Italia pide a Espa?a y a otros pa¨ªses mediterr¨¢neos que acepten desembarcos de migrantes

Italia lanza una voz de auxilio a sus socios europeos para que se impliquen directamente en la crisis migratoria. El Gobierno italiano ha pedido a sus vecinos m¨¢s pr¨®ximos ¡ªcon Espa?a a la cabeza de esa lista¡ª que participen en las tareas de desembarco de migrantes que llegan a las costas europeas, principalmente desde Libia. El objetivo es que los barcos que ahora son conducidos hasta Italia cuando se les rescata en el Mediterr¨¢neo central¡ªpr¨¢cticamente todos¡ª puedan tambi¨¦n arribar a otros puertos vecinos. Espa?a se solidariza con Italia, pero advierte de que cualquier salida al problema debe ser europea y no bilateral.

El peso de la crisis migratoria recae ahora en un 86% en Italia, frente a un 9% que asume Grecia y otro 4% Espa?a. Con la disminuci¨®n dr¨¢stica de llegadas de refugiados y migrantes a Grecia ¡ªa ra¨ªz del acuerdo firmado entre la UE y Turqu¨ªa en 2016¡ª, Italia se ha convertido en el principal polo de acogida. De los casi 97.000 migrantes que han arribado a la UE por el Mediterr¨¢neo en lo que va de a?o, 83.650 lo han hecho a las costas italianas, seg¨²n datos de Naciones Unidas.

Europa carece de mecanismos para compartir la gesti¨®n de ese colectivo. Porque el esquema de reparto de refugiados que dise?¨® Bruselas hace casi dos a?os, que se aplica con cuentagotas, solo cubre a los refugiados de libro (esencialmente, sirios, eritreos e iraqu¨ªes). Ahora el grueso de quienes arriban a Italia tienen un perfil diferente: son, en buena medida, guineanos, nigerianos o de Costa de Marfil. Huyen de la miseria y de las dificultades en sus pa¨ªses, pero no encajan en la definici¨®n de demandantes de asilo (solo un 8% del total proceden de Siria). As¨ª que Italia no puede aspirar a incluirlos en el programa de reparto, que expira el pr¨®ximo octubre.

Tras varios meses de quejas espor¨¢dicas, y coincidiendo con la ¨²ltima semana de junio, en la que se rescat¨® a 10.000 personas en apenas tres d¨ªas, el primer ministro, Paolo Gentiloni, lanz¨® un ultim¨¢tum para lograr m¨¢s colaboraci¨®n de sus socios. Bajo la amenaza de no dejar entrar a los barcos que provengan de aguas libias, el l¨ªder italiano ha conseguido al menos la movilizaci¨®n pol¨ªtica de las instituciones en Bruselas.

Fuentes diplom¨¢ticas espa?olas acogen la propuesta con escepticismo. ¡°Repartir los inmigrantes entre los pa¨ªses del sur no es la soluci¨®n. Debe darse una respuesta europea ante una situaci¨®n de excepcional, como se hizo con la crisis de los refugiados que llegaban a las costas griegas¡±, alegan. Las fuentes consultadas se remitieron a la reuni¨®n informal que los ministros de Justicia e Interior de la UE mantendr¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa 7 en Estonia y a la conferencia internacional que el ministro de Exteriores italiano, Angelino Alfano, ha convocado el d¨ªa 6 en Roma, en la que participar¨¢n tambi¨¦n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). El Gobierno de Estonia, que asume este semestre la presidencia semestral de la UE, no conf¨ªa en una soluci¨®n firme para esa fecha.

La Comisi¨®n Europea respalda este llamamiento a los vecinos mediterr¨¢neos para que presten asistencia. ¡°Ni Italia ni Grecia pueden quedarse solas. La Comisi¨®n apoyar¨¢ lo que yo llamar¨ªa un esfuerzo heroico para afrontar este desaf¨ªo. Italia no estar¨¢ sola¡±, prometi¨® el jueves el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker. Bruselas desembolsar¨¢ m¨¢s dinero en los pr¨®ximos d¨ªas a Roma para que haga frente al coste de los desembarcos, pero Gentiloni ya no se conforma con ese gesto.

¡°Si los ¨²nicos puertos a los que se encamina a los refugiados son los italianos, esto no funciona. Es el quid de la cuesti¨®n", ha se?alado el ministro del Interior, Marco Minniti, en una entrevista al diario Il Messaggero. Minniti se re¨²ne este domingo en Par¨ªs con sus hom¨®logos franc¨¦s, G¨¦rard Collomb, y alem¨¢n, Thomas de Maizi¨¨re, as¨ª como con el comisario europeo de Migraci¨®n, Dimitris Avramopoulos, para buscar salidas.

Barcos de ONG

Las misiones que la UE tiene desplegadas en el Mediterr¨¢neo ¡ªTrit¨®n, de vigilancia y salvamento, y Sophia, operaci¨®n militar que tambi¨¦n rescata barcazas cuando es necesario¡ª designan a Italia como puerto de llegada de esos migrantes. El Gobierno de ese pa¨ªs quiere cambiar la regla, pero el tr¨¢mite puede llevar tiempo. Para romper con ese automatismo que deriva a territorio italiano todas las embarcaciones ¡ªaunque hayan sido interceptadas en otras aguas¡ª, Roma ha pedido especialmente a Madrid que ofrezca algunos puertos. Las autoridades italianas tienen en mente a los barcos regentados por ONG, muchos de ellos espa?oles o franceses, que podr¨ªan cambiar el procedimiento de desembarco m¨¢s f¨¢cilmente que las misiones europeas.

Fuentes diplom¨¢ticas espa?olas recuerdan que Espa?a ya se hace cargo de los inmigrantes que llegan a sus costas procedentes de Marruecos, Argelia y la costa atl¨¢ntica africana, aunque en un volumen mucho menor que Italia. La apertura de puertos a estos inmigrantes obligar¨ªa a establecer hotspots (puntos de clasificaci¨®n y atenci¨®n a los rescatados) como los habilitados en Italia y Grecia y recuerdan que, a pesar de que el 90% de ellos son inmigrantes econ¨®micos sin derecho de asilo, devolverlos a sus pa¨ªses de origen resulta muy complejo, ya que la mayor¨ªa est¨¢n indocumentados. Adem¨¢s, la situaci¨®n de Libia, un pa¨ªs sumido en el caos desde la ca¨ªda del r¨¦gimen de Gadafi en 2011, no es comparable a la de Turqu¨ªa. Las mismas fuentes subrayan que Italia se ha complicado a s¨ª misma la vida al tipificar como delito la inmigraci¨®n irregular, una iniciativa de la etapa de Gobierno de Silvio Berlusconi, lo que alarga el proceso.

El llamamiento a la solidaridad tambi¨¦n llega a otros pa¨ªses pr¨®ximos (Grecia y Francia), aunque con menos intensidad. Malta, que firm¨® un acuerdo con Italia para que este pa¨ªs asumiera todos los extranjeros detectados en las aguas territoriales de la peque?a isla europea, no es una opci¨®n por su escasa capacidad. La Comisi¨®n est¨¢ dispuesta a ofrecer gu¨ªas de actuaci¨®n, pero insta primero a los Estados a llegar a un acuerdo, algo complejo.