La sombra de los abusos sexuales llega por primera vez a la c¨²pula vaticana
La imputaci¨®n del responsable de las finanzas del Vaticano, el cardenal George Pell, golpea dos de los grandes ejes de las reformas del papa Francisco
Las dos principales ¨¢reas de reforma del papa Francisco se vieron ayer golpeadas en la misma persona. George Pell, superministro de Finanzas del Vaticano, consejero directo del Pont¨ªfice y m¨¢xima autoridad eclesi¨¢stica de Australia, ha sido imputado por un caso m¨²ltiple de abusos a menores. A ello se suma su presunto encubrimiento masivo a sacerdotes. Es la primera vez que un esc¨¢ndalo de este tipo afecta a una autoridad vaticana de tan alto rango.
El d¨ªa no pod¨ªa ser peor. A las 8.30, justo antes de la gran misa oficiada por el Papa con motivo del d¨ªa de San Pedro y San Pablo y con la mayor¨ªa de cardenales del mundo llegados al Vaticano para el Consistorio del d¨ªa anterior, Pell comparec¨ªa ante los medios. Se sab¨ªa que hab¨ªa sido imputado por un caso m¨²ltiple de abusos a menores. Pero anunci¨® que regresa a Australia para testificar el 18 de julio ante el juez. El Vaticano, al menos p¨²blicamente, le respalda y no le obliga a dimitir. ¡°La Santa Sede recibe con desagrado la noticia del env¨ªo a juicio del cardenal [...] El Santo Padre le ha concedido un periodo de excedencia para poderse defender¡±.
El caso Pell, el mayor sufrido por una autoridad de tan alto rango en el Vaticano, tiene dos vertientes. Por un lado, su presunta implicaci¨®n en los encubrimientos masivos de pederastia, que comienzan a finales de los setenta. Por otro, su supuesta participaci¨®n directa en varios casos que han denunciado las v¨ªctimas. Por este ¨²ltimo, investigado desde hace tiempo por la polic¨ªa del Estado de Victoria, y por el que se le interrog¨® hace ocho meses en el Vaticano, ha resultado imputado.
M¨¢s de 4.000 denuncias
Pell ha dado la cara ¡ªno es habitual¡ª y niega los hechos. ¡°Estoy esperando que llegue mi d¨ªa en el tribunal para defenderme, soy inocente de estos cargos. Son falsos. La completa idea de abuso sexual es aberrante para m¨ª¡±. Y el Vaticano le dio su apoyo en un comunicado. ¡°Ha condenado durante d¨¦cadas abierta y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables, ha cooperado en el pasado con las autoridades, ha apoyado la creaci¨®n de una Pontificia Comisi¨®n para la tutela de menores y la prestaci¨®n de ayuda a las v¨ªctimas de abusos¡±. Y es cierto, pero tambi¨¦n se le investiga por lo contrario.
El cardenal, de 76 a?os y m¨¢xima autoridad de la Iglesia cat¨®lica en Australia, ejerci¨® como sacerdote en Ballarat, su localidad natal, entre 1979 y 1984. Un periodo en el que se produjeron decenas de casos de abusos a cargo de otro cura (Gerald Ridsale), que fue condenado a ocho a?os. Pell siempre neg¨® conocer aquello. Pero tambi¨¦n asegur¨® ignorar la mayor¨ªa de los 4.444 casos denunciados entre 1980 y 2015, muchos de los cuales se produjeron cuando fue arzobispo de Melbourne entre 1996 y 2001, y de Sidney hasta 2014. Sin embargo, como relata Emiliano Fittipaldi, periodista de L¡¯Espresso y autor del libro Lujuria, que trata este caso, en Australia se termin¨® pagando ocho millones de euros a v¨ªctimas a cambio de no volver a remover aquellos asuntos.
Fuentes cercanas al cardenal le definen como conservador, de fuerte car¨¢cter, obstinado y contrario a la l¨ªnea aperturista, especialmente en temas de familia, del Papa. Su ascenso en el Vaticano genera controversia y otras fuentes aseguran que Benedicto XVI, justamente, le descart¨® como jefe de los Obispos por sus antecedentes. Francisco le ha apoyado siempre. De hecho, su llegada a posiciones de extrema responsabilidad ¡ªforma parte del C9, el ¨®rgano que aconseja al Papa en sus reformas¡ª responde a la voluntad del Santo Padre de abrir la curia a distintas sensibilidades y periferias geogr¨¢ficas y establecer una representaci¨®n de la Iglesia Universal m¨¢s precisa. Pero tambi¨¦n tiene que ver con su buena fama como gestor en materia econ¨®mica.
El Papa dijo hace un a?o que hablar¨ªa del tema cuando lo hiciese la justicia. Pero el avance del caso Pell, m¨¢s all¨¢ del resultado final de la investigaci¨®n, es un reflejo del estancamiento de algunas de las reformas m¨¢s importantes. Y no por la falta de voluntad del Pont¨ªfice. La imputaci¨®n llega solo una semana despu¨¦s de la renuncia del revisor de las finanzas del Vaticano, Libero Milone, por causas desconocidas. La Santa Sede pierde as¨ª a sus dos m¨¢ximos exponentes en la materia y deber¨¢ buscar un nuevo plan. Pell, a sus 76 a?os y embarcado en un proceso que puede ser largo, tiene pocas posibilidades de volver. Sea o no culpable.
Una v¨ªctima: "Pell tendr¨ªa que haberse marchado antes"
El Vaticano cre¨® en 2014 una comisi¨®n para la tutela de los casos de abusos a menores. Adem¨¢s de miembros de la curia, integraba a dos v¨ªctimas de sacerdotes pederastas: Marie Collins y Peter Saunders. Era un gesto simb¨®lico y tambi¨¦n pr¨¢ctico para acercarse a la cuesti¨®n con mayor sensibilidad y conocimiento. Pero los dos terminaron march¨¢ndose. Saunders, por desavenencias con Pell. ¡°Se toma como un juego la comisi¨®n y desprecia a los ni?os v¨ªctimas de abusos¡±, critic¨®. M¨¢s tarde, Collins sigui¨® el mismo camino por las resistencias que encontr¨® y por la falta de sensibilidad hacia las v¨ªctimas. En todo momento, Collins exculp¨® al Papa de los problemas que tuvo.
Ayer, por tel¨¦fono, Collins explic¨® a EL PA?S que su marcha no se debi¨® al caso Pell. Pero cree que deber¨ªa haber sido apartado mucho antes, "cuando las acusaciones se hicieron p¨²blicas". "No creo que pudiese quedarse en el Vaticano cuando hab¨ªa tantas v¨ªctimas en Australia que quer¨ªan explicaciones. Siempre pens¨¦ que deb¨ªa haberse ido a darlas".
Marie Collins no se pronuncia sobre su caso, de hecho cree que debe ser un juez quien lo haga. Pero asegura que rechaz¨® estar junto al cardenal George Pell en determinados actos. ¡°No quer¨ªa. Y eso fue antes de que hubiera cargos. Trat¨® muy mal a las v¨ªctimas, subestim¨® casos de abusos. As¨ª que rechac¨¦ estar con ¨¦l. Pero no habl¨¦ de este tema con el Papa en ning¨²n momento¡±, se?ala.
La comisi¨®n se sigue reuniendo y trabajando en la prevenci¨®n y el estudio de casos. De hecho, Collins acept¨® seguir colaborando desde fuera con el ¨®rgano, especialmente en el apartado de educaci¨®n. De momento, los dos asientos reservados a las v¨ªctimas no se han vuelto a ocupar.
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