El PRI busca reinventarse ante el creciente desprestigio social
El partido gobernante ve c¨®mo la brecha con la sociedad aumenta al tiempo que se abren grietas entre la dirigencia y las base
El partido hegem¨®nico de M¨¦xico en el siglo XX busca la forma de acomodarse en el siglo XXI. Si el desprestigio de clase pol¨ªtica se acrecienta a diario en el pa¨ªs, en el caso del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), la situaci¨®n es l¨ªmite. Pese a haber mantenido el poder en algunos Estados, la p¨¦rdida de votos ha sido constante durante el sexenio de Enrique Pe?a Nieto. El ¡°nuevo PRI¡± al que invoc¨® el presidente al llegar al poder est¨¢ hoy preso o pr¨®fugo y la formaci¨®n tricolor ve c¨®mo la brecha con la sociedad aumenta al tiempo que se abren grietas entre la dirigencia y las bases.
La intranquilidad se ha instalado en la alta dirigencia del PRI en las ¨²ltimas semanas en la medida en que aumentan las elucubraciones sobre qui¨¦n ser¨¢ el candidato que concurrir¨¢ a las presidenciales de 2018. El pr¨®ximo agosto, el PRI celebrar¨¢ una asamblea en la que se sentar¨¢n las bases de esa elecci¨®n, que a¨²n se prolongar¨¢ unos meses. Pocos discuten que ser¨¢ Pe?a Nieto quien lo designe, acorde con la tradici¨®n hist¨®rica del PRI -lo que el historiador Daniel Cos¨ªo Villegas denomin¨® ¡°monarqu¨ªa absoluta sexenal hereditaria por v¨ªa transversal¡±-, pero comienzan a aparecer grietas que reclaman una mayor cercan¨ªa entre el PRI del Gobierno y el partido.
¡°Algunos priistas olvidan que en el partido hab¨ªa democracia. Parece que volvimos al siglo XX¡±, critica Adolfo Murat. Este joven priista integra una de las corrientes cr¨ªticas que ha aflorado en las ¨²ltimas semanas y que pone en duda la toma de decisiones de la dirigencia del partido. ¡°Hay un grupo que sentimos que se ha perdido competitividad, que queremos que regrese una democracia interna para abordar los dos grandes retos: la elecci¨®n de los mejores candidatos y qu¨¦ es lo que queremos para el pa¨ªs¡±.
¡°Es una demanda sistem¨¢tica de la militancia¡±, ahonda en este sentido Ivonne Ortega. La exgobernadora de Yucat¨¢n llama a una reflexi¨®n interna para encarar este a?o electoral: ¡°Se pueden poner de acuerdo las cabezas, pero mucha de la militancia no est¨¢ dispuesta a aceptar que se quiera ganar solo para mantener el poder¡±. Ortega recuerda que en lo que va de sexenio, el PRI ha perdido 4,7 millones de electores en las 24 gubernaturas que se han disputado hasta la fecha. En el Estado de M¨¦xico, donde el partido tricolor ha gobernado ininterrumpidamente desde hace nueve d¨¦cadas, la ca¨ªda estuvo a punto de tener consecuencias inesperadas. Por primera vez, el PRI no fue el partido m¨¢s votado. El izquierdista Morena, de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, obtuvo casi 60.000 votos m¨¢s. Si el PRI ha conseguido retener el poder es gracias a que iba en coalici¨®n con otras formaciones, como el Partido Verde.
Una de las principales cr¨ªticas que recibe la dirigencia del PRI es la falta de transparencia en la toma de decisiones y la necesidad de buscar un rumbo. ¡°Queremos que la discusi¨®n se d¨¦ a todos los niveles, arrastramos un lastre como el de la corrupci¨®n, por ejemplo. pero tambi¨¦n tenemos que ver qu¨¦ modelo econ¨®mico queremos, nos hemos situado m¨¢s a la derecha que el PAN¡±, lamenta Murat. ¡°Tenemos que plantearnos cu¨¢l es nuestra ideolog¨ªa y para qu¨¦ queremos ganar en 2018¡±, a?ade Ortega.
Sobre el posible sucesor, un exdiputado y exgobernador, que prefiere el anonimato al estar ya alejado de la arena pol¨ªtica, resume: ¡°No hay que alborotar la gallera, hay que tener una turbulencia controlada¡±. ¡°El principal reto del PRI es lograr que el presidente nombre a alguien que no represente la continuidad del pe?anietismo¡±, opina Carlos Bravo Regidor, analista y profesor del CIDE. En esta l¨ªnea, los nombres que cobran m¨¢s fuerza desde hace semanas son los de Jos¨¦ Narro, secretario de Salud; Jos¨¦ Antonio Meade, secretario de Hacienda ¨Cque no es miembro del PRI- y tambi¨¦n el de Aurelio Nu?o, responsable de Educaci¨®n, de los tres el perfil m¨¢s similar al presidente.
Nadie duda que la decisi¨®n de elegir al candidato recaer¨¢ sobre Pe?a Nieto, cuya popularidad ha ca¨ªdo en picado, otro factor de descontento entre las bases del PRI. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta de GEA-ISA solo el 19% aprueba al presidente. ¡°Pe?a Nieto ha pasado de ser un pr¨®cer del priismo en 2010 y 2011 a ser el mayor fardo con el que carga el partido¡±, considera Bravo Regidor. Su llegada al poder de en 2012 supuso el regreso de un priista a Los Pinos despu¨¦s de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calder¨®n, una alternancia tras m¨¢s de 70 a?os de mandato tricolor que no lleg¨® a fructificar en una verdadera transici¨®n de r¨¦gimen. El triunfo de Pe?a Nieto insufl¨® confianza y optimismo. Las reformas que adopt¨®, como la energ¨¦tica o la educativa, recibieron el reconocimiento internacional.
La fiesta, no obstante, hace tiempo que toc¨® a su fin. El esc¨¢ndalo de la Casa Blanca ¨Cla mansi¨®n de la primera dama que fue vendida por uno de los principales contratistas del Gobierno- o el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa golpearon frontalmente la imagen del presidente. A ello se han sumado los casos de corrupci¨®n de varios gobernadores. El ¡°nuevo PRI¡± al que se refiri¨® Pe?a Nieto est¨¢ hoy en la c¨¢rcel ¨CJavier Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Panam¨¢) o pr¨®fugo, caso de C¨¦sar Duarte (Chihuaha). ¡°Si algo castiga el electorado mexicano es la incongruencia, la modernizaci¨®n de los discursos contrastaba con las pr¨¢cticas m¨¢s anacr¨®nicas¡±, asegura el exdiputado cr¨ªtico con la deriva del partido: ¡°Era como emplear hardware moderno con un software antiguo¡±.
El PRI encara uno de los mayores desaf¨ªos de su historia reciente. La asamblea de agosto servir¨¢ para tomar el pulso al partido y ver si las peque?as grietas abiertas pueden desembocar en algo m¨¢s o la fuga lograr¨¢ taparse. Analistas como Carlos Bravo creen que, pese a todo, la formaci¨®n sigue siendo s¨®lida. ¡°Hay que hacer una distinci¨®n entre el PRI-Gobierno y el PRI-partido. El primero parece estar desconectado de la realidad, pero el segundo a¨²n sabe d¨®nde cortejar al electorado, d¨®nde desmovilizar al de la oposici¨®n¡¡± El reto es may¨²sculo.
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