La voz de la resistencia democr¨¢tica de Hong Kong
Joshua Wong, detenido este mi¨¦rcoles durante 33 horas, asegura que si se quedaran de brazos cruzados la excolonia brit¨¢nica ser¨ªa otra ciudad cualquiera de China
A sus 20 a?os, este joven con gafas de empoll¨®n y cara de no haber roto un plato, es el activista m¨¢s c¨¦lebre de Hong Kong. Joshua Wong salt¨® a la fama internacional como uno de los l¨ªderes del ¡°Movimiento de los Paraguas¡± de 2014 y desde entonces ha continuado infatigablemente su activismo. Fundador y secretario general del partido prodem¨®crata Demosisto, ha sido detenido en Tailandia, se le ha impedido entrar en Malasia, ha dado conferencias por todo el mundo y acaba de protagonizar un documental. Este mi¨¦rcoles era detenido junto con otros 25 activistas por protestar contra la visita de Xi Jinping.
Puesto en libertad este viernes de madrugada, 33 horas m¨¢s tarde, a¨²n est¨¢ visiblemente cansado, pero acaba de participar en una rueda de prensa y m¨¢s tarde, por la noche, encabezar¨¢ una nueva protesta para reclamar la puesta en libertad de Liu Xiaobo, el premio Nobel de la Paz 2010 que padece un c¨¢ncer de h¨ªgado terminal. Seg¨²n asegura a El Pa¨ªs en unas breves declaraciones, ¡°vamos a seguir resistiendo¡± y continuar las exigencias de mayor democracia y mayor poder de decisi¨®n para Hong Kong y sus ciudadanos.
¡°No queremos que llegue a darse un Liu Xiaobo en Hong Kong. No queremos que Hong Kong se convierta en una ciudad china m¨¢s¡±, asegura.
Es, reconoce, un proceso que puede durar mucho tiempo. China no est¨¢ dispuesta a hacer concesiones ni permitir que Hong Kong pueda convertirse en un ejemplo que pueda suscitar reclamaciones en otras ciudades chinas. Su presencia es cada vez m¨¢s palpable en la excolonia brit¨¢nica.
¡°Es la segunda econom¨ªa del mundo. Tenemos claro que no vamos a lograr resultados inmediatos, pero tenemos que intentarlo lo mejor que podamos y esperar que poco a poco haya cambios. No vamos a rendirnos¡±, asegura. ¡°Si no hici¨¦ramos nada, si nos qued¨¢ramos de brazos cruzados, entonces es cuando con toda seguridad Hong Kong acabar¨ªa siendo otra ciudad cualquiera de China. Pero si lo intentamos con todas nuestras fuerzas, tendremos alguna posibilidad¡±.
En su opini¨®n, ya se ha ido avanzando. Los j¨®venes est¨¢n m¨¢s concienciados y su propio partido ha metido un pie en el Legislativo aut¨®nomo hongkon¨¦s, donde cuenta con el diputado Nathan Law, otro de los antiguos l¨ªderes estudiantiles. ¡°No somos simples disidentes de la calle. Estamos continuando nuestra lucha desde dentro¡± del sistema.
Eso, sostiene, le da razones para sentirse optimista. ¡°Hace veinte a?os¡±, cuando Hong Kong dej¨® de ser una colonia brit¨¢nica y volvi¨® a la soberan¨ªa china -recuerda-, ¡°nadie pod¨ªa imaginar que algo como lo que estamos haciendo podr¨ªa suceder alguna vez¡±.
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