?Por qu¨¦ callan?
El triste silencio ¡ªo la abierta complicidad¡ª de la izquierda de Latinoam¨¦rica frente a la represi¨®n en Venezuela
En estos d¨ªas, en Am¨¦rica Latina, se ha producido un cambio sustancial que solo puede generar tristeza y preocupaci¨®n en quienes defienden la democracia y los derechos humanos. En cualquier otro momento de la historia del continente hab¨ªa una sola manera de interpretar las im¨¢genes de tanquetas militares que pasaban por encima de civiles desarmados, o de gorilas uniformados y armados hasta los dientes que disparaban sus metrallas contra j¨®venes envueltos en banderas. Todo era muy claro: los victimarios proven¨ªan, siempre, de dictaduras alineadas con Estados Unidos y las v¨ªctimas eran militantes populares. La resistencia a esa barbarie desarroll¨® en la izquierda del continente, a partir de la d¨¦cada del 80, un consenso antirrepresivo, de respeto a los derechos humanos y de respaldo al r¨¦gimen democr¨¢tico.
En pocos meses, ese consenso qued¨® destruido.
Es una de las v¨ªctimas de la escalada represiva que se espiraliz¨® en Venezuela desde abril.
Ahora quienes disparan son los militares del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro y quienes reciben las balas son los que lo denuncian. Y la mayor¨ªa de la izquierda calla o apoya a los represores.
Las v¨ªctimas de otros tiempos se solidarizan ahora con los victimarios del presente: el ser humano es una especie muy cruel.
En la ¨²ltima reuni¨®n de la OEA, un grupo de pa¨ªses liderados por Bolivia y Ecuador bloque¨® una sanci¨®n contra el r¨¦gimen de Maduro. Desde que arranc¨® la represi¨®n, el PT brasile?o solo produjo muestras de solidaridad, m¨¢s o menos vergonzantes, con el Gobierno venezolano. En su ¨²ltimo Congreso, por ejemplo, recibi¨® una delegaci¨®n de la embajada venezolana. Lula Da Silva no habla del tema, algo que corresponder¨ªa dado que en la ¨²ltima campa?a electoral grab¨® un spot pidiendo que votaran por Maduro. Las principales muestras de solidaridad con Maduro en Buenos Aires se produjeron en el Instituto Patria, b¨²nker de la fuerza pol¨ªtica que lidera Cristina Kirchner, quien, adem¨¢s, en su reciente gira por Europa, solo concedi¨® una entrevista al canal estatal venezolano, Telesur, desde donde se justifica la represi¨®n. El kirchnerismo tiene una gran influencia en los organismos de derechos humanos de la Argentina, que en su mayor parte tambi¨¦n callan. Y as¨ª las cosas.
Uno de los mecanismos m¨¢s habituales para justificar esa complicidad es la negaci¨®n: como en otros tiempos suced¨ªa con la informaci¨®n proveniente de la ex Uni¨®n Sovi¨¦tica, cada denuncia contra el r¨¦gimen es interpretada como parte de una campa?a de la CIA o de la maldita prensa occidental.
Es un recurso deshonesto.
Los principales denunciantes de lo que ocurre en Venezuela son los organismos de derechos humanos internacionales, que han cobijado a la izquierda latinoamericana cuando era perseguida. Erika Rivas, directora para las Am¨¦ricas de Amnesty International, sostuvo: ¡°En Venezuela se violenta toda la gama de derechos humanos. Derechos econ¨®micos, sociales, culturales, Las libertades fundamentales, el derecho a la asociaci¨®n, la libertad de expresi¨®n. Se est¨¢ dando un contexto represivo y militarizado frente a las muestras de descontento social, donde adem¨¢s se hacen detenciones arbitrarias como herramienta de control, de acallar las voces de la disidencia¡±.
En los a?os 70, la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos de la OEA fue un instrumento clave para denunciar las desapariciones en la Argentina. A principios de mes, la CIDH emiti¨® un comunicado en el que ¡°condena en¨¦rgicamente los operativos adelantados por fuerzas de seguridad del Estado, mayormente por cuerpos castrenses, en los ¨²ltimos d¨ªas en Venezuela, ante una escalada en la situaci¨®n de violencia [...] que ha dejado decenas de personas fallecidas, cientos de personas heridas, y miles de personas detenidas¡±. La Comisi¨®n Interamericana denuncia que, como m¨¦todo de intimidaci¨®n, las fuerzas militares y policiales rodean barrios enteros, disparan balas lacrim¨®genas y luego los funcionarios entran a las casas de manera violenta y las desvalijan. La CIDH calcula en su comunicado que en las c¨¢rceles venezolanas hay 3.500 presos pol¨ªticos.
En los ¨²ltimos 30 a?os, Am¨¦rica Latina vivi¨® el periodo de libertad pol¨ªtica m¨¢s largo de su historia. En ese proceso hubo altibajos, interrupciones, momentos dif¨ªciles. Pero nunca, hasta aqu¨ª ¡ªtal vez la ¨²nica excepci¨®n haya sido el Per¨² de Alberto Fujimori¡ª, en ning¨²n pa¨ªs se hab¨ªan producido, al mismo tiempo, la suspensi¨®n de elecciones, el cierre de medios de comunicaci¨®n, la detenci¨®n de miles de disidentes, la represi¨®n abierta a manifestantes.
En el momento de cerrar esta nota, France Press informaba: ¡°Decenas de personas, algunas encapuchadas, con palos y tubos, y vestidas de rojo, entraron a los jardines del Palacio Legislativo y detonaron cohetes de fuegos artificiales, desatando el caos. Los diputados Am¨¦rico de Grazia, Nora Bracho y Armando Armas fueron golpeados fuertemente en la cabeza¡±.
Maduro, finalmente, es fiel a s¨ª mismo, no disimula. ¡°Lo que no lograremos con los votos, lo conseguiremos con las balas¡±, ha dicho. ?Qu¨¦ m¨¢s hace falta para entender a alguien que, como los antiguos dictadores de los 70, no disimula nada?
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