37 a?os y una habitaci¨®n secreta: as¨ª burl¨® al FBI uno de los fugitivos m¨¢s buscados
El cuerpo de Donald Eugene Webb fue encontrado la semana pasada enterrado en el jard¨ªn de su casa
Tras casi 40 a?os en busca y captura, Donald Eugene Webb fue al fin localizado. Ya era tarde. El mafioso, acusado de asesinar a un polic¨ªa en 1980, estaba enterrado en su jard¨ªn tras haberse refugiado en una habitaci¨®n secreta de su vivienda durante?19 a?os hasta su muerte en 1999.
El FBI dio con su cuerpo el viernes pasado, d¨ªas despu¨¦s de descubrir un habit¨¢culo escondido en su casa a las afueras de Boston (Massachusetts). Dentro de un armario hab¨ªa una puerta, y al abrirla, un peque?o espacio donde las autoridades encontraron un bast¨®n. Ah¨ª se escondi¨® Webb, uno de los diez fugitivos m¨¢s buscados, durante 37 a?os. Su mujer y c¨®mplice, Lillian Webb, sigue viviendo en la casa.
En diciembre de 1980, Webb, un ladr¨®n de joyas con v¨ªnculos a las mafias de la costa este de EE UU, mat¨® al jefe de polic¨ªa de Saxonburg, un peque?o municipio de Pensilvania tras un forcejeo. Webb result¨® herido en la pierna y las muestras de sangre descubiertas en su coche dos semanas despu¨¦s coincid¨ªan con las suyas. El caso gener¨® gran expectaci¨®n en la ¨¦poca. El FBI le busc¨® durante meses sin ¨¦xito y la recompensa por dar con ¨¦l lleg¨® a alcanzar los 100.000 d¨®lares.
Nada se supo del fugitivo hasta que el FBI sigui¨® nuevas pistas, relacionadas a otro delito, para volver a registrar la casa de los Webb. Seg¨²n una investigaci¨®n period¨ªstica, la habitaci¨®n secreta fue construida ilegalmente y no era parte de la estructura original de la casa. El delincuente se refugi¨® en ella hasta su muerte por causas naturales a los 60 a?os.
La mujer del polic¨ªa difunto, Mary Ann Jones, present¨® una denuncia por conspiraci¨®n contra la esposa de Webb. Para ella es evidente que los familiares del asesino de su marido deber¨ªan ser llevados ante la justicia por esconderle durante d¨¦cadas. Pero las autoridades pactaron inmunidad con la mujer del fugitivo, de 82 a?os, a cambio de su colaboraci¨®n.
¡°Ayud¨® y conspir¨® con un hombre buscado por asesinar. En serio, enterr¨® el cuerpo en su jard¨ªn. Es incre¨ªble¡±, afirm¨® Jones en una entrevista con The Boston Globe. La ¨²nica satisfacci¨®n para la viuda deber¨¢ ser la que expres¨® el actual jefe de polic¨ªa del municipio donde muri¨® su marido: ¡°La mayor pregunta en la historia de Saxonburg ha sido respondida. Aunque el dolor continua, al menos la duda de qu¨¦ ocurri¨® ha sido eliminada¡±.
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