir de los huesos bajo 9 toneladas. Les disparan perdigones a corta distancia o bien un balazo preciso, generalmente a la cabeza, desde las motocicletas de los paramilitares. Y ¨²ltimamente tambi¨¦n ha sido la Guardia Nacional con pistola de 9 mil¨ªmetros, "la reglamentaria".
Es la represi¨®n estatal en Venezuela, aquella que el presidente Nicol¨¢s Maduro describi¨® como "agua y gasecito lacrim¨®geno". En castellano es habitual el uso del diminutivo en sentido figurativo, ir¨®nicamente para significar lo contrario. Maduro tal vez no sepa que est¨¢ abandonando su acostumbrada literalidad.
Y sin embargo la palabra que olvid¨® pronunciar es "met¨®dicamente". En 79 d¨ªas de revuelta popular, son 75 las v¨ªctimas fatales directas de la represi¨®n, ello sin contar las v¨ªctimas colaterales. Arroja un promedio de un muerto por d¨ªa, 0.95 para ser exacto.
Met¨®dicamente, que responde a un m¨¦todo, se lee en el diccionario. Rara vez ha habido un d¨ªa en que hayan muerto m¨¢s de dos personas. La mayor¨ªa de los ca¨ªdos son j¨®venes. El m¨¢s reciente fue David Valenilla, estudiante de 22 a?os ejecutado por guardias protegidos detr¨¢s de una reja.
As¨ª como antes fue Neomar Lander, de 17 a?os, y antes Brayan Principal, un ni?o de 14 a?os, y tantos m¨¢s hasta llegar a 75. Nada de esto podr¨ªa ser aleatorio, incluyendo el sadismo de "agua y gasecito".
Met¨®dica y sistem¨¢ticamente significa que es pol¨ªtica de Estado. Sus componentes son un proceso decisorio centralizado, una disciplinada cadena de mando y, en consecuencia, una cohesionada fuerza ejecutora. No hay manera de escaparle a la responsabilidad, que llega hasta lo m¨¢s alto.
?C¨®mo se mantiene, de otro modo, la rigurosidad del promedio en un pa¨ªs con millones en la calle y varias fuerzas represivas involucradas? Un m¨¦todo fr¨ªo, calculado, atroz. El plan es en c¨¢mara lenta: un muerto por d¨ªa.
Se trata de un ataque sistem¨¢tico, con conocimiento del mismo, contra una poblaci¨®n civil, j¨®venes desarmados, incluso menores de edad. Adem¨¢s del asesinato, comprende la encarcelaci¨®n y la tortura de un grupo o colectividad con identidad propia, en este caso una identidad fundada en ideales pol¨ªticos contrarios a los del partido oficialista.
Sepa el lector que el p¨¢rrafo anterior es extra¨ªdo, casi textual, del Estatuto de Roma de 1998, por el cual se establece la Corte Penal Internacional, y cuyo art¨ªculo 7 define los cr¨ªmenes de lesa humanidad. A posteriori especifica que la responsabilidad por dichos cr¨ªmenes es individual, no de los Estados, y que los mismos no prescriben una vez que la Corte haya establecido su competencia.
Am¨¦rica Latina ha presenciado estos cr¨ªmenes en el pasado. El gobierno de Videla secuestraba opositores, los hacia desaparecer y los ejecutaba clandestinamente, para luego enterrarlos en fosas colectivas. La vasta mayor¨ªa de ellos eran j¨®venes, muchos eran menores de edad. Son las lecciones de cr¨ªmenes como aquellos que explican la existencia del Estatuto de Roma.
El paralelo es inevitable. Esta Venezuela de Maduro se parece a aquella Argentina de Videla, incluyendo el infanticidio como m¨¦todo, como pol¨ªtica de Estado. Los ni?os asesinados hoy en Venezuela evocan a aquellos otros en el recuerdo y la conciencia moral de quien aqu¨ª escribe. Tambi¨¦n porque aquellos fueron cr¨ªmenes de lesa humanidad.
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