En Argentina, los ricos son hombres y los pobres, mujeres
Entre la poblaci¨®n que gana menos de 100 d¨®lares al mes hay el doble de mujeres que de hombres. La proporci¨®n se invierte en el extremo superior de la pir¨¢mide por ingresos
Los ingresos de las mujeres en Argentina son un 27% inferiores que los de los varones. Es una enorme brecha salarial, que se agranda a¨²n m¨¢s en los extremos. Entre el 10% de la poblaci¨®n que cobra menos de 100 d¨®lares al mes hay el doble de mujeres que de hombres y el porcentaje femenino es superior al masculino hasta que se llega a la mitad de la tabla. En ese momento, las cifras comienzan a invertirse hasta llegar a lo m¨¢s alto: de cada 100 argentinos con ingresos cercanos a 40.000 pesos (unos 2.400 d¨®lares), 63 son hombres y 37 mujeres. Los datos de distribuci¨®n del ingreso obtenidos a partir de la Encuesta Permanente de Hogares del primer trimer trimestre del a?o han puesto de relieve la gran desigualdad que persiste entre g¨¦neros y la necesidad de un cambio cultural y pol¨ªticas p¨²blicas que permitan reducirla.
La baja remuneraci¨®n de algunos trabajos desempe?ados por las mujeres, la menor carga horaria de sus empleos y las dificultades para ser promocionadas hasta los puestos mejor pagados son algunas de las razones que explican las diferencias. En promedio, los hombres en Argentina perciben 14.690 pesos (875 d¨®lares) frente a los 10.710 pesos (637 d¨®lares) de las mujeres.
El ingreso de los varones es casi el mismo que cuesta la canasta b¨¢sica que calcula el organismo oficial de estad¨ªsticas (Indec) para delimitar la l¨ªnea de pobreza, lo que deja a gran parte de los hogares que tienen a una mujer como cabeza de familia por debajo de la misma. Ser mujer implica tambi¨¦n un riesgo muy superior de caer en la indigencia, es decir, en la pobreza extrema: casi el 20% de la poblaci¨®n femenina total cobra menos del coste de la canasta alimentaria, que roza los 350 d¨®lares; en el caso de los varones, el porcentaje es del 10,9%.
"En Argentina no hay un mecanismo del Estado para el cuidado gratuito de los hijos y las mujeres que son jefas del hogar y tienen varios hijos a cargo tiene grandes problemas para trabajar. La Asignaci¨®n Universal por Hijo es una ayuda, un mecanismo de lucha contra la pobreza que hay que sostener, pero por si solo no alcanza", dice Eduardo Donza, investigador de la Universidad Cat¨®lica Argentina.
No solo en el pa¨ªs austral, sino en toda la regi¨®n e incluso en los pa¨ªses desarrollados, algunos trabajos realizados casi exclusivamente por mujeres -como las tareas de limpieza o de cuidados- est¨¢n entre los peor pagados. En Argentina, cerca del 20% de la poblaci¨®n femenina trabaja en el sector dom¨¦stico y son minor¨ªa las que est¨¢n en blanco. "Hay una ley que regula el empleo dom¨¦stico, pero no se cumple. M¨¢s del 75% est¨¢n en negro y muchas de ellas son jefas de hogar con hijos a su cargo que limpian hogares ajenos mientras alguna de sus hijas mayores o una vecina cuida a los chicos", describe la economista Mercedes D'Alessandro, cofundadora de Econom¨ªa Feminista.
La informalidad es otro de los factores que aumenta la brecha salarial. Las diferencias por g¨¦nero entre los trabajadores en negro se dispara hasta el 55%: los hombres perciben, de media, casi 900 d¨®lares al mes, mientras que las mujeres que no tienen contrato, unos 416. Por el contrario, las diferencias se achican hasta el 21% en los empleos en blanco.
Distribuci¨®n desigual de las tareas dom¨¦sticas
D'Alessandro destaca tambi¨¦n el peso significativo que tiene la distribuci¨®n desigual de las tareas del hogar. Aunque se han realizado grandes avances en los ¨²ltimos a?os, los ¨²nicos datos oficiales disponibles, de 2013, destacaron que las mujeres dedican 6 horas a tareas dom¨¦sticas y de cuidado, el doble que los hombres. "Esa carga asim¨¦trica funciona como obst¨¢culo para trabajar full time y las mujeres con familia buscan ocupaciones flexibles o con menos horas, que es lo que les permite conciliar", se?ala la economista. A este obst¨¢culo se lo conoce como suelo pegajoso. "La gente suele decir que las mujeres trabajan menos, como si fuera una elecci¨®n. En realidad no pueden trabajar m¨¢s porque faltan jardines maternales o porque se tienen que hacer cargo de adultos mayores", se?ala. Para una gran parte de la poblaci¨®n argentina a¨²n est¨¢ naturalizado que estas tareas recaigan en las mujeres y hay empresarios que prefieren contratar varones por esta raz¨®n.
La cultura machista complica tambi¨¦n romper el techo de cristal en las capas m¨¢s altas del mercado laboral, que permanecen en manos de los hombres. Las mujeres ocupan s¨®lo el 4% de los puestos directivos empresariales en Argentina, los mejor remunerados. Un informe del PNUD mostr¨® que en Argentina las que llegan hasta lo m¨¢s alto tienen mejores calificaciones que sus colegas varones, es decir, se les exige m¨¢s para posiciones similares. Por el contrario, tener un hijo penaliza mucho m¨¢s las carreras laborales de las madres que las de los padres. Incluso entre aquellas que no tienen hijos hay otra barrera dif¨ªcil de salvar, las formas de socializaci¨®n masculinas fuera del horario de trabajo. "Muchos varones se sienten m¨¢s c¨®modos entre varones. Socializan en partidos de f¨²tbol, en el after office, y all¨ª las mujeres casi nunca est¨¢n", se?ala D'Alessandro, y pone como ejemplo al presidente argentino, Mauricio Macri, procedente del mundo empresarial y quien juega al f¨²tbol con parte de su Gabinete. Entre sus 21 ministros, hay solo 2 mujeres.
"Hace falta un cambio a nivel empresarial pero tambi¨¦n social. Tendr¨ªa que haber una distribuci¨®n m¨¢s equitativa de las tareas dom¨¦sticas y tambi¨¦n pol¨ªticas como igualar las licencias de maternidad y paternidad", subraya Donza, especialista en desigualdad y trabajo. Expandir la presencia de la mujer en todos los sectores del mercado laboral y crear m¨¢s centros de primera infancia facilitar¨ªan tambi¨¦n el camino hacia sociedades m¨¢s igualitarias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.