El volc¨¢n de la Camorra
La sombra de las mafias del Vesubio, dedicadas durante a?os al tr¨¢fico de residuos y la construcci¨®n ilegal, planea sobre los ocho incendios simult¨¢neos que lo han arrasado
La vida bajo un volc¨¢n no se parece a nada. La amenaza forma parte de una m¨ªstica compleja de entender para quienes viven en una tierra corriente. M¨¢s, teniendo a pocos kil¨®metros la advertencia petrificada de los que pagaron desafiar a los dioses hace 2.000 a?os. Por eso Salvatore, un camionero de Torre del Greco que se encomend¨® al cielo cuando decidi¨® vivir aqu¨ª hace 39 a?os con su familia, tiene su virgen de Assunta bendecida y de espaldas al Vesubio. ¡°Nos ha protegido¡±, susurra. El fuego ha arrasado todo lo que tienen alrededor. Algunos han perdido sus casas. Otros lo que las rodeaba. ¡°Miramos a la muerte a los ojos¡±, lamenta su esposa Ortensia. El parque natural ha desaparecido. Se buscan culpables.
Ocho fuegos intencionados y simult¨¢neos han arrasado sin descanso 330 hect¨¢reas del per¨ªmetro de uno de los volcanes m¨¢s famosos del mundo en una semana cr¨ªtica para el sur de Italia (se han quemado 26.000 hect¨¢reas desde mediados de junio). Aqu¨ª, cuando los bomberos apagaban uno durante el d¨ªa, volv¨ªa a encenderse otro de noche como una luci¨¦rnaga. Mucha gente, como el escritor Roberto Saviano, pero tambi¨¦n vecinos y asociaciones antimafia, creen que son los mismos que durante a?os se dedicaron a disparar en la calle. Luego pensaron que el negocio aqu¨ª pasaba por envenenar su tierra y los pulmones de sus vecinos con los residuos con los que traficaban. Y ahora tambi¨¦n han prendido fuego a los bosques que contaminaron con su basura t¨®xica. Tres fiscal¨ªas investigan qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s. Y las principales pistas conducen al negocio de los vertidos ilegales y a sus grandes promotores.
Los rescoldos de la madera de pino todav¨ªa escupen humo a un lado y otro de lo que queda del camino. Justo donde comenzaba el bosque, un hombre apoyado en el porche de su barraca ennegrecida lamenta que su vida se haya convertido en una isla en medio de la ceniza. Dos fuegos distintos llegaron hasta el n¨ªspero de su puerta. Est¨¢ carbonizado. Justo ah¨ª se pararon, explica Marco (no quiere dar su nombre real, probablemente porque su casa es ilegal), ¡°como si fuera un milagro¡±. Pero el resto, sillas, mesas, todas las vi?as que ten¨ªan, una bicicleta... est¨¢ abrasado. ¡°S¨ª, claro... ?Usted de verdad no sabe por qu¨¦ han hecho esto?, masculla en un napolitano cerrado mientras se oye el martilleo del motor de los aviones amarillos que sobrevuelan el tejado de su casa con las descargas de agua preparadas.
Todos saben que en el Vesubio (viven 5 millones de habitantes a su alrededor) no se mueve ni una hoja sin que lo sepan los Fabbrocino, el clan que sustituy¨® aqu¨ª a la famosa Nueva Camorra Organizada (NCO) de Raffaele Cutolo cuando, uno a uno, fueron entrando en la c¨¢rcel. En disputa ahora con el clan Cuccaro, son los ¨²nicos que pueden vanagloriarse de no tener ni un solo arrepentido. Extorsi¨®n, tr¨¢fico de estupefacientes y blanqueo de capitales. Su influencia se extiende a muchos de los Ayuntamientos de la ladera interior, como San Giuseppe Vesuviano, v¨ªctima durante a?os de graves infiltraciones de la Camorra y la segunda comunidad de inmigrantes chinos m¨¢s grande de Italia. Pero su influjo ha intentado penetrar en otros municipios como Carbonara di Noia, Ottaviano, Palma Campania, Poggiomarino, San Gennaro Vesuviano o Striano.
Algunos han visto estos d¨ªas gatos corriendo y ardiendo por la gasolina con la que los hab¨ªan rociado. Otros denunciaron a un tipo que al que juran que pillaron lanzando bengalas de alerta contra las copas de los ¨¢rboles. Alessandro Pennalisco, fiscal jefe de Torre Annunziata, cree que ha sido intencionado, pero no descarta ninguna posibilidad, tampoco la de la Camorra. ¡°Hay varias v¨ªas abiertas. Parecen provocados y organizados. Todav¨ªa es pronto para se?alar a nadie¡±, explica a este peri¨®dico. Si son provocados y bien organizados, ¡°dos y dos son cuatro¡±, se?ala un polic¨ªa que acompa?a al periodista por los caminos arrasados.
El ¨²nico detenido que hay hasta la fecha, como publicaba ayer Il Mattino, el peri¨®dico de la regi¨®n, fortalece la pista de la quema de residuos (hay m¨¢s de 1.200 vertedederos ilegales en toda la regi¨®n). Fuentes policiales consultadas por este peri¨®dico ¡ªy el anterior presidente del parque, Maurzio Fraissinet en una entrevista¡ª tambi¨¦n avalan esa tesis. La Tierra de los Fuegos, como se conoce a la parte del norte de la ciudad sembrada con desechos t¨®xicos, no ha parado de extenderse.
Perch¨¦ il Vesuvio brucia? Provo a spiegarlo qui. Il Parco Nazionale del Vesuvio contende pendici alle discariche abusive, metro per metro, centimetro per centimetro in una lotta che con gli incendi ¨¨ gi¨¤ persa. Ci¨° che brucia diventa discarica abusiva e le discariche sono gestite dalle organizzazioni criminali. Altrove si appicca il fuoco anche per un altro motivo: i terreni che potrebbero essere destinati a edilizia, se arsi, restano bloccati per 15 anni. Ed ecco l'ennesimo ricatto: o paghi le organizzazioni criminali per le aree edificabili oppure arrivano le fiamme a bloccare le concessioni edilizie. Il fuoco ¨¨ un capitolo fondamentale per le organizzazioni criminali nel nostro Paese e il fuoco sul Vesuvio ¨¨ come la Sicilia che brucia, come i roghi sulle colline di Caserta, come le montagne verdi del Cilento in fiamme. ? finito il tempo in cui potevamo chiamare piromane chi appiccava il fuoco. ? finito il tempo delle balle. Basta con l'incapacit¨¤ della politica di far fronte alle emergenze e basta con l'inconsapevolezza del Paese che non riesce a capire chi c'¨¨ davvero dietro questi disastri.
Gepostet von Roberto Saviano am Mittwoch, 12. Juli 2017
Durante a?os ese ha sido aqu¨ª el problema. Cuando los bomberos terminan de enfriar el lomo del Vesubio, en el centro de N¨¢poles comienza una concentraci¨®n contra los incendios de vertidos t¨®xicos de la Camorra. Antonio D'Amore, coordinador de la asociaci¨®n antimafia Libera, explica como el volc¨¢n y sus laderas han sido durante a?os territorio de los clanes. Adem¨¢s de los vertederos que pueden verse desde la carretera principal que serpentea hasta el cono del Vesubio, se han dedicado a la construcci¨®n de las casas ilegales ¡ªalgunas han ardido estos d¨ªas¡ª?y a la coacci¨®n de Ayuntamientos para obtener contratos p¨²blicos. "El ente parque Natural es independiente de los consistorios, es su enemigo. Pronto iban a demoler algunas casas ilegales, no ha cedido parte de su negocio, trat¨® de impedir los vertederos... Esto es claramente un ataque contra esa instituci¨®n. Una venganza", analiza.
Casualmente, la sede del parque est¨¢ desde 2003 en la casa-castillo que el Estado italiano confisc¨® al capo de la NCO Raffaele Cutolo en 1999. Su presidente Agostino Casillo no quiere entrar en pol¨¦micas y pasa el d¨ªa de un lado al otro del parque, sin medios ni demasiados recursos, intentando solucionar la grave crisis que le ha tocado vivir en su primer a?o de mandato. Pero no tiene duda de la intencionalidad del fuego y de que se sabr¨¢ qui¨¦n ha sido. "Por c¨®mo ha prendido, no hay duda de que son provocados".
De un modo u otro el volc¨¢n iba a estallar. Los vecinos han construido sus casas ilegales cada vez m¨¢s arriba poniendo a prueba su paciencia. La leyenda en la zona sostiene que el Vesubio no volver¨ªa a entrar en erupci¨®n hasta que los ¨¢rboles lleguen hasta la corona. Hace dos semanas, antes deque alguien le prendiese fuego, faltaban solo unos 200 metros. Puede que ahora, al menos, se hayan asegurado algunas d¨¦cadas m¨¢s de paz.
La Shanghai del Vesubio
San Giuseppe Vesuviano es una de las comunidades chinas m¨¢s grandes de Italia desp¨²es de Prato, en la Toscana. En realidad, toda la ladera interior del volc¨¢n se ha convertido en uno de los epicentros de la inmigraci¨®n de esta nacionalidad: Carbonara di Noia, Ottaviano, Palma Campania, Poggiomarino, San Gennaro Vesuviano, Striano. El fen¨®meno comparte una composici¨®n y un tejido empresarial id¨¦ntico: talleres de rompa. Son lugares donde se genera gran cantidad de residuos, tej¨ªdos y qu¨ªmicos, que alguien tiene que hacer desaparecer.
Gran parte de los residuos que se han ido acumulando en los vertederos ilegales proceden de ah¨ª. ¡°Muchos clanes se han dedicado a hacerlos desaparecer. Todav¨ªa pueden verse en los m¨¢rgenes de la carretera¡±, asegura Antonio D¡¯Amore.
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